La segunda fase del ascenso chino
Pek¨ªn quiere iniciar un desarrollo m¨¢s equilibrado, menos centrado en el crecimiento y m¨¢s en el consumo, donde el bienestar del ciudadano sea el objetivo prioritario
Para conocer el ¡°verdadero nivel de desarrollo de China¡± es necesario, seg¨²n Liu Shijin, subdirector del Centro de Investigaciones sobre Desarrollo del Consejo de Estado, tener en cuenta que el consumo per c¨¢pita ¡ª1.306 d¨®lares en 2009¡ª apenas asciende al 4% del de Estados Unidos y al 5,5% del de Jap¨®n, pese a que la econom¨ªa china sobrepas¨® a la de su vecino en 2011. Este miedo a convertirse en un gigante con pies de barro es lo que lleva a buena parte del liderazgo chino a asumir que el modelo que han seguido hasta ahora est¨¢ agotado y que China necesita otra estrategia para hacer frente a las demandas de una poblaci¨®n cada d¨ªa m¨¢s informada y m¨¢s exigente. El XVIII Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh), que comienza el 8 de noviembre en Pek¨ªn, tiene como misi¨®n renovar su c¨²pula dirigente, pero tan importante, como este cambio, o m¨¢s, ser¨¢ dar impulso a un sistema que aborde los problemas que acosan a la econom¨ªa china y que garantice una mejora en el nivel de vida de su poblaci¨®n.
Los expertos apuntan al exalcalde de Pek¨ªn y actual viceprimer ministro Wang Qishan, de 63 a?os, como el economista llamado a engrasar los ejes de una nueva estrategia centrada en un crecimiento econ¨®mico m¨¢s moderado y en un fuerte impulso a la innovaci¨®n, al consumo, a las pymes y a la mejora de la calidad de vida y el medioambiente. Todos ellos pasos necesarios para emprender un desarrollo m¨¢s equilibrado en el que el ciudadano, como en los dem¨¢s pa¨ªses avanzados, ocupe un lugar central.
Si todo marcha como previsto, durante el congreso ascender¨¢ al poder la quinta generaci¨®n de dirigentes chinos, encabezada por Xi Jinping, que ocupar¨¢ el esca?o de Hu Jintao en el Comit¨¦ Permanente del Politbur¨®, m¨¢ximo ¨®rgano del poder en China y donde se sienta su direcci¨®n colegiada, que en la actualidad forman nueve hombres, aunque no se descarta una reducci¨®n a siete miembros.
Son muchas las voces que sostienen la necesidad de una direcci¨®n m¨¢s compacta para hacer frente a los tremendos desaf¨ªos que presenta esta segunda fase del ascenso de China. En esa direcci¨®n m¨¢s resolutiva y eficaz, incluyen a Wang Qishan, quien durante a?os ha sido el m¨¢ximo negociador con Estados Unidos y sobre todo fue quien organiz¨®, en 1998, la mayor reestructuraci¨®n bancaria de la historia de China. En un momento en que existe un cierto consenso sobre la urgencia de remodelar el mercado financiero chino para encarar una reforma profunda de su sistema productivo, Wang se alza como uno de sus grandes valores.
Han pasado m¨¢s de tres d¨¦cadas desde que, en diciembre de 1978, Deng Xiaoping (1904-1997), conocido como el arquitecto de la reforma, introdujo las leyes del mercado en la econom¨ªa china e inici¨® la primera fase de su ascenso a potencia mundial. Pero ese modelo de producci¨®n intensiva, sin tener en cuenta otras consecuencias que las de mantener la m¨¢quina a todo gas, ha hecho aguas, sobre todo tras la brutal inyecci¨®n de fondos ordenada por el primer ministro Wen Jiabao para escapar a la recesi¨®n global de 2008. Su programa de est¨ªmulo increment¨® los excedentes, gener¨® inflaci¨®n, tuvo un alto coste medioambiental, no fue selectivo en su inversi¨®n y, lo que es m¨¢s grave, alent¨® en las autoridades locales un mayor endeudamiento.
Ahora, en medio de una nueva crisis global, hay que meter en cintura esos efectos indeseados del plan de est¨ªmulo. Los nuevos dirigentes no tendr¨¢n m¨¢s remedio que ser m¨¢s selectivos en sus inversiones y tener un mayor control de las autoridades locales si quieren seguir avanzando sin agudizar los desequilibrios sociales. China ya ha tenido serios problemas a lo largo de su historia con los barones regionales y los nuevos dirigentes tendr¨¢n que hacer grandes esfuerzos para que los actuales remen en la direcci¨®n de los intereses de Pek¨ªn.
Los signos de cansancio con la actual pol¨ªtica econ¨®mica entre los 1.350 millones de habitantes del pa¨ªs son tambi¨¦n evidentes. Incluso lo reconoci¨® Wen Jiabao, el impulsor de esa pol¨ªtica, durante un viaje a la provincia de Jiangsu en julio pasado. Wen habl¨® entonces de la necesidad de una ¡°inversi¨®n estabilizadora¡±, que haga m¨¢s hincapi¨¦ en el consumo interno y que convierta el bienestar del ciudadano en objetivo prioritario.
Li Keqiang, de 57 a?os, que en noviembre ocupar¨¢ el esca?o de Wen Jiabao en el Comit¨¦ Permanente, se convertir¨¢ tambi¨¦n en primer ministro en marzo pr¨®ximo, durante el pleno de la Asamblea Popular Nacional en que Xi Jinping asumir¨¢ la presidencia de la Rep¨²blica Popular. Viceprimer ministro desde 2008, a nadie se le escapa que Li, como mano derecha de Wen Jiabao, es tambi¨¦n responsable del agotamiento del actual modelo. Sin embargo, los expertos se?alan que no tendr¨¢ reparos en cortar los lazos con su predecesor en cuanto sienta que tiene las manos libres para emprender la transformaci¨®n que ha de marcar la d¨¦cada de su gobierno. De igual manera que Hu y Wen se deshicieron de la herencia pol¨ªtica de sus predecesores, Jiang Zemin y Zhu Rongji.
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