Obama apuesta la reelecci¨®n a su gesti¨®n de la crisis de Sandy
Ambos candidatos vuelven a pedir el voto sin desatender las consecuencias del hurac¨¢n
Mientras la costa Este trata de recuperarse del devastador paso de Sandy, la pol¨ªtica vuelve al primer plano, aunque en la forma delicada que se precisa despu¨¦s de una tragedia. Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos vuelven a pedir el voto tangencialmente, sin aludir directamente a su deseo de ganar. Mitt Romney, con algo menos sutileza, recolect¨® fondos para las v¨ªctimas del hurac¨¢n, pero en Ohio, un estado fundamental en las elecciones, pero sin v¨ªctimas de Sandy. Barack Obama, por su parte, ha suspendido un d¨ªa m¨¢s de campa?a y ha preferido jug¨¢rsela en su conducci¨®n del esfuerzo nacional para superar esta tragedia.
El presidente, que ya cancel¨® todos sus actos del lunes y el martes, ¡°tambi¨¦n permanecer¨¢ el mi¨¦rcoles en Washington para coordinar la respuesta al hurac¨¢n Sandy y asegurar que todos los recursos federales son utilizados para apoyar el trabajo de las autoridades estatales y locales, por lo que no participar¨¢ en los actos de campa?a previstos para ma?ana en Ohio¡±, anunci¨® en un comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Con este, Obama suspende tres m¨ªtines consecutivos en otros tantos d¨ªas en Ohio, un estado que necesita ganar imperativamente para conseguir la reelecci¨®n. Romney intervino el lunes en Ohio, antes de anunciar la suspensi¨®n de su campa?a, y volvi¨® a pronunciar un discurso un d¨ªa despu¨¦s en lo que sus asesores describieron como ¡°un acto de respaldo a las v¨ªctimas de Sandy, no de campa?a electoral¡±. Los efectos del hurac¨¢n llegaron a sentirse levemente en Ohio, un estado del medio oeste, pero no dej¨® da?os apreciables all¨ª.
Obama, por supuesto, intenta estar presente en Ohio sin estar f¨ªsicamente en Ohio. A nadie se le escapa que los estrategas de su campa?a conf¨ªan en que los votantes valorar¨¢n positivamente la decisi¨®n del presidente de mantenerse en su despacho en circunstancias como esta. Es un c¨¢lculo arriesgado, por cuanto esta campa?a est¨¢ tan apretada que el contacto directo con un pu?ado de electores puede llegar a marcar la diferencia. Pero, por el momento, parece estar funcionando.
Obama consigui¨® el martes la aprobaci¨®n de una de las m¨¢s influyentes personalidades del Partido Republicano, Chris Christie, el gobernador de New Jersey, el m¨¢s afectado por la cat¨¢strofe, y que este mi¨¦rcoles visita el presidente estadounidense. ¡°Tengo que decir que el Gobierno, el propio presidente y el administrador de FEMA (la agencia federal de emergencias), Craig Fugate, han estado formidables con nosotros hasta ahora. El presidente ha estado todo el tiempo pendiente y merece reconocimiento por ello, ha sido un apoyo incre¨ªble y muy ¨²til para nuestro estado¡±, afirm¨®. ¡°Me importa un r¨¢bano lo que eso signifique para las elecciones¡±, a?adi¨®.
Mitt Romney, con algo menos sutileza, recolect¨® fondos para las v¨ªctimas del hurac¨¢n, pero en Ohio, un estado fundamental en las elecciones
El equipo de Obama no ha dejado completamente abandonada la campa?a. Su vicepresidente, Joe Biden, mantiene algunos actos, y las dos principales estrellas de su entorno, Bill Clinton y Michelle Obama, est¨¢n a pleno rendimiento. La intervenci¨®n de la primera dama en Iowa estuvo, no obstante, dedicada tambi¨¦n a la labor de su marido frente al Sandy: ¡°Barack va a pasar por encima de la burocracia y va a suministrar en los pr¨®ximos d¨ªas todos los recursos que sean necesarios. Ha convertido esta tormenta en su prioridad, y va a hacer cuanto sea preciso para asegurar que los ciudadanos est¨¦n sanos y salvos¡±.
Al margen de los intereses pol¨ªticos, el hurac¨¢n es realmente la primera preocupaci¨®n nacional. Millones de personas han visto su vida afectada por este desastre. Unos, de la peor manera, con inundaciones que pueden dejarles sin su casa o su negocio por meses. Otros, con p¨¦rdidas de luz o de sus medios de transporte. Todos, con p¨¦rdidas econ¨®micas que puede hacer m¨¢s lento el actual proceso de recuperaci¨®n de la ¨²ltima crisis. Afortunadamente, el precio en vidas humanas no ha sido tan alto, pero este suceso, sobre todo en la ciudad de Nueva York y en el vecino New Jersey, ha recordado a los norteamericanos su vulnerabilidad ante las tragedias.
A nadie se le escapa que los estrategas de la campa?a de Obama conf¨ªan en que los votantes valorar¨¢n positivamente su decisi¨®n de mantenerse en su despacho en circunstancias como esta
Eso, en s¨ª mismo, puede aumentar el cr¨¦dito de quienes est¨¢n al frente de la operaci¨®n de rescate, de la autoridad, en un momento de la campa?a en el que cualquier detalle puede decantar el resultado de un lado o de otro.
El Sandy puede tener otros efectos m¨¢s concretos. El administrador de FEMA ha advertido que las labores de reconstrucci¨®n se prolongar¨¢n a la semana pr¨®xima y pueden tener un impacto sobre las elecciones del martes 6 de noviembre. Puede ser dif¨ªcil desplazar papeletas y material electoral a algunas ¨¢reas. Incluso no se descarta por completo su aplazamiento en algunos lugares.
Eso no deber¨ªa influir decisivamente en los resultados, puesto que casi ninguno de los estados m¨¢s afectados, con excepci¨®n de Virginia, se encuentran entre los m¨¢s indecisos. Lo que s¨ª puede tener consecuencias en los resultados es el juicio del p¨²blico sobre la actitud de cada candidato.
Para Obama, el Sandy es una oportunidad de compensar lo que ha sido uno de sus grandes problemas durante la mayor parte de su presidencia: su aparente frialdad y desconexi¨®n con el ciudadano medio. Obama ha llegado a estas elecciones en un momento en el que, incluso quienes valoran su obra, muestran decepci¨®n por su car¨¢cter. El veterano columnista Richard Cohen escrib¨ªa ayer en The Washington Post que, aunque votar¨¢ por ¨¦l, lamenta que Obama nunca haya llegado a ser Robert Kennedy. Ahora puede corregirlo en parte. Nada como un desastre natural ofrece la oportunidad de identificarse con el sufrimiento de los dem¨¢s. Es una baza que Obama tiene que utilizar con prudencia, pero que puede llegar a ser el factor inesperado que cambie el rumbo de la campa?a, la verdadera sorpresa de octubre.
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