EE UU advierte de que la votaci¨®n es un paso atr¨¢s para los palestinos
Estados Unidos todav¨ªa no ha anunciado oficialmente su voto
Estados Unidos considera un paso atr¨¢s la decisi¨®n de la Autoridad Palestina de solicitar su reconocimiento como estado observador en la Asamblea General de Naciones Unidas y, aunque no ha anunciado oficialmente su voto, es seguro que se pronunciar¨¢ en contra en la sesi¨®n que este jueves se celebrar¨¢ en Nueva York. Pese a que la Administraci¨®n de Barack Obama intentar¨¢ compensar esa posici¨®n con un nuevo intento de revitalizar las conversaciones de paz, la votaci¨®n puede acarrear represalias de parte del Congreso norteamericano.
Esta hist¨®rica sesi¨®n de la ONU, en la que los palestinos cuentan de antemano con votos suficientes como para ser aceptados como miembros de la Asamblea General sin categor¨ªa de estado de pleno derecho, est¨¢ cargada de reminiscencias del pasado y de mensajes sobre el dif¨ªcil presente y el imprevisible futuro. Para EE UU es, adem¨¢s, una muestra de lo complicado que resulta su papel de promotor de la paz mientras conserva su compromiso con la protecci¨®n de Israel.
La votaci¨®n se producir¨¢ exactamente el mismo d¨ªa en el que, 65 a?os antes, esa misma Asamblea General, aunque entonces con 57 pa¨ªses miembros, vot¨® a favor de la partici¨®n de la colonia brit¨¢nica de Palestina en dos estados: uno para los ¨¢rabes y otro para los jud¨ªos. Los ¨¢rabes rechazaron esa decisi¨®n e iniciaron una guerra que perdieron.
Tanto han cambiado las cosas desde entonces que ahora los palestinos, no solo no aspiran a tener la mitad de aquella Palestina, sino un mero reconocimiento testimonial de su soberan¨ªa sobre un territorio mucho menor en Cisjordania y Gaza. Pero algo no ha cambiado: la incapacidad de ambos bandos para encontrar un m¨ªnimo espacio de entendimiento.
Para EE UU es una muestra de lo complicado que resulta su papel de promotor de la paz mientras conserva su compromiso con la protecci¨®n de Israel
La votaci¨®n en la ONU es, en realidad, la certificaci¨®n de que nada se ha conseguido en 65 a?os por el camino de la negociaci¨®n. Con ese nuevo estatus, la Palestina que sea reconocida como observador tendr¨¢, entre otras ventajas simb¨®licas, acceso al Tribunal Internacional de Justicia, donde Israel podr¨ªa ser eventualmente condenado por abusos en los territorios ocupados. Eso puede reafirmar la legitimidad de la causa palestina y acentuar el aislamiento diplom¨¢tico de Israel, que, con el voto de la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos a favor del reconocimiento palestino, quedar¨¢ ¨²nicamente con EE UU como gran valedor.
Pero, desde el punto de vista norteamericano, ese gesto, pese a toda su fuerza simb¨®lica, no permitir¨¢ ning¨²n progreso en lo que realmente se necesita: una soluci¨®n pactada para que los palestinos tengan de una vez su estado independiente. ¡°Creemos que es un error¡±, ha comentado la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland. ¡°Esto no va a acercar a los palestinos a un estado propio¡±.
Israel ha amenazado con represalias como el reinicio de algunas construcciones de asentamientos en territorios palestinos. EE UU, que ya congel¨® los fondos de ayuda a los palestinos cuando ¨¦stos fueron aceptados en la UNESCO y, el a?o pasado, cuando solicit¨® su plena aceptaci¨®n como estado en la ONU, podr¨ªa ahora tomar medidas similares.
Aparentemente, no es ese el camino preferido por la Administraci¨®n, pero s¨ª es el que exige el Congreso, donde el apoyo a Israel es m¨¢s expl¨ªcito y m¨¢s incondicional. El Gobierno de Obama ha renunciado a la v¨ªa de las presiones a los miembros de la Asamblea para que el reconocimiento de los palestinos no prospere. Entre otras cosas, porque ser¨ªa in¨²til. De los 193 miembros de la ONU, 132 han reconocido ya al estado palestino. La ¨²nica duda sobre la votaci¨®n de ma?ana es la magnitud de la derrota de Israel y EE UU.
Para la diplomacia norteamericana eso constituye, indudablemente, un rev¨¦s, en la medida en que va a enconar los ¨¢nimos de los principales protagonistas del conflicto, pero no cambia esencialmente la estrategia de Obama. El presidente estadounidense seguir¨¢ apostando por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, que hablar¨¢ ante la Asamblea antes de la votaci¨®n, como su mejor opci¨®n para una soluci¨®n negociada.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, lo dej¨® claro en su visita de la pasada semana a la zona, en la que incluy¨® una escala en Ramala para entrevistarse con Abbas, pese a que era evidente que ¨¦ste no ten¨ªa ning¨²n papel en la crisis de ese momento, la guerra en Gaza. El cese del fuego obtenido dej¨® a Ham¨¢s en una posici¨®n fortalecida, lo que, a su vez, desde la perspectiva de Washington, hace m¨¢s necesario que nunca el fortalecimiento de Abbas.
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