El Partido Republicano conoci¨® antes de las elecciones el ¡®caso Petraeus¡¯

El reguero de dudas y sospechas que va dejando el caso Petraeus aumenta a diario. La ¨²ltima ha sido la confirmaci¨®n de que el grupo republicano en el Congreso conoci¨®, al m¨¢s alto nivel, la investigaci¨®n que llevaba a cabo el FBI sobre el director de la CIA el pasado 27 de octubre, es decir, antes de la fecha de las elecciones presidenciales. Esto aumenta de forma significativa la posibilidad de que el Capitolio acabe implic¨¢ndose en el esclarecimiento del esc¨¢ndalo, lo que elevar¨ªa tambi¨¦n sus repercusiones pol¨ªticas.

El director de comunicaci¨®n del l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes, Eric Cantor, dijo ayer a la agencia Associated Press que su jefe conoci¨® ese s¨¢bado 27 la existencia de una investigaci¨®n sobre la relaci¨®n extramatrimonial de David Petraeus por medio de una fuente del FBI que no conoc¨ªa y que no ha sido revelada.

El enlace para esa conversaci¨®n, seg¨²n esa misma fuente, fue el miembro republicano de la C¨¢mara Dave Reichter, quien conoc¨ªa a alguien en el FBI que le hab¨ªa filtrado lo que hasta entonces era un secreto. Despu¨¦s de reunirse con sus colaboradores, Cantor decidi¨® ponerse personalmente en contacto con los responsables del FBI, lo que no hizo hasta el mi¨¦rcoles 31, debido, seg¨²n esta versi¨®n, a que las oficinas p¨²blicas estaban cerradas por el hurac¨¢n Sandy.

La oficina de Cantor no ha dicho con qui¨¦n habl¨® en el FBI, pero s¨ª que recibi¨® garant¨ªas de que se estaba actuando en beneficio de la seguridad nacional, aunque no se le confirm¨® oficialmente la investigaci¨®n sobre Petraeus. En esas circunstancias, el n¨²mero dos del Partido Republicano en la C¨¢mara, tras su presidente, John Boehner, decidi¨® no compartir esa informaci¨®n con nadie. ¡°En ese momento era solo una acusaci¨®n personal sin fundamento oficial¡±, dijo su director de comunicaciones, Rory Cooper, a Associated Press.

El calendario de los hechos es muy importante en este asunto porque en esos d¨ªas se estaba en la recta final de una campa?a presidencial muy igualada en la que cualquier peque?a sorpresa podr¨ªa haber influido en alg¨²n sentido. Es dudoso el impacto que hubiera podido tener la revelaci¨®n de los problemas de Petraeus, quien, aunque ocupaba un puesto muy relevante en la Administraci¨®n de Barack Obama, estaba ideol¨®gicamente m¨¢s cercano al Partido Republicano, por el que son¨® varias veces como posible candidato presidencial.

Resulta, en todo caso, extra?o que un funcionario del FBI decidiera ponerse en contacto con los republicanos en lugar de la Casa Blanca o el partido del Gobierno

La Casa Blanca ha dicho hasta ahora que las primeras noticias sobre la situaci¨®n de Petraeus fueron recibidas el mi¨¦rcoles pasado, cuando el general llam¨® al consejero de Seguridad Nacional, Thomas Donilon, para pedirle una cita con el presidente. Obama lo recibi¨® al d¨ªa siguiente y le comunic¨® su aceptaci¨®n de la dimisi¨®n un d¨ªa m¨¢s tarde. Obama tiene prevista ma?ana una conferencia de prensa en la que, probablemente, tendr¨¢ que confirmar esos detalles.

Resulta, en todo caso, extra?o que un funcionario del FBI decidiera ponerse en contacto con los republicanos en lugar de la Casa Blanca o el partido del Gobierno. Seg¨²n The New York Times, lo hizo porque se sent¨ªa frustrado por los obst¨¢culos encontrados en la investigaci¨®n, que hab¨ªa comenzado el verano por la denuncia de un mensaje amenazante escrito desde el correo de la amante de Petraeus contra otra mujer, Jill Kelley, que tambi¨¦n podr¨ªa haber sido su amante. Pero tampoco se puede descartar que el agente del FBI quisiese poner en manos del Partido Republicano lo que pod¨ªa ser una bomba a poco m¨¢s de una semana de las elecciones.

Esta sucesi¨®n de hip¨®tesis sospechosas parece invitar a que el Congreso, en alg¨²n momento, tome cartas en el asunto. Petraeus tiene actualmente dos frentes abiertos en el Capitolio. Uno es este, el esclarecimiento de por qu¨¦ el FBI no report¨® la investigaci¨®n en marcha, as¨ª como el da?o hecho a la seguridad nacional. El otro, que le ata?e m¨¢s directamente, es el de las crecientes presiones para que comparezca a informar sobre el ataque del 11 de septiembre pasado contra el consulado norteamericano en Bengasi. Probablemente, esto ¨²ltimo se decidir¨¢ despu¨¦s de escuchar el mi¨¦rcoles al actual director en funciones de la CIA, Michael Morell.