UE y China: di¨¢logo necesario
La UE no dispone de una verdadera estrategia com¨²n con China
Cada vez que se visita China, sea cual sea la frecuencia, no deja de sorprender como fen¨®meno hist¨®rico que refleja la nueva situaci¨®n mundial. Seguimos hablando de ¡°pa¨ªs emergente¡± cuando nos referimos a China, junto al resto de los BRIC, a sabiendas de que la expresi¨®n no recoge la realidad en que vivimos.
China emergi¨® ya con fuerza inusitada, mientras nosotros ¡ªeuropeos de la Uni¨®n¡ª luchamos, sin encontrar el camino, por no sumergirnos. Frente a un proceso ascendente, que parece imparable, otro descendente, de p¨¦rdida de relevancia, que no sabemos parar y menos revertir.
Esta vez, el prop¨®sito de la visita ha sido el inicio de un di¨¢logo que nos permitiera un conocimiento m¨¢s profundo de las realidades rec¨ªprocas.
Es muy dif¨ªcil que China considere a la UE como interlocutor?real del Espacio Europeo
Para mi interlocutor, el ministro Zeng Bijian ¡ªactual presidente del Instituto Chino para la Innovaci¨®n y la Estrategia del Desarrollo de Pek¨ªn¡ª, esa iniciativa de acercamiento mutuo se refleja en un dec¨¢logo bajo una idea fuerza interesante: ¡°Analizar la convergencia de intereses, con la finalidad de crear comunidades de intereses s¨®lidas y duraderas¡±.
En esos diez puntos de su estrategia se incluyen los desaf¨ªos propios de China de corto, medio y largo plazo; su visi¨®n sobre los problemas de la Uni¨®n Europea, incluida la crisis de la deuda y la preocupaci¨®n por las derivadas m¨¢s graves sobre el crecimiento y empleo; y, adem¨¢s, su an¨¢lisis de los intereses compartidos o compartibles bilaterales y globales.
El ministro Zeng Bijian hablaba en su nombre, pero representando un planteamiento estrat¨¦gico asumido por las autoridades chinas. Mi an¨¢lisis de los desaf¨ªos europeos, la percepci¨®n sobre China, las potencialidades de la relaci¨®n entre ambas partes y los puntos de inter¨¦s rec¨ªproco en otras ¨¢reas del mundo, era personal, sin representaci¨®n alguna. Tal vez pesa en la invitaci¨®n al di¨¢logo el encargo al Grupo de Reflexi¨®n Sobre el Futuro de Europa que presid¨ª entre 2008 y 2010.
China ya tiene en su poder deuda soberana de los pa¨ªses europeos por encima de los 500.000 millones de d¨®lares
El primer desequilibrio para hacer avanzar una relaci¨®n fruct¨ªfera para ambas partes son los interlocutores. En la Uni¨®n Europea existen las instituciones de representaci¨®n comunes: La Comisi¨®n y la Presidencia del Consejo ¡ªincluso hay un documento com¨²n para definir la relaci¨®n bilateral, no comparable al que estoy citando por la parte China¡ª; pero no hay que enga?arse, la UE no dispone de una verdadera estrategia com¨²n con China. M¨¢s all¨¢ de lo que dicen los Tratados, los Estados miembros priorizan su relaci¨®n bilateral y directa, de acuerdo con intereses nacionales y no comunes.
Es muy dif¨ªcil, en estas circunstancias, que China considere a la Uni¨®n Europea como interlocutor real del Espacio Europeo que compartimos 500 millones de ciudadanos. No porque no quieran, porque ellos lo proponen analizando las realidades y las potencialidades de esa relaci¨®n, sino porque nosotros, pa¨ªses de la Uni¨®n, tenemos poco en cuenta los intereses comunes y seguimos priorizando los nacionales.
La realidad resultante de un Espacio P¨²blico Compartido, con una moneda ¨²nica en la zona euro, con el mercado interior sin fronteras m¨¢s potente del mundo hasta ahora, pero sin una verdadera proyecci¨®n exterior de estos elementos, adem¨¢s de las carencias de una gobernanza econ¨®mica y fiscal com¨²n, nos debilita a todos, a los m¨¢s grandes y los que no lo son.
