La alcaldesa de Lima planta cara a las mafias
Susana Villar¨¢n se enfrenta a una recusaci¨®n popular que podr¨ªa apartarla de la alcald¨ªa
En la puerta del Ayuntamiento de Lima, cuando el visitante pregunta por la alcaldesa, los miembros del equipo de seguridad se comunican por radio:
-Hay un se?or que tiene cita con La N¨²mero Uno.
Si sigui¨¦ramos el tono un tanto ¨¦pico de la nominaci¨®n podr¨ªamos decir que La N¨²mero Uno se encuentra sola ante el peligro. Tan sola que en enero las encuestas reflejaban solo un 13% de apoyo en una ciudad-regi¨®n de 8,5 millones de habitantes. Se llama Susana Villar¨¢n, tiene 63 a?os, fue maestra, periodista y ministra de Promoci¨®n de la Mujer. Es cat¨®lica y practicante, se considera de izquierdas, est¨¢ separada, tiene tres hijos y cuatro nietas. En enero de 2011, con el Partido Descentralista Fuerza Social se convirti¨® en la primera mujer elegida democr¨¢ticamente como alcaldesa de una ciudad-regi¨®n que abarca el 50% del Producto Interior Bruto de Per¨². La cualidad que m¨¢s r¨¦dito pol¨ªtico le ha dado hasta ahora es su honestidad. El rasgo no es balad¨ª en un pa¨ªs donde buena parte de la poblaci¨®n piensa que los pol¨ªticos son unos ¡°ladronazos¡±. Ni sus principales rivales se atreven a atacarla por ese flanco. Sin embargo, ahora corre el riesgo de salir expulsada de la alcald¨ªa mediante un refer¨¦ndum revocatorio.
El pasado 10 de noviembre la revista The Economist public¨® un art¨ªculo titulado ¡°La alcaldesa y las mafias¡± en el que explicaba que la ley que aprob¨® el Parlamento peruano en 1994 para permitir la revocaci¨®n de alcaldes mediante consulta popular ten¨ªa como objetivo luchar contra la corrupci¨®n. ¡°Pero ese instrumento est¨¢ siendo usado ahora por una turbia coalici¨®n que trata de expulsar a Susana Villar¨¢n, solo porque ella ha tratado de aplicar la ley y erradicar la corrupci¨®n¡±. Pocos d¨ªas despu¨¦s, la ¡°turbia coalici¨®n¡± reun¨ªa 1.258.559 firmas y lograba que el m¨¢ximo ¨®rgano electoral del pa¨ªs aprobase la convocatoria de un refer¨¦ndum revocatorio para el pr¨®ximo 17 de marzo. La figura se hab¨ªa promovido antes en peque?os municipios de Per¨². Pero nunca en Lima.
-?Qu¨¦ ocurri¨® para que solo en dos a?os se diera un vuelco tan grande?
-Llegu¨¦ a una fiesta en la que no fui invitada, -explica Villar¨¢n en su despacho. En la pol¨ªtica tradicional todo se negocia y todo el mundo le debe algo a alguien. Yo no le deb¨ªa nada a nadie, era mujer y, sobre todo, de izquierdas. A los tres d¨ªas de entregarme las credenciales el diario decano de este pa¨ªs ya dec¨ªa: ¡°Susana Villar¨¢n podr¨ªa ser revocada¡±. Se hizo una campa?a de descr¨¦dito contra m¨ª usando la misma t¨¦cnica que ya us¨® en su d¨ªa Fujimori y su ministro Vladimiro Montesinos con las portadas de los tabloides. Puede que los diarios no se lean mucho, pero las car¨¢tulas, las portadas de los peri¨®dicos tabloides se cuelgan todos los d¨ªas en los quioscos. Y hay 800.000 personas que las leen. Pero yo me propuse gobernar para hacer grandes transformaciones: que tienen costo, que demoran y no se pueden exhibir de forma inmediata.
La revista The Economist tambi¨¦n dec¨ªa: ¡°Aunque ella no ha probado ser una alcaldesa sobresaliente, porque su organizaci¨®n es peque?a y ella no tiene experiencia en dirigir una gran organizaci¨®n, lentamente ha logrado implantar alg¨²n orden en una de las ciudades m¨¢s ca¨®ticas de Latinoam¨¦rica¡±.
