Europa en la ma?ana despu¨¦s
La UE puede so?ar que en el Obama 2.0 puede encontrar un aliado para superar su fragilidad
Cuando Norteam¨¦rica se va a dormir, Europa se despierta. En la ma?ana despu¨¦s de la larga jornada electoral, los europeos se desperezan un poco m¨¢s aliviados con la victoria de Obama. De esa nebulosa llena de luces y estruendo, como si fueran jirones de una fiesta, se desprenden algunos mensajes ilusionantes para una Europa aletargada por la crisis, que va perdiendo la capacidad de so?ar.
?Uno importante es que una Naci¨®n son todos sus nacionales, sus ciudadanos de cualquier condici¨®n. Romney debi¨® escuchar al viejo Abraham Lincoln: se puede enga?ar a las minor¨ªas, pero no a todas y todo el tiempo que dura una campa?a. Un candidato a presidente de EEUU puede ganar sin o incluso contra los negros, los hispanos, las mujeres, los j¨®venes, o los homosexuales. Pero no puede vencer sin ellos o contra todos ellos.
?Otra m¨²sica refrescante que llega desde el otro lado del Atl¨¢ntico es que las econom¨ªas son m¨¢s importantes que la Econom¨ªa. Una mayor¨ªa de estadounidenses ha priorizado el crecimiento, los empleos y la protecci¨®n social sobre el miedo al t¨®tem del d¨¦ficit. Un poco m¨¢s recargados de raz¨®n, podemos decir esta ma?ana despu¨¦s a nuestros pol¨ªticos: ?son los empleos, est¨²pido!.
?Lo com¨²n de estos dos mensajes es que son un alegato contra un tipo de sociedad excluyente que se est¨¢ gestando en el interior de los pa¨ªses del viejo continente al igual que en EEUU.
?En la ma?ana despu¨¦s a la victoria dem¨®crata, tambi¨¦n es el momento de resucitar un bello t¨®pico: el subid¨®n de adrenalina de la fiesta norteamericana, ?brinda una segunda oportunidad a los europeos! En su primer mandato, Obama ha encontrado una Europa en declive, sin la suficiente fuerza de esp¨ªritu como para ponerse al mismo nivel, sin l¨ªderes. Hoy parece un poco m¨¢s f¨¢cil que alg¨²n mandatario europeo, v¨¦ase Hollande o Rajoy, traten de sacar mayor provecho a la apuesta por el crecimiento del reelegido presidente. Recientemente, cuando la crisis de la deuda ha puesto en peligro el euro, un Obama atenazado en casa por el Tea Party ha evitado enfangarse en un tira y afloja con Berl¨ªn. Su exhortaci¨®n a emprender reformas laborales, fiscales y bancarias en la periferia europea, ha silenciado en gran medida aquella otra a favor de las pol¨ªticas de est¨ªmulo para una salida global a la crisis. Nadie en Europa supo escucharlo.
En la ma?ana despu¨¦s, los federalistas europeos pueden olvidar por un momento la ceguera, la lentitud o la deslealtad de unos y otros, y so?ar que en el Obama 2.0. encontrar¨¢n un aliado para superar la fragilidad de la UE. Que en los pr¨®ximos cuatro a?os podremos cooperar con Washington levantar a su imagen y semejanza un verdadero Banco Central y vasos comunicantes entre Bruselas, Fr¨¢ncfurt y los m¨¢s de 27 Estados.
?En la ma?ana despu¨¦s, podemos so?ar que Obama pondr¨¢ a Europa en el centro de su atenci¨®n y acabar¨¢ convirti¨¦ndose en un abanderado de nuestra uni¨®n pol¨ªtica, fiscal, y bancaria. En la ¨²ltima fase de campa?a, el repunte del empleo en EEUU ha mitigado los efectos visibles de la austeridad europea. Pero el error de fondo sigue ah¨ª, y est¨¢ por ver c¨®mo reaccionar¨¢ en adelante Obama si esa pol¨ªtica pone en riesgo a EEUU. En ese caso, los d¨ªas de la austeridad impuesta por Merkel estar¨ªan contados.
?Pero claro, todo lo anterior podr¨ªan ser meras ilusiones de la ma?ana despu¨¦s.
Vicente Palacio es Director adjunto en la Fundaci¨®n Alternativas (Opex)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.