Para hablar con China, como la primera potencia ¡°emergente¡± de la nueva realidad mundial, hay que hacerlo con una sola voz, en nombre de todos los pa¨ªses y los ciudadanos de la Uni¨®n. O, al menos, tiene que armonizarse claramente y sin contradicciones, lo que se dice y se hace desde las instituciones que nos representan a todos y lo se propone desde cada uno de los pa¨ªses de la Uni¨®n. La situaci¨®n actual nos debilita, confunde a los interlocutores, limita los avances en inter¨¦s de todos.
China basa su estrategia en dos conceptos fundamentales: ¡°la convergencia de intereses¡± y ¡°las comunidades de intereses¡±. Tratar¨¦ de penetrar es estas ideas y dejar¨¦ para m¨¢s adelante y con m¨¢s extensi¨®n el an¨¢lisis de las propuestas de ese dec¨¢logo, contenidos ambos en el largo e interesante di¨¢logo iniciado.
La idea de estudiar la ¡°convergencia de intereses¡± entre China y la UE tiene un sentido pragm¨¢tico, si quieren ¡°confuciano¡± como lo dem¨¢s, que parte del conocimiento rec¨ªproco de las realidades y los desaf¨ªos que enfrentan ambas partes, en sus propios espacios nacionales o compartidos (UE), a los que se a?aden aquellos exteriores que afectan a los dos. Por ejemplo, Oriente Pr¨®ximo.
Debo decir que me sorprendi¨® la franqueza con la que mi interlocutor me expuso los desaf¨ªos internos que deb¨ªa enfrentar China en el corto, medio y largo plazo. A¨²n sin representaci¨®n alguna, le expuse con la misma franqueza, mi visi¨®n sobre los desaf¨ªos europeos, incluidas las dificultades para encontrar una respuesta a la crisis actual y a la adaptaci¨®n de la Uni¨®n Europea a los retos de la globalizaci¨®n.
Desde su punto de vista, que me parece el m¨¢s operativo, ¡°la convergencia de intereses¡± deber¨ªa llevar a unas posiciones compartidas en aquellos asuntos que se consideren por ambas partes. Es este un ejercicio de di¨¢logo entre responsables pol¨ªticos capaces de decidir sobre esos espacios de inter¨¦s que se comparten.
Sobre estas coincidencias se dar¨ªa un segundo paso para crear ¡°comunidades de intereses¡± con vocaci¨®n de permanencia y solidez en el tiempo. Por tanto, con visi¨®n de medio y largo plazo.
Pondr¨¦ un ejemplo de esto ¨²ltimo de gran actualidad. La UE ha propuesto a China que participe en el Fondo de Rescate de la Deuda. Ya en la reuni¨®n del G-20 en el sur de Francia, los representantes chinos pusieron pegas razonables a la propuesta. Entre otras, la falta de claridad y determinaci¨®n de la Uni¨®n Europea para configurar y hacer operativo ese fondo. Yo a?adir¨ªa, adem¨¢s, que China ya tiene en su poder deuda soberana de los pa¨ªses europeos por encima de los 500.000 millones de d¨®lares.
Suger¨ª, alternativamente, si China estar¨ªa dispuesta a participar, con el Banco Europeo de Inversiones en un fondo¡ para canalizar 400.000 millones de euros en inversiones, imprescindibles para la reactivaci¨®n de la cada vez m¨¢s deprimida econom¨ªa de la Uni¨®n Europea. Infraestructuras de gran trascendencia para el futuro competitivo de la UE formar¨ªan parte del paquete, sin afectar a la deuda p¨²blica y superando esta obsesi¨®n autodestructiva del ajuste a costa de todo lo dem¨¢s.
Obviamente corresponde a China pronunciarse sobre algo como esto, si la UE es capaz de articular la respuesta que necesitamos para mejorar la demanda, el empleo y la competitividad. Solo puedo adelantar que es un lenguaje m¨¢s comprensible para China que el que se est¨¢ empleando hasta ahora. Y que tengo la impresi¨®n de que entrar¨ªan en una operaci¨®n as¨ª con m¨¢s facilidad y ganas que en la que se les est¨¢ proponiendo.
Felipe Gonz¨¢lez ha sido presidente del Gobierno espa?ol.
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