"Yo, cada vez que hago algo, no firmo con mi nombre sino con tres palabras: 'Lima lo hizo"
Villar¨¢n se propuso desde el principio afrontar el problema de la movilidad, ¡°que es el caos de tr¨¢fico que hace que Lima pierda mil vidas cada a?o, y miles de horas en el tiempo de los vecinos¡±. Le hinc¨® el diente a la sopa de fideos que son las rutas de autobuses que se anulan y solapan en el centro de la ciudad. Y eso le supuso enfrentarse a una red de empresarios a los que nadie se hab¨ªa atrevido a tocar en 30 a?os. Le cost¨® ocho paros de transportistas, pero la reforma sigui¨® avanzando. Despu¨¦s se atrevi¨® a desplazar el mercado mayorista de La Parada.
-Hace 44 a?os hab¨ªa un aviso en el diario La Prensa que dec¨ªa: ¡°En 15 d¨ªas se mudar¨¢ La Parada¡±, -relata Villar¨¢n. Pasaron 44 a?os y nadie se atrevi¨® nunca a hacerlo. Estaba en el centro de la ciudad y hab¨ªa todo un mundo de prostituci¨®n, de mafias, de pobreza, exconvictos que prestaban seguridad al comerciante, al carretillero¡ Y de pronto lleg¨® una se?ora con su equipo y se atrevi¨® con La Parada. Hab¨ªa much¨ªsima corrupci¨®n ah¨ª dentro: se mov¨ªa mucho dinero que involucraba a muchas autoridades, a la polic¨ªa y a todo el mundo. Con ese dinero contrataron a todos los delincuentes de El Callao y de Lima que el d¨ªa 25 de octubre generaron una protesta violenta contra la polic¨ªa en la que murieron cuatro personas. No puedo hablar de ¨¦xito cuando mueren cuatro personas, pero el desplazamiento de La Parada produjo el resultado deseado.
No obstante, los grupos que iniciaron el movimiento revocatorio continuaron con su trabajo de asedio. La cara m¨¢s visible de ese grupo es el abogado Marcos Tulio, a quien muchos periodistas acusan de trabajar para su amigo Luis Casta?eda, antiguo alcalde de la ciudad. ¡°Si usted pregunta en Lima qu¨¦ obra conoce alguien que ha hecho la se?ora Villar¨¢n nadie sabr¨¢ contestarle. Se ha dedicado a hacer obritas chiquitas que dej¨® el alcalde anterior. La campa?a nuestra va a estar dirigida al tema obras: obras s¨ª, palabras no. Y queremos revocarla por ineficaz¡±.
El mayor error que incluso los partidarios de Villar¨¢n achacan a la alcaldesa es que no supo vender sus logros. Y ella asume que ha habido un problema de comunicaci¨®n.
-Soy una mujer muy terca, -explica. Sobre todo, terca en la austeridad republicana. Me he pasado de austera en el gasto en publicidad. El anterior alcalde pon¨ªa su nombre en cada escal¨®n de la escalera que mandaba construir. Una escalera pod¨ªa tener 180 pelda?os. Y en cada uno de ellos pon¨ªa su nombre. Imag¨ªnese. No lo cr¨ªtico, constato una realidad. Supongo que debi¨® haber llenado alg¨²n vac¨ªo existencial. Pero yo, cada vez que hago algo, no firmo con mi nombre sino con tres palabras: ¡°Lima lo hizo¡±. Le explico a la gente que no pongo mi nombre porque no es mi dinero. El dinero es de ustedes, les digo, y cost¨® tanto, y quiero que lo sepan. Mientras hago la obra s¨ª pondr¨¦ mi nombre para que mi critiquen y me fiscalicen. Pero despu¨¦s, no.
Frente al asedio, Villar¨¢n se creci¨® y las encuestas le sonrieron. Las ¨²ltimas le daban un 31% de apoyo, m¨¢s del doble que en enero. El 17 de marzo se someter¨¢ al refer¨¦ndum revocatorio. Pero asegura sentirse muy tranquila.
- Ser¨ªa terrible que Lima parase porque es la locomotora del pa¨ªs. Queremos cerrar el gran d¨¦ficit de infraestructuras de la ciudad. Ser¨ªa terrible que Lima parase. Estoy inaugurando todos los d¨ªas obras peque?as y grandes. Lo har¨¦ cacareando m¨¢s y acerc¨¢ndome m¨¢s a la gente. Pero sin renunciar a mi austeridad republicana y poniendo siempre "Lima lo hizo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.