La Uni¨®n Europea aplaza su presupuesto para evitar un cisma
La cumbre los presupuestos se cierra sin acuerdo para evitar un cisma euroepeo La negativa de Londres obliga a postergar la negociaci¨®n hasta principios de 2013
El m¨¦todo europeo en su m¨¢xima expresi¨®n. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE cosecharon su segundo fracaso en apenas una semana ¨Clos socios vuelven a coquetear con una improbable quiebra en Grecia¡ª, incapaces de ponerse de acuerdo en el reparto de los presupuestos de crisis de los pr¨®ximos a?os. Por unos miles de millones de euros ¨Cno demasiados¡ª, pero sobre todo por el generalizado qu¨¦ hay de lo m¨ªo de este tipo de cumbres que los l¨ªderes se empe?an en convertir en la madre de todas las batallas, el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, se vio obligado a posponer las negociaciones hasta el primer trimestre de 2013. Patada a seguir, una vez m¨¢s, ante la constataci¨®n de que Bruselas no puede encontrar a d¨ªa de hoy un equilibrio entre la cantinela de los recortes a toda costa que quieren los pa¨ªses ricos y el berrinche de los pobres, que ven descender los fondos destinados a la agricultura, a la solidaridad, a la cohesi¨®n y pr¨¢cticamente a cualquier iniciativa europea que les beneficie.
Pol¨ªticamente, lo m¨¢s relevante de la fracasada cumbre es que Berl¨ªn no quiso usar el cuchillo. La canciller Angela Merkel sac¨® su vena diplom¨¢tica a sabiendas de que la verdadera batalla no es la de un presupuesto menguante, en el que a la postre tambi¨¦n va a imponer sus criterios de austeridad. Merkel midi¨® sus palabras y en ning¨²n momento quiso aislar todav¨ªa m¨¢s a un Reino Unido cada vez m¨¢s arrumbado en Bruselas, que volv¨ªa a amenazar con un posible veto al exigir un recorte extremo --incluso para los c¨¢nones alemanes-- en los presupuestos comunitarios.
Hace meses que Londres se desliza peligrosamente por una pendiente de progresivo alejamiento del proyecto europeo. En ese contexto, Alemania decidi¨® respetar la liturgia y permitir el fracaso en esta primera cumbre para que todos los l¨ªderes (y en particular un presionado David Cameron) salvaran la cara en casa. Berl¨ªn sabe que en alg¨²n momento puede necesitar a Londres ante la constataci¨®n de que el eje Berl¨ªn-Par¨ªs est¨¢ en horas bajas, y sobre todo ante la seguridad de que la verdadera guerra es otra: la de la uni¨®n bancaria, la de la uni¨®n pol¨ªtica, en todo caso no la de unos presupuesto p¨ªrricos que apenas suponen el 1% del PIB europeo y que dif¨ªcilmente pueden servir de impulso hacia ninguna parte.
En Bruselas hab¨ªa un ambiente de derrota dulce. Flotaba la sensaci¨®n de que en realidad no pasa nada, de que habr¨¢ acuerdo m¨¢s adelante, cuando los l¨ªderes est¨¦n dispuestos a negociar l¨ªneas rojas que ahora parecen inquebrantables. Europa no parece tener ninguna sensaci¨®n de urgencia: lo mismo ocurre con Grecia. En esa l¨ªnea, Van Rompuy explic¨® que la fallida cumbre ¡°no es un drama¡±. ¡°Negociaciones tan complicadas generalmente necesitan dos intentos¡±, dijo. As¨ª ha sido siempre, en efecto: en 2005, sin ir m¨¢s lejos, en las conversaciones sobre el anterior marco presupuestario.
Su equipo trabajar¨¢ en las pr¨®ximas semanas para acabar de cincelar una propuesta que sortee las amenazas de veto. Ese plan tiene que ser necesariamente a la baja si es cierto el adagio aquel del quien paga, manda. El Consejo ha presentado en los ¨²ltimos d¨ªas dos propuestas muy parecidas, con un recorte de 80.000 millones para el periodo 2014-2020 respecto al proyecto anterior de la Comisi¨®n Europea, y con una rebaja de 20.000 millones respecto al anterior marco presupuestario. El ¡°bazar turco¡± ¨Cseg¨²n la feliz definici¨®n del europarlamentario Guy Verhofstadt¡ª en el que se ha convertido esta negociaci¨®n impidi¨® el acuerdo: frente a las exigencias de ayudas de los perif¨¦ricos, Reino Unido exig¨ªa un hachazo mucho mayor, al igual que Suecia y Holanda; Alemania, Finlandia y Holanda fueron algo m¨¢s moderados entre los ricos: reclamaban una poda de 30.000 millones m¨¢s. Francia ve¨ªa bien el plan Van Rompuy, pero reclamaba un pellizco para su agricultura. Y as¨ª ad infinitum.
No hubo dramatismo en exceso, ni siquiera maratonianas reuniones hasta la madrugada en los dos d¨ªas de cumbre. Y aun as¨ª un alto responsable de la UE admit¨ªa que el fracaso complica los esfuerzos para reflotar a la estancada zona euro, y refuerza la impresi¨®n de que los dirigentes de la UE son incapaces de tomar decisiones ejecutivas. Si las negociaciones se prolongan demasiado podr¨ªan retrasar el programa multimillonario en inversiones en proyectos energ¨¦ticos y de transporte en los pa¨ªses m¨¢s pobres, destinados a ayudarles a ponerse al d¨ªa econ¨®micamente con el oeste m¨¢s rico, por ejemplo.
Fuentes diplom¨¢ticas aseguran que lo m¨¢s probable es que el tijeretazo final oscile entre los 80.000 millones de Van Rompuy y los 100.000 millones que ped¨ªa Berl¨ªn hace unas semanas. El memorial de agravios que dejar¨ªa ese ajuste afecta a todas las partidas, a todos los cap¨ªtulos y a todos los pa¨ªses, aunque Espa?a, con la ¨²ltima propuesta de Van Rompuy en la mano ¨Cconvertida ya en papel mojado y que el Ejecutivo hubiera firmado sin demasiados remilgos--, no parec¨ªa ser finalmente de los pa¨ªses que sal¨ªan peor parados.
Pese al evidente fracaso, la canciller Merkel se esforz¨® por insistir en la atm¨®sfera positiva que ha presidido el encuentro. ¡°Hay potencial para un acuerdo¡±, afirm¨® la jefa de Gobierno alem¨¢n. Merkel no quiso entrar en los detalles de la pelea que acababa de protagonizar. ¡°Hemos decidido no negociar en p¨²blico¡±, dijo en abierta contradicci¨®n con lo que a pocos metros de ella estaba diciendo el premier brit¨¢nico, David Cameron, que acus¨® a Bruselas de vivir en un ¡°universo paralelo¡±, en el que la euroburocracia pretende aislarse de los recortes que afectan el continente entero.
Tanto Merkel como Cameron pueden volver a casa con los mensajes que persegu¨ªan para su electorado: la Europa de los recortes tambi¨¦n afecta a Bruselas. Nadie, absolutamente nadie defiende otra cosa: Hollande se limit¨® ayer a asegurar que luchar¨¢ para que no haya recortes adicionales sobre los previstos por Van Rompuy. Ni una pista del Hollande que pele¨® por un pacto por el crecimiento que est¨¢ desaparecido, ni un atisbo de la Francia que iba a combatir el dogma de la austeridad por encima de todas las cosas, informa Cristina Porteiro.
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