Romney insin¨²a en privado que Obama compr¨® las elecciones
El candidato republicano dice que el presidente ofreci¨® ¡°grandes regalos¡± a las bases dem¨®cratas
Mitt Romney parece empe?ado en que se le recuerde m¨¢s por sus incendiarias conversaciones privadas que por sus logros en la esfera p¨²blica. S¨®lo una semana despu¨¦s de perder las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el exgobernador de Massachusetts dijo que Barack Obama gan¨® concediendo ¡°grandes regalos¡± a sus bases, y sobre todo a los electores j¨®venes, hispanos y afroamericanos.
¡°Por ejemplo, con respecto a los j¨®venes, perdonarles los intereses de los pr¨¦stamos educativos fue un gran regalo¡±, dijo Romney. ¡°Y los anticonceptivos gratuitos fueron muy populares entre las mujeres en edad universitaria. Y por ¨²ltimo, la reforma sanitaria fue tambi¨¦n importante para ellos, porque cualquiera que tenga 26 a?os o menos puede formar parte de la p¨®liza de seguro de sus padres, y eso es un gran regalo para ellos¡±.
De alg¨²n modo, a Romney le est¨¢ costando enfrentarse a su derrota, y antes que hacer acto de contrici¨®n, ha preferido acusar veladamente a Obama de comprar la presidencia, con copiosos regalos a sus bases. Hasta ahora Romney no se hab¨ªa permitido ninguna valoraci¨®n p¨²blica sobre el resultado de las elecciones, m¨¢s all¨¢ del intrascendente discurso de derrota de la noche electoral.
Como ya tiene acostumbrados a los electores, Romney se signific¨® finalmente en una conversaci¨®n privada, filtrada por alguno de los participantes. El mi¨¦rcoles por la tarde convoc¨® a los miembros de su comit¨¦ financiero a una ¨²ltima conferencia telef¨®nica. All¨ª se permiti¨® ser honesto, y no se call¨® la que parece ser su principal conclusi¨®n tras concederse una semana para reflexionar sobre la derrota.
Por ejemplo, con respecto a los j¨®venes, perdonarles los intereses de los pr¨¦stamos educativos fue un gran regalo¡± Mitt Romney
Alg¨²n motivo deb¨ªa encontrar. Al fin y al cabo, gan¨® el 59% del voto blanco, seg¨²n las encuestas a pie de urna. Pero las minor¨ªas apoyaron a Obama con un empuje formidable. Los afroamericanos optaron por el presidente en un 93%. Los asi¨¢ticos, en un 73%. Los hispanos, en un 71%. Tambi¨¦n, de forma mayoritaria, las personas con ingresos menores a 50.000 d¨®lares anuales.
¡°Pueden imaginarse que a alguien que gane 25.000, 30.000 o 35.000 d¨®lares al a?o, si le dicen que va a tener un seguro m¨¦dico gratuito, sobre todo si no lo tienen ya, y se va a ahorrar unos 10.000 d¨®lares por familia de forma permanente, van a considerar que es algo enorme¡±, a?adi¨® Romney. ¡°Lo mismo para los votantes hispanos. La reforma sanitaria fue un extra. Pero sobre todo, con los hispanos, la amnist¨ªa para los hijos de los ilegales, los llamados hijos del Dream Act, fue un gran extra para ese grupo¡±.
Es una forma de operar t¨ªpica de Romney, que forj¨® su carrera en el mundo de los negocios y las inversiones especulativas. Su candidatura aspiraba a gestionar el pa¨ªs como si de una empresa se tratara. Y en su campa?a tendi¨® a compartimentar al electorado como si fuera una masa de compradores a los que venderles un producto, en este caso, ¨¦l mismo y su ideario pol¨ªtico.
Ya en mayo acudi¨® a la mansi¨®n de un donante en Florida y dijo que un 47% del electorado no votar¨ªa por ¨¦l ya que ¡°es dependiente del Estado, se sienten v¨ªctimas, creen que el Estado tiene la responsabilidad de cuidar de ellos. Mi trabajo no es preocuparme de esa gente. Nunca los voy a convencer de que tienen que asumir sus propias responsabilidades¡±. El v¨ªdeo se filtr¨® en septiembre, y le arruin¨® la campa?a.
Tal y como dijo este mi¨¦rcoles en un art¨ªculo de opini¨®n en el diario The Wall Street Journal Andrew Kohut, presidente del prestigioso Centro de Estudios Pew, Romney perdi¨® ¡°porque era un candidato d¨¦bil¡±. S¨®lo un 47% de electores ten¨ªa una imagen positiva de ¨¦l, frente al 53% de Obama. Muchos votantes opinaban que no era honesto, y que, de forma oportunista, cambiaba de opini¨®n dependiendo del momento pol¨ªtico.
Lo cierto es que los ¨²nicos momentos de candidez se los permiti¨® Romney en esas dos conversaciones privadas que luego han trascendido con filtraciones. La primera import¨®, porque aun era candidato. La segunda se entender¨¢ s¨®lo como la pataleta del perdedor.
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