La motosierra de Trump
La pregunta de si la democracia est¨¢ en peligro (especialmente en EE UU) ya?no es ret¨®rica
Ma?ana comienza la ¡°era Trump¡±, posiblemente un ciclo ideol¨®gico largo que puede afectar a varias generaciones de ciudadanos. Como sucedi¨® a finales de los a?os setenta y principios de los ochenta del siglo pasado con la llegada al poder de Reagan y Thatcher, aunque ambos parezcan hoy unos tiernecitos moderados al lado de la motosierra de Trump y de la deriva autoritaria que experimentan amplias zonas del planeta. La historia est¨¢ llena de ejemplos de pol¨ªticos que tacharon a Hitler de loco y creyeron que nunca aplicar¨ªa su programa expansionista.
Los vac¨ªos en pol¨ªtica siempre se llenan. A c¨¢mara lenta est¨¢ desapareciendo una generaci¨®n de pol¨ªticos socialdem¨®cratas y conservadores que construyeron el mundo de las ¨²ltimas d¨¦cadas. V¨¦anse las im¨¢genes de los ¨²ltimos presidentes de EE UU en el funeral de Jimmy Carter: los Obama, Clinton, Biden, incluso Bush hijo (otro aprendiz, comparado con Trump). Trudeau acaba de dejar el poder en Canad¨¢ despu¨¦s de un extenso mandato, y es probable que en un futuro bastante inmediato salgan de nuestras vidas el alem¨¢n Scholz y el franc¨¦s Macron, como lo hizo la que parec¨ªa insustituible, Angela Merkel. De uno y otro signo ideol¨®gico. Y llegan Trump, Vance, Meloni, Milei, se mantienen Erdogan y el indio Modi, y posiblemente se instale Marine Le Pen. Se sustituye una cosmovisi¨®n liberal por otra iliberal.
El MAGA (Make America Great Again), que no era m¨¢s que un eslogan hace ocho a?os, cuando Trump gan¨® las primeras elecciones, se ha convertido en una poderosa m¨¢quina nacionalista, y la pregunta de si la democracia estaba en peligro ¡ª especialmente en EE UU¡ª ha dejado de ser ret¨®rica.
Entre el primer libro escrito por los dos profesores de Harvard, Steven Levitsky y Daniel Ziblatt (C¨®mo mueren las democracias, Ariel) y el segundo (La dictadura de la minor¨ªa, de la misma editorial) han transcurrido seis a?os (de septiembre de 2018 a mayo de 2024). Conviene comparar sus contenidos para observar lo que ha sucedido en t¨¦rminos de democracia. En el primero, los autores todav¨ªa mantienen la idea de tantos cient¨ªficos sociales (por ejemplo, Amartya Sen) de que las democracias ricas y las democracias veteranas nunca mueren.
Luego llegaron los sucesos del Capitolio. Levitsky y Ziblatt se apoyan en tres leyes impl¨ªcitas que todos los partidos deben cumplir: aceptar siempre los resultados de las elecciones justas, ganen o pierdan; rechazar sin ambages el uso de la violencia para conseguir el poder o para aferrarse a ¨¦l, y romper con los extremistas antidemocr¨¢ticos. El Partido Republicano de Trump, entre noviembre de 2020 y enero de 2021 se neg¨® a aceptar la derrota electoral y trat¨® de revocar el resultado de las elecciones; toler¨® una insurrecci¨®n violenta y de hecho sus l¨ªderes la alentaron; tampoco ha roto con los extremistas violentos, a algunos de los cuales se propone amnistiar ahora, en cuanto Trump llegue a la Casa Blanca.
En Europa, rara vez el auge de los partidos xen¨®fobos y antisistema se est¨¢ desarrollando de un modo tan radical como en EE UU. Muchas caracter¨ªsticas de la extrema derecha son motivo de preocupaci¨®n, incluyendo el desprecio por los derechos de las minor¨ªas adem¨¢s de, en muchos casos, sus simpat¨ªas por Putin. No obstante, hasta el momento casi todos ellos han seguido las normas de la democracia, aceptando los resultados electorales y rechazando la violencia pol¨ªtica. Hay tambi¨¦n otra diferencia: en EE UU han llegado a ascender al poder federal personajes extremistas, mientras que en Europa han sido relegados hasta ahora en su mayor¨ªa a la oposici¨®n o, en unos pocos casos, a gobiernos de coalici¨®n. Estas circunstancias son todav¨ªa un blanco m¨®vil, pero hasta el momento permiten plantear el siguiente interrogante: por qu¨¦ de entre todas las democracias ricas y veteranas solo EE UU ha estado al borde del abismo.
Ma?ana comienza la motosierra de Trump. Se puede hacer una analog¨ªa, al menos te¨®rica, entre lo que suponen sus palabras sobre Groenlandia, Panam¨¢ y Canad¨¢ y la realidad cruel del intento ruso de anexi¨®n de Ucrania.
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