Choques en Beirut tras el multitudinario funeral del jefe de inteligencia asesinado
Wissam al Hassan, jefe de la inteligencia muerto en atentado, es enterrado en Beirut Choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad junto a las oficinas del primer ministro
La violencia termin¨® por prender este domingo en la capital libanesa. Cientos de manifestantes se enfrentaron a las fuerzas de seguridad tras el funeral multitudinario por el jefe del espionaje policial y bestia negra de Damasco, asesinado el viernes, Wissam al Hassan. Grupos de j¨®venes enfurecidos trataron de asaltar la oficina del primer ministro Nayib Mikati. Los manifestantes pidieron el fin de la coalici¨®n de Gobierno, en la que participa Hezbol¨¢ y a la que acusan de complicidad con el r¨¦gimen sirio. Los ¨¢nimos encendidos de la marcha en contra de la injerencia de Damasco hicieron que la sombra de las divisiones sectarias de la guerra civil (1975-90) volviera a planear sobre la capital libanesa.
Un impresionante despliegue policial y militar control¨® a media tarde a la turba enfurecida. Los choques sirvieron de advertencia de lo delicado de la situaci¨®n que atraviesa el pa¨ªs y del riesgo de contagio inminente del conflicto abierto en Siria al vecino L¨ªbano.
Miles de personas tomaron desde el mediod¨ªa la plaza de los M¨¢rtires, en pleno centro de Beirut, en una manifestaci¨®n convocada por el Movimiento del Futuro, el partido del ex primer ministro Saad Hariri, y otras fuerzas de la oposici¨®n libanesa. El funeral se convirti¨® en una demostraci¨®n de fuerza pol¨ªtica de las facciones antisirias de L¨ªbano.
Los manifestantes congregados en Beirut acusaron al r¨¦gimen sirio del asesinato el viernes de Wissam al Hassan, quien adem¨¢s de jefe del espionaje policial era un destacado defensor de la oposici¨®n siria. El atentado con coche bomba destroz¨® el coraz¨®n del barrio cristiano de Ashrafiyeh y dej¨® claro que los que se atreven a desafiar a la dictadura de Damasco, tampoco est¨¢n a salvo en L¨ªbano.
Los trabajos de Al Hassan resultaron cruciales para la investigaci¨®n internacional sobre el mort¨ªfero atentado contra el ex primer ministro Rafik Hariri en febrero de 2005, que implica a Siria y a Hezbol¨¢, el partido milicia chi¨ª. M¨¢s recientemente, Al Hassan destap¨® los planes de un exministro liban¨¦s pr¨®ximo a Damasco, que pretend¨ªa cometer atentados contra objetivos antisirios.
Para muchos libaneses, el curr¨ªculum de Al Hassan no deja lugar a dudas de la autor¨ªa del atentado del viernes. ¡°Sabemos que lo mat¨® Siria¡±, dice Mohamed Chafchath, un joven de 23 a?os que empu?a una bandera azul, de las que inundan la plaza. Es la se?al de los seguidores de Saad Hariri, cuya presencia se aguardaba en el funeral. El pol¨ªtico vive exiliado entre Par¨ªs y Arabia Saud¨ª. Mientras habla, grupos de j¨®venes piden ¡°libertad¡± y corean ¡°Dios y Hariri¡±.
Antes de la llegada, sobre las 15.30, del cortejo f¨²nebre, el bulevar que se extiende frente a la mezquita de Al Amin parec¨ªa ba?ado por una marea multicolor. Varios simpatizantes del Ej¨¦rcito Libre Sirio (ELS), entre los que se encontraban algunos de los rebeldes armados refugiados en Tr¨ªpoli, al norte del pa¨ªs, hicieron su aparici¨®n. Les sigui¨® un nutrido grupo de salafistas, a cuyo paso se abr¨ªa un reguero de banderas verdes.
¡°Estamos aqu¨ª para demostrar que nadie en L¨ªbano es sirio¡±, clamaba Natalie, de 18 a?os, seguidora del Partido Falangista, miembro de la coalici¨®n del 14 de Marzo. En las manos portaba una pancarta que rezaba ¡°Revoluci¨®n 2012¡±. ¡°El Asad trata desestabilizar el pa¨ªs; estamos aqu¨ª para decir que no lo conseguir¨¢¡±, a?adi¨®.
Los abucheos al actual primer ministro, Nayib Mikati ¡ªmusulm¨¢n sun¨ª, al que acusan de complicidad con Hezbol¨¢ y de no impedir las maniobras de Damasco en L¨ªbano¡ª, se volvieron ensordecedores en cuanto su imagen apareci¨® en la pantalla gigante instalada en un extremo de la plaza. A las pocas horas, los abucheos se convirtieron en enfrentamientos con la polic¨ªa, que emple¨® gases lacrim¨®genos y dispar¨® al aire para dispersar a la multitud y evitar el asalto a la oficina de Mikati en el Parlamento.
Burham, un joven sirio que dijo pertenecer al ELS, asegur¨® que miembros del partido de Hariri le animaron a llegar hasta el Parlamento: ¡°Me dijeron: ¡®?Qu¨¦ est¨¢s esperando?, somos el Movimiento del Futuro¡±. En Tr¨ªpoli, al menos una persona muri¨® este domingo en enfrentamientos armados entre los barrios de Bab al Taban¨¦ y Yabal Mohsen, que contin¨²an desde el s¨¢bado.
El propio Saad Hariri, que el s¨¢bado hab¨ªa pedido a los libaneses desde su exilio que acudieran en masa al funeral, apareci¨® este domingo por la tarde en la televisi¨®n para pedir a los manifestantes que volvieran a sus casas, ante la evidencia de que la situaci¨®n empezaba a escapar a cualquier tipo de control.
El atentado con coche bomba del viernes toc¨® una fibra muy sensible y puso de manifiesto que L¨ªbano est¨¢ a un paso de meterse de lleno en el conflicto sirio. Con las fuerzas pol¨ªticas y sectarias en L¨ªbano divididas a favor y en contra del r¨¦gimen de Damasco, el convencimiento por parte de muchos libaneses de que el r¨¦gimen sirio est¨¢ detr¨¢s del atentado podr¨ªa terminar de polarizar a la sociedad libanesa y hacer saltar la chispa que incendie de nuevo el peque?o y archidividido pa¨ªs de los cedros. As¨ª, mientras las fuerzas de la oposici¨®n sun¨ª apoyan la rebeli¨®n del ELS en contra del presidente Bachar el Asad, Hezbol¨¢, el todopoderoso y gubernamental partido-milicia chi¨ª, apoya sin fisuras al r¨¦gimen de Damasco.
Los conflictos acostumbran adem¨¢s a traspasar sus fronteras y a responder a intereses de pa¨ªses de la zona y tambi¨¦n remotos. Con una oposici¨®n sun¨ª que cuenta con el apoyo Arabia Saud¨ª y de Estados Unidos y con las fuerzas chi¨ªes de Hezbol¨¢ aliadas con Damasco y Teher¨¢n, las repercusiones de un nuevo conflicto en L¨ªbano se perfilan tan peligrosas como imprevisibles.
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