La Iglesia da carpetazo al ¡®Vatileaks¡¯
El esc¨¢ndalo por el robo y difusi¨®n de documentos secretos de Benedicto XVI termina con la condena al mayordomo personal y a un inform¨¢tico
La verdad oficial del Vaticano dice que el mayordomo del Papa y su amigo el inform¨¢tico son los ¨²nicos culpables del caso Vatileaks, la difusi¨®n masiva de documentos secretos de Joseph Ratzinger que pusieron al descubierto las feroces batallas de poder en la Santa Sede. Un mes despu¨¦s de que Paolo Gabriele fuese condenado a 18 meses de prisi¨®n por robar la correspondencia de Benedicto XVI, a quien serv¨ªa como ayudante de c¨¢mara desde hac¨ªa seis a?os, el tribunal del Vaticano conden¨® ayer al inform¨¢tico Claudio Sciarpelletti a cuatro meses de c¨¢rcel ¡ªque no tendr¨¢ que cumplir¡ª por obstruir la investigaci¨®n. Sciarpelletti ofreci¨® hasta tres versiones distintas sobre qui¨¦n le hab¨ªa entregado un sobre con documentos que la Gendarmer¨ªa encontr¨® en su despacho.
El inform¨¢tico fue detenido el pasado 25 de mayo, un d¨ªa despu¨¦s que Paolo Gabriele. Una llamada an¨®nima realizada desde la Secretar¨ªa de Estado inform¨® a los investigadores de la amistad de Sciarpelletti con el mayordomo. Durante la vista oral, William Kloter, vicecomandante de la Guardia Suiza, resalt¨® la cara de espanto del inform¨¢tico cuando, entre sus papeles, apareci¨® el sobre ¡ªni grande ni peque?o¡ª con la documentaci¨®n sustra¨ªda. La primera versi¨®n de Sciarpelletti fue que se lo hab¨ªa dado el mayordomo del Papa, con quien le un¨ªa una buena amistad y gustaban de comentar juntos los asuntos, no siempre ejemplares, del Vaticano. Luego se desdijo y acus¨® a uno de sus jefes, monse?or Carlo Maria Polvani, jefe de la Oficina de Informaci¨®n y Documentaci¨®n de la Secretar¨ªa de Estado. Aquella acusaci¨®n llevaba veneno dentro.
No solo porque Polvani, en funci¨®n de su encargo, manejase material sensible, sino porque el sacerdote es nada m¨¢s y nada menos que sobrino de Carlo Maria Vigan¨°, un nombre crucial en esta historia de intrigas. No en vano, la primera noticia de las guerras intestinas en la cumbre de la Iglesia fue la divulgaci¨®n de una carta del arzobispo Vigan¨°, actual nuncio en Estados Unidos, en la que avisaba al Papa de diversos casos de corrupci¨®n dentro del Vaticano y le ped¨ªa no ser reemplazado de su cargo como secretario general del Governatorato ¡ªresponsable de licitaciones y abastecimientos¡ª para llegar hasta el fondo del asunto. Sin embargo, Benedicto XVI prefiri¨® hacer o¨ªdos sordos y enviarlo lejos de Roma.
Durante la vista oral, monse?or Polvani ¡ªel sobrino de Vigan¨°¡ª cont¨® que un d¨ªa del pasado verano, al entrar en el despacho del inform¨¢tico, ¨¦ste le dirigi¨® unas extra?as palabras que en aquel momento no entendi¨®: ¡°Me dijo que lo hab¨ªa tenido que hacer por sus hijos, por su familia, que yo lo tendr¨ªa que entender y perdonar¡±.
Nada se ha sabido de la investigaci¨®n directa que encarg¨® Ratzinger
En aquel momento ¡ªjunio o julio pasados¡ª ni Polvani ni pr¨¢cticamente ninguna persona en el Vaticano sab¨ªa que el inform¨¢tico hab¨ªa sido detenido. Tras ser arrestado e interrogado el 25 de mayo, Sciarpelletti pas¨® una noche en prisi¨®n y luego fue puesto en libertad y se reincorpor¨® a su lugar de trabajo. Aunque durante la segunda y ¨²ltima sesi¨®n del juicio el propio Paolo Gabriele admiti¨® que fue ¨¦l quien le confi¨® el sobre con la documentaci¨®n, el inform¨¢tico insisti¨® en que tal vez s¨ª pero que no se acordaba de nada, que todo sucedi¨® hace demasiado tiempo y que quiz¨¢ le entreg¨® toda la documentaci¨®n de una vez o tal vez poco a poco¡
El caso es que el aluvi¨®n de filtraciones que tuvo en vilo al Vaticano durante varios meses, que sirvi¨® para que el periodista Gianluigi Nuzzi escribiera un libro escandaloso de tremendo ¨¦xito y que llev¨® a L'Osservatore Romano ¡ªel diario oficial del Vaticano¡ª a definir a Joseph Ratzinger como ¡°un Papa rodeado por lobos¡±, se ha quedado pr¨¢cticamente en nada. La versi¨®n oficial del Vaticano es, por el momento, la que recogen las dos sentencias. Que el mayordomo Gabriele rob¨® y filtr¨® la documentaci¨®n secreta del Papa con la intenci¨®n de ayudar al Santo Padre y a la Iglesia. Y que el inform¨¢tico Sciarpelletti es un pobre diablo que acus¨® a diestro y siniestro para quitarse el muerto de encima.
Nada se sabe de la investigaci¨®n que, por encargo directo de Ratzinger, llevaron adelante tres octogenarios cardenales de su confianza. Nada tampoco de la veracidad o no de aquellas acusaciones de corrupci¨®n que le valieron el destierro al arzobispo Vigan¨°. Hay que tener mucha fe, ninguna esperanza e infinita caridad para dar por buena la verdad oficial del Vaticano sobre el llamado caso Vatileaks.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.