Dem¨®cratas y Republicanos se preparan para negociar la reforma migratoria
Varios l¨ªderes republicanos empiezan a posicionarse a favor de una nueva legislaci¨®n
Hab¨ªa pasado menos de una semana de victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales y ambos partidos ya estaban de acuerdo en una de sus prioridades m¨¢s inmediatas: la reforma migratoria. Mientras que el presidente dem¨®crata debe cumplir con una promesa que ya hizo en 2008, el Partido Republicano est¨¢ obligado a demostrar su inter¨¦s en satisfacer la petici¨®n m¨¢s importante de millones de votantes hispanos y varios de sus l¨ªderes ya se han pronunciado.
¡°Nuestro objetivo no es hacer que los ricos se empobrezcan¡±, asegur¨® el senador de Florida, Marco Rubio, en una entrevista con POLITICO. ¡°Se trata de hacer que los pobres sean m¨¢s ricos, de aumentar la prosperidad de todos los estadounidenses. Y creo que la inmigraci¨®n es parte de esto. Para que la econom¨ªa crezca de manera din¨¢mica, este pa¨ªs necesita un sistema migratorio adaptado al siglo XXI¡±.
Rubio es uno de los pol¨ªticos hispanos de las filas republicanas que m¨¢s ha presionado en este sentido, aunque los intereses de su propia coalici¨®n llegaron a impedir que el Senado estudiara su propuesta legislativa para aprobar una versi¨®n diferente del Dream Act, la ley que creaba una v¨ªa para que millones de estudiantes indocumentados accedieran a la ciudadan¨ªa. Ahora que los hispanos han emitido su voto -a favor de Obama y a favor de una reforma inmediata-, Rubio podr¨ªa convertirse en uno de los principales negociadores del nuevo acuerdo.
Los republicanos han visto el futuro de Estados Unidos, han visto el declive y la irrelevancia de su partido, y han concluido que los inmigrantes no eran da?inos despu¨¦s de todo¡±
¡°Solo hicieron falta unas elecciones en las que millones de votantes hispanos -muchos de ellos esposas, maridos, hijos, hijas, nietos, primos, compa?eros de trabajo y amigos de aquellos despreciados como ¡®ilegales¡¯- eligieron de manera mayoritaria a Obama frente al hombre que prometi¨® convertirse en deportador jefe¡±, afirmaba un editorial del diario The New York Times el pasado fin de semana. ¡°Los republicanos han visto el futuro de Estados Unidos, han visto el declive y la irrelevancia de su partido, y han concluido que los inmigrantes no eran tan da?inos despu¨¦s de todo¡±.
Obama ya hab¨ªa reconocido antes de las elecciones que la falta de un nuevo sistema fue uno de los errores de su primer mandato. Romney prometi¨® crear un nuevo sistema, pero los hispanos nunca le creyeron. Ahora ambas partes deber¨¢n hacer importantes concesiones antes de que la nueva legislaci¨®n salga adelante. Ser¨¢ una complicada negociaci¨®n en la que est¨¢n implicados los intereses de los dos partidos pol¨ªticos, l¨ªderes religiosos, organizaciones empresariales y organizaciones de derechos civiles. Cada uno de ellos defiende intereses propios, con posturas en las que est¨¢n dispuestos a ceder y otras que no querr¨¢n sacrificar aunque eso ponga en peligro otros logros.
El primero de esos grandes condicionantes es la seguridad en la frontera con M¨¦xico. Los republicanos han defendido en los ¨²ltimos a?os que no participar¨ªan en ninguna negociaci¨®n hasta que desapareciera la amenaza de violencia en los estados fronterizos y tanto Obama como las autoridades federales han contestado en varias ocasiones que esa seguridad est¨¢ garantizada y que las entradas ilegales se encuentran en m¨ªnimos hist¨®ricos. Tampoco se han mostrado dispuestos a negociar una posible amnist¨ªa o legalizaci¨®n de los 11 millones de indocumentados que se estima residen en el pa¨ªs. Obama ha propuesto que paguen una penalizaci¨®n, aunque todav¨ªa no han trascendido grandes detalles al respecto.
Otro de los elementos que tradicionalmente ha separado a ambas partes es la posible penalizaci¨®n a aquellos empresarios que contraten a indocumentados. La creaci¨®n de un sistema federal, E-Verify, cuya efectividad todav¨ªa est¨¢ por demostrar, no ha demostrado que pueda ser garante de la legalidad de todas las contrataciones. Mientras que algunas organizaciones persiguen una penalizaci¨®n para impedir nuevos abusos a inmigrantes, los empresarios exigen garant¨ªas de que habr¨¢ trabajadores cualificados para todos los sectores. Una de las claves ser¨¢, por tanto, la negociaci¨®n con el sector agr¨ªcola, carente de trabajadores nacionales.
Dem¨®cratas y Republicanos cuentan por el momento con un amplio respaldo de la poblaci¨®n con respecto a la reforma. Seg¨²n un estudio reciente del Massachusetts Institute of Technology, los estadounidenses no dan tanta importancia a la nacionalidad del inmigrante como a su ocupaci¨®n o su voluntad de trabajar en el pa¨ªs. Y cuanta m¨¢s experiencia tengan en un determinado ¨¢mbito profesional, m¨¢s probabilidades tienen de ser aceptados entre los ciudadanos. La encuesta s¨®lo encontr¨® rechazo hacia aquellos inmigrantes que no hablan ingl¨¦s o que no lo dominan con suficiente fluidez.
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