Ingleses y galeses votan para elegir a sus ¡®sheriffs¡¯
Inglaterra y Gales eligen por primera vez a las autoridades locales responsables de la polic¨ªa
Los votantes de Inglaterra y Gales tienen hoy jueves la oportunidad de elegir directamente con su voto a los llamados Comisarios de Polic¨ªa y Crimen (PCC en sus siglas en ingl¨¦s), aunque el cargo,?commissioner en ingl¨¦s, podr¨ªa tambi¨¦n traducirse como comisionado. Aunque no tendr¨¢n capacidad de dirigir operativamente a la polic¨ªa, ser¨¢n los responsables de fijar las prioridades de la acci¨®n policial y su presupuesto y tendr¨¢n derecho a nombrar y a cesar a los comisarios jefes de su departamento.
Esta especia de sheriffs que David Cameron se ha sacado de la chistera nacen entre la desconfianza de los mandos policiales, las cr¨ªticas de la oposici¨®n y la indiferencia de los votantes. Solo se espera que entre el 15% y el 20% de los electores convocados se tomen la molestia de acercarse a las urnas, lo que convertir¨ªa en todo un ¨¦xito la participaci¨®n del 24% que se registr¨® en las elecciones europeas de 1999, r¨¦cord hist¨®rico de desinter¨¦s.
La participaci¨®n es importante porque el objetivo final de todo el ejercicio es darle mayor legitimidad democr¨¢tica, adem¨¢s de una visibilidad que ahora no existe, a la manera en que se controla la acci¨®n policial. La ministra del Interior, Theresa May, asegura que, por baja que sea la participaci¨®n, los comisarios electos ser¨¢n ¡°la voz del pueblo¡±. El Gobierno de conservadores y liberales-dem¨®cratas defiende que el nuevo sistema permitir¨¢ a la gente saber a qui¨¦n ha de pedir cuentas si no est¨¢n satisfechos con el trabajo de la polic¨ªa y podr¨¢n hacerlo cada cuatro a?os mediante su voto.
Pero el proyecto ha nacido rodeado de dudas y de cr¨ªticas. Entre otras muchas, la decisi¨®n de convocar las elecciones en noviembre, y no en mayo como es habitual en este pa¨ªs, y sin que los electores sepan muy bien de qu¨¦ va el asunto.
Pero esa es una cr¨ªtica circunstancial. Otras tienen mayor calado. La polic¨ªa, por ejemplo, teme que todo esto lleve a una politizaci¨®n de su trabajo. Primero, porque el nuevo comisario puede tener tendencia a defender las pol¨ªticas de su partido, a pesar de que deber¨¢ prestar un juramento de imparcialidad para garantizar que act¨²a por encima de los partidos. Tambi¨¦n temen que alguno de ellos pueda ser elegido con una promesa electoral muy atractiva pero imposible de poner en pr¨¢ctica. Como, por ejemplo, el desmantelamiento en su departamento de las c¨¢maras de circuito cerrado con las que se vigilan las calles de casi todo el pa¨ªs. O con promesas que pueden forzar a la polic¨ªa a centrarse en ciertas tareas por su impacto medi¨¢tico, como declarar la guerra a los llamados hoodies, los j¨®venes encapuchados de las barriadas a los que buena parte de la poblaci¨®n achaca todos los problemas de gamberrismo como si el h¨¢bito hiciera al monje.
Otra cr¨ªtica es que el nuevo sistema rompe el equilibrio existente desde que se cre¨® la polic¨ªa, que se basa en un sistema tripartito: el Ministerio del Interior marca las prioridades generales y los objetivos concretos, los jefes de polic¨ªa de cada uno de las 43 fuerzas regionales son los responsables de ejecutar ese programa y la llamada Autoridad Policial Local se encarga de controlar el trabajo de la polic¨ªa. Esa autoridad local, formada por concejales y expertos, es ahora completamente invisible para la poblaci¨®n, los medios e incluso la polic¨ªa, lo que a ojos del Gobierno la hace poco efectiva.
A partir de ahora, el nuevo comisario electo ya no depender¨¢ del Home Office, controlar¨¢ directamente a la polic¨ªa ¨Caunque no podr¨¢ interferir en las decisiones operativas¨C y a su vez estar¨¢ sujeto al control de un panel de expertos y del voto de las urnas.
A los jefes de polic¨ªa les preocupa, quiz¨¢s por encima de todo, que el nuevo sistema acabe afectando a los actuales mecanismos de coordinaci¨®n entre las distintas polic¨ªas regionales a la hora de afrontar asuntos que pueden ir m¨¢s all¨¢ de su territorio. ¡°Lo ¨²nico que hemos pedido es claridad, y nos ha costado mucho trabajo, acerca de c¨®mo los PCC van a tratar los asuntos nacionales, como las armas de fuego, el terrorismo o des¨®rdenes p¨²blicos¡±, sostiene sir Hugh Orde, presidente de la Asociaci¨®n de Jefes de Polic¨ªa.
Las elecciones, en 41 de las 43 autoridades policiales, no han atra¨ªdo a grandes figuras de la pol¨ªtica. Los candidatos son o pol¨ªticos con mucho pasado como el laborista John Prescott, o con incierto futuro o independientes m¨¢s bien desconocidos para el gran p¨²blico. El recuento de las elecciones empezar¨¢ el viernes.
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