Un mandato complicado
El presidente Obama ne enfrente una C¨¢mara de Representantes en la que los republicanos mantienen la mayor¨ªa
Tras un final de campa?a con m¨¢s apuros de lo que los dem¨®cratas pronosticaban hace solo cinco semanas, el presidente Obama tiene poco tiempo para celebrar su victoria. Nadie le puede regatear el festejo del triunfo logrado a contracorriente de una econom¨ªa que no acaba de despegar y de un desempleo demasiado elevado para los norteamericanos. Pero ¨¦l sin duda sabe que su segundo mandato ----aquel en el que rematar¨¢ y definir¨¢ su legado para la historia, adem¨¢s de haber sido el primer presidente negro de EEUU--- est¨¢ lleno de escollos y que preside un pa¨ªs notablemente polarizado.
Para empezar, tiene enfrente una C¨¢mara de Representantes en la que los republicanos mantienen la mayor¨ªa. Los dos ¨²ltimos a?os, desde las elecciones de mitad de mandato de 2010, la radicalidad de la oposici¨®n republicana ¨Cy no haberla sabido sortear negociando fue uno de los puntos d¨¦biles de Obama--- acentu¨® el bloqueo pol¨ªtico de Washington. El llamado precipicio fiscal viene precisamente de esa ¨¦poca: la C¨¢mara de mayor¨ªa republicana, bajo la presi¨®n de los conservadores fiscales del Tea Party, logr¨® que a cambio de la ley de Control Presupuestario para elevar el techo de la deuda en 2011 haya , desde el 1 de enero de 2013, una reducci¨®n autom¨¢tica del gasto p¨²blico y una subida general de impuestos con el objetivo de reducir el d¨¦ficit fiscal en un 5% en 2013. Si no hay acuerdo sobre el precipicio fiscal (por lo menos aplazar seis meses la entrada en vigor de los recortes y la subida de impuestos), esta letal combinaci¨®n ser¨¢ mortal para una econom¨ªa en proceso an¨¦mico de recuperaci¨®n.
No va a ser f¨¢cil ¨Cno lo fue en 2011¡ªnegociar con un Partido Republicano que controla la C¨¢mara y estar¨¢ al tiempo en pleno proceso de reconversi¨®n y quiz¨¢ de guerra civil interna despu¨¦s de dos derrotas presidenciales consecutivas, con un recambio generacional en el que se ha sacrificado a veteranos moderados. No va a ser sencillo superar la polarizaci¨®n no s¨®lo sobre asuntos econ¨®micos, sino sobre opciones de pol¨ªtica social que est¨¢n en el punto de mira de los m¨¢s aguerridos legisladores republicanos. Y ayudar¨¢ poco a definirse a los republicanos la campa?a presidencial de Mitt Romney, su trayectoria de decir una cosa y la contraria, el contraste entre aquel gobernador de Massachussets que supo implicar a la oposici¨®n dem¨®crata en sus decisiones, poner en marcha un plan de salud relativamente similar al de Obama y simpatizar con el matrimonio gay y el candidato que para ganar las primarias cortej¨® a las bases m¨¢s radicales del partido.
Hacia el mundo, y sobre la base de una amplia coincidencia en pol¨ªtica exterior para lidiar con China, la otra superpotencia, el presidente Obama tendr¨¢ que mantener el pulso de la retirada de Afganist¨¢n, anunciada para finales de 2014, sin perder de vista a Pakist¨¢n ni a las franquicias de Al Qaeda en pa¨ªses africanos y asi¨¢ticos. Pero, sobre todo, tendr¨¢ que vigilar a Ir¨¢n. Las ¨²ltimas Administraciones norteamericanas se han comprometido a frenar el desarrollo del programa nuclear de Teher¨¢n, pero EEUU est¨¢ en fase de salida de guerras, no de entrada en nuevos conflictos, y la Casa Blanca tendr¨¢ muy poco apetito para nada que no sea sanciones y una equilibrada dosis de palo y zanahoria.
?Lo m¨¢s dif¨ªcil para Obama? Liderar un pa¨ªs dividido, cambiar el humor de sus conciudadanos, devolverles la alegr¨ªa de vivir, la esperanza de progresar. Adem¨¢s del precipicio fiscal, de estimular una recuperaci¨®n econ¨®mica seria que cree m¨¢s y mejor empleo y de patrullar por el mundo, aunque sea a su pesar, lo que el cuadrag¨¦simo cuarto presidente de EEUU tiene pendiente es lo que le llev¨® en volandas a la Casa Blanca hace cuatro a?os: su compromiso de reconciliar a los estadounidenses, mejorar la ¨¢spera bronca pol¨ªtica, reparar la fractura social y atajar las crecientes desigualdades¡ Su promesa de restablecer el sue?o, su mensaje ----rom¨¢ntico, populista, pero ilusionante--- de la convenci¨®n de Boston, el 27 de julio de 2004, cuando rechaz¨® el enfrentamiento entre una Am¨¦rica progresista y otra conservadora, entre lo negro, lo blanco, lo asi¨¢tico y lo hispano. Cuando afirm¨® su visi¨®n de un pa¨ªs en el que se hacen realidad las historias m¨¢s improbables, su fe en una sociedad que nunca deja de reinventarse, su idea de una Am¨¦rica abierta que avanza, optimista, hacia el futuro.
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