Obama prepara cambios en cargos decisivos de su futuro Gabinete
El presidente se ve obligado a hacer reajustes tras el descarte de Rice como secretaria de Estado
Descartada Susan Rice como pr¨®xima secretaria de Estado, Barack Obama acelera la formaci¨®n de su pr¨®ximo Gobierno, que incluir¨¢ suficientes caras nuevas en los cargos m¨¢s relevantes como para darle un giro significativo a la pol¨ªtica de Estados Unidos en el segundo mandato, que comienza el 20 de enero.
Las grandes decisiones en EE UU las toma el presidente, que posee, sobre todo en el ¨¢rea de las relaciones exteriores, instrumentos suficientes como para ejercer como cabeza del poder ejecutivo. Desde esa perspectiva, los cambios que pueden esperarse son los que el propio Obama ha ido adelantando en su campa?a electoral.
Pero, en un pa¨ªs con tan amplio campo de intereses y responsabilidades, la contribuci¨®n de sus colaboradores y ministros, que aqu¨ª se llaman secretarios, es con frecuencia determinante. Baste recordar el papel de Dick Cheney en la Administraci¨®n de George Bush, de James Baker en la de George Bush padre o de Henry Kissinger en la de Richard Nixon. Sin llegar a tener un impacto similar, la presencia de Hillary Clinton en el primer mandato de Obama ayud¨® a que su pol¨ªtica exterior se saldara con lo que generalmente se reconoce como un ¨¦xito.
Llenar el vac¨ªo dejado por Clinton, que ha decidido tomarse un descanso antes de enfilar nuevas misiones ¨Cprobablemente, la Casa Blanca en 2016-, no va a ser f¨¢cil. La primera candidata, la actual embajadora de EE UU en la ONU, Susan Rice, anunci¨® el jueves que renuncia a sus aspiraciones para evitar que el debate sobre ella distraiga al presidente de otras m¨¢s relevantes y urgentes objetivos.
El nombramiento de Rice hubiera dado lugar, con toda seguridad, a un duro proceso de confirmaci¨®n en el Senado, donde deben de ser ratificados la mayor parte de los altos nombramientos. Los senadores republicanos m¨¢s influyentes en pol¨ªtica exterior, entre ellos John McCain, hab¨ªan anunciado que se opondr¨ªan a Rice por sus supuestas distorsiones sobre los hechos que provocaron la muerte en Bengasi del embajador de EE UU en Libia y otros tres diplom¨¢ticos el pasado 11 de septiembre.
Rice apareci¨® en televisi¨®n pocos d¨ªas despu¨¦s del ataque de Bengasi y lo atribuy¨® a la indignaci¨®n popular por un v¨ªdeo contra Mahoma. M¨¢s tarde se descubri¨® que el suceso hab¨ªa sido previamente planificado y ejecutado por un grupo terrorista.
La embajadora admiti¨® entonces esa nueva versi¨®n y explic¨® que su interpretaci¨®n anterior hab¨ªa estado apoyada en los escasos datos de inteligencia de los que se dispon¨ªa en aquel momento. El asunto est¨¢ a¨²n bajo investigaci¨®n, y la secretaria Clinton tendr¨¢ que comparecer ante el Congreso el pr¨®ximo d¨ªa 20 al respecto.
Pero el hecho es que esa pol¨¦mica, alimentada diariamente por la cadena Fox, convirti¨® a Rice en un personaje pol¨¦mico que le promet¨ªa a Obama un arranque tormentoso de su segundo mandato. No hay detr¨¢s de esto un debate de car¨¢cter ideol¨®gico. La preferencia de Obama por Rice no era porque la embajadora fuera la opci¨®n m¨¢s izquierdista ¨Cde hecho, defendi¨® la guerra de Irak-, sino porque era la m¨¢s innovadora. Rice es una mujer joven, afroamericana y de reconocida energ¨ªa.
En su lugar, Obama tendr¨¢ que quedarse, probablemente, con el actual presidente de la comisi¨®n de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry, un contrastado especialista y consumado pol¨ªtico, pero demasiado convencional: ex candidato presidencial y ocupante de un esca?o senatorial desde hace 27 a?os.
Kerry es hoy el favorito, pero su designaci¨®n plantea dos problemas considerables. Su traslado al Departamento de Estado obligar¨ªa a convocar elecciones para su puesto en el Senado por Massachusetts, donde un republicano, Scott Brown, tiene todas las bazas de resultar vencedor. Ahora, que las elecciones del 6 de noviembre han permitido a los dem¨®cratas mejorar su posici¨®n en el Senado, para Obama es un tormento tener que dar marcha atr¨¢s.
El otro inconveniente de la salida de Kerry es que tendr¨ªa que ser sustituido al frente del comit¨¦ de Relaciones Exteriores por el actual n¨²mero dos entre los dem¨®cratas, Bob Men¨¦ndez, un senador de origen cubano a quien no se ve con los mejores ojos en la Casa Blanca y que ser¨ªa un obst¨¢culo insalvable en cualquier cambio de pol¨ªtica hacia Cuba.
Si esas razones obligaran a descartar a Kerry, el siguiente en la lista es el actual consejero de Seguridad Nacional, Thomas Donilon, un hombre que se ha ganado en estos a?os toda la simpat¨ªa del presidente y que seguir¨¢ siendo un peso pesado de la pr¨®xima Administraci¨®n, ocupe el cargo que ocupe.
Adem¨¢s del Departamento de Estado, se quedar¨¢n vacantes posiciones tan vitales como el Departamento de Defensa o la CIA. Tambi¨¦n se considera probable la sustituci¨®n del actual fiscal general, Eric Holder, algo quemado por algunos episodios de estos a?os, el consejero de Seguridad Nacional y el jefe de Gabinete, lo que significa una completa remodelaci¨®n del Gobierno.
Para el Pent¨¢gono, el nombre que m¨¢s suena actualmente es el de Chuck Hagel, un antiguo senador del Partido Republicano. Obama siempre ha pensado en conservadores para ese puesto. En 2009 dej¨® ah¨ª al secretario de Defensa de Bush, Robert Gates, y cuando ¨¦ste se retir¨®, lo sustituy¨® por uno de los dem¨®cratas m¨¢s conservadores, Leon Panetta, su actual ocupante. Hagel es republicano, pero no precisamente un ultra. Se opