No es para viejos
?Es la demograf¨ªa, est¨²pido! Pero tambi¨¦n la econom¨ªa, la empat¨ªa con la clase media laminada por la crisis, ¡°es uno delos nuestros y cuidar¨¢ de nosotros¡±, la fiabilidad, y tambi¨¦n la pasi¨®n demostrada en los ¨²ltimos d¨ªas. Los j¨®venes, un 19% de la poblaci¨®n, probablemente muchos de ellos desencantados con el presidente, han acudido a las urnas y le han votado de nuevo; tambi¨¦n en gran n¨²mero las mujeres, asustadas por el programa de derribo social de Romney y por la intrusi¨®n de los republicanos en las alcobas y en el derecho de las mujeres a decidir lo que hacen con su cuerpo. El aspirante se ha hecho fuerte entre los ciudadanos senior, mayores de 64 a?os, y en la franja de edad media. Pero no le ha bastado. Estados Unidos no es un pa¨ªs para viejos. La demograf¨ªa joven, producto en gran medida de ser una naci¨®n de inmigrantes, le permite continuar siendo un pa¨ªs con futuro, innovador, capaz de mantener en el siglo XXI un gran peso e influencia mundial a pesar de su relativo declive. El primer presidente negro ha logrado repetir y consolidar la coalici¨®n multi¨¦tnica y de g¨¦nero que le aup¨® a la presidencia hace cuatro a?os. A pesar del desencanto con las expectativas de 2008 esa colcha multicolor se ha movilizado y ha reelegido a Barack Obama para un segundo mandato. Y lo ha hecho sabiendo lo que hace, quiz¨¢ en gran medida como un mal menor, sin esperar milagro alguno.
Los republicanos deber¨¢n replantearse muchas cosas a partir de hoy
Aunque tremendamente ajustado en el voto popular y muy amplio en el colegio electoral, lo que revela un pa¨ªs dividido en dos, la victoria de Obama es un rechazo a la Am¨¦rica m¨¢s conservadora, cautiva de un pasado id¨ªlico que ya no existe, con fe de carbonero en que el mercado resuelva m¨¢gicamente las cosas, una naci¨®n en la que aumenta la desigualdad, donde el contrato social de que todo el mundo tiene su oportunidad para alcanzar el sue?o americano se ha roto. Romney ha fracasado en su intento de convertir la elecci¨®n en un refer¨¦ndum sobre la econom¨ªa. Con un 2% de crecimiento del PIB, aun an¨¦mico para consolidar la recuperaci¨®n, e indicios consistentes de que comienza a crearse empleo, Obama ha conseguido la reelecci¨®n sin haber salido de la crisis econ¨®mica. Romney no ser¨¢, como pretend¨ªa, el consejero delegado de Am¨¦rica S.A. El Gobierno es rechazado casi gen¨¦ticamente por los estadounidenses pero el desprecio de los republicanos por lo p¨²blico, sin matices, se les ha vuelto en contra como un boomerang. En tiempos de necesidad son m¨¢s necesarios el Gobierno y los salvavidas p¨²blicos: el hurac¨¢n Sandy, que ha descargado tan pegado a la elecci¨®n, lo ha puesto de manifiesto.
Los j¨®venes, un 19% de la poblaci¨®n, muchos de ellos desencantados con el presidente, han acudido a las urnas y le han votado de nuevo
Los republicanos deber¨¢n replantearse muchas cosas a partir de hoy. La primera, su liderazgo, hu¨¦rfano tras la derrota de Romney, el candidato veleta, que cada d¨ªa promet¨ªa una cosa seg¨²n el p¨²blico que tuviera delante; a continuaci¨®n el reconocimiento de que EE UU no es un pa¨ªs mayoritariamente de Torquemadas: se gana desde el centro. Y, por ¨²ltimo, que no se puede llegar a la Casa Blanca solo con el voto de la mayor¨ªa blanca, declinante, y pensando ¨²nicamente en los ricos y en las rentas m¨¢s altas. El partido Republicano se ha enajenado de una manera suicida a los latinos, la primera minor¨ªa; ha perdido el favor de las mujeres, que votan m¨¢s que los hombres y, por supuesto es dalt¨®nico ante los negros. El triunfo de Obama es muy meritorio pero no ha recibido un mandato rotundo. Romney no ha sido un candidato tan d¨¦bil como se presum¨ªa al principio. Un estudio realizado en la universidad de Harvard estim¨® que en 2008 Obama pudo perder, por su color, entre un 3% y un 5% de votos. Ha vuelto a superar el prejuicio del racismo. Estados Unidos progresa.
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