Romney avanza hacia la Casa Blanca bajo la alargada sombra de su padre
El candidato republicano tiene muy presente a su padre, que fue Gobernador de Michigan
Antes de comenzar cada debate electoral, el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, anota en sus papeles una palabra que tiene muy presente en esta campa?a. ¡°Pap¨¢¡±, escribe. ¡°Pap¨¢¡± es George Romney, nacido en M¨¦xico en una colonia mormona y fallecido en 1995. Dirigi¨® una automotriz, gobern¨® Michigan y aspir¨®, como su hijo, a la presidencia. Se le recuerda como un pol¨ªtico honesto y moderado. Su hijo dice que s¨®lo aspira a seguir sus pasos. Sus detractores responden que no queda en ¨¦l rastro de la honestidad de su padre. Hoy se celebra en Florida el tercer y ¨²ltimo debate presidencial, centrado en pol¨ªtica internacional.
George Romney gobern¨® Michigan entre 1963 y 1969, con ¨¦xito en los sondeos de popularidad. Era un moderado en muchos asuntos, sobre todo el de los derechos de los afroamericanos. March¨® junto a Martin Luther King. Y casi rompi¨® con su partido en 1964, por la postura de este respecto a la segregaci¨®n. Tal fue su enfado, que se neg¨® a dar su apoyo al candidato republicano a presidente en aquel a?o, el ultraconservador Barry Goldwater.
En 1967 George se present¨® a las primarias presidenciales. Compet¨ªa con Richard Nixon. En una entrevista le preguntaron por la guerra en Vietnam, un pa¨ªs que hab¨ªa visitado dos a?os antes. ¡°Cuando volv¨ª de Vietnam sufr¨ª un gran lavado de cerebro por parte de los generales¡±, dijo. ?Generales norteamericanos lavando cerebros a pol¨ªticos? Era una idea digna de la izquierda radical. Le cost¨® la candidatura.
Tras su fallida campa?a, acept¨® ser secretario de vivienda de Nixon, quien quiso deshacerse de ¨¦l d¨¢ndole un puesto sin importancia. A pesar de ello, George encontr¨® espacio y medios para defender programas de integraci¨®n de blancos y negros en vivienda p¨²blica. A Nixon su independencia le irrit¨® sobremanera. La tensi¨®n fue en aumento y en 1972 George dimiti¨®, despu¨¦s de que Nixon fuera reelegido.
Se fue muy a su manera. En una carta expres¨® su frustraci¨®n ¡°por las limitadas capacidades de los partidos pol¨ªticos y los candidatos¡±. ¡°Su funci¨®n es competir por el gobierno. Para ello deben ganar elecciones. Y evitan posicionarse sobre los asuntos realmente importantes¡±, a?adi¨®. As¨ª era George Romney, alguien que no tem¨ªa irritar ni al presidente ni a todos los pol¨ªticos. ?Qu¨¦ pensar¨ªa ahora de la carrera pol¨ªtica de su hijo?
Un viejo amigo y colaborador de George Romney cree que este estar¨ªa muy decepcionado con el zigzagueo pol¨ªtico de su hijo. ¡°Desde 2005, cuando decidi¨® presentarse a las presidenciales, las posturas pol¨ªticas de Mitt han cambiado de forma err¨¢tica y sorprendente, a la derecha, al centro, a la derecha de nuevo¡±, dijo recientemente Walter De Vries, estratega en varias campa?as de George, en una carta abierta.
George Romney ten¨ªa un principio que no cambiaba por nada. ¡°Seg¨²n haces campa?a, as¨ª debes gobernar¡±, repet¨ªa. ¡°Esa lecci¨®n, de padre a hijo, parece que se ha perdido en la bruma de ganar a cualquier precio¡±, a?ade De Vries. ¡°Mitt Romney y aquellos que le rodean ven las campa?as como mercadotecnia televisiva y a los votantes como objetos manipulables¡±. Es una opini¨®n generalizada tambi¨¦n en el campo dem¨®crata: esa honestidad extrema de George ha desaparecido en su hijo.
En los 60 a nadie le import¨® que Romney padre, cuando se present¨® a las elecciones a gobernador de Michigan, fuera morm¨®n. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, cuando su hijo Mitt le disput¨® un esca?o en el Senado a Ted Kennedy en Massachusetts, el asunto s¨ª gener¨® pol¨¦mica. Los electores recelaban de un viejo historial de discriminaci¨®n contra negros y mujeres en la iglesia mormona.
Mitt organiz¨® una rueda de prensa en sus oficinas de campa?a en Cambridge, Massachusetts. Quer¨ªa dar un discurso al nivel del que John Kennedy, cat¨®lico, hab¨ªa dado en 1960 en materia religiosa, para despejar los miedos que pudiera originar su fe. George, que estaba entre el p¨²blico, no dej¨® que su hijo acabara de hablar. ¡°Es err¨®neo que nos machaquen por el asunto religioso¡±, irrumpi¨®, visiblemente enfadado. Mitt no le dio importancia. Esperaba algo as¨ª de su padre.
Reservado en lo personal, Mitt s¨®lo habla de George de una forma que sus detractores consideran oportunista. ¡°Esta es una naci¨®n de inmigrantes¡±, dijo en el debate electoral de la semana pasada. ¡°Mi padre, por ejemplo, naci¨® en M¨¦xico¡±. Calla que el abuelo de George hab¨ªa huido al sur para poder practicar la poligamia que prohib¨ªa Washington. Y que, como hijo de norteamericanos, George hab¨ªa nacido con ciudadan¨ªa estadounidense. No era un inmigrante en sentido estricto.
¡°Mitt quiere a su padre, no quiere hacer nada que no hiciera a su padre sentirse orgulloso¡±, dijo recientemente Ann Romney, su esposa, en una entrevista en CNN. Puede que sea la intenci¨®n manifiesta. Pero para muchos electores, que conocieron a George en vida, las lecciones de este se han perdido en su hijo.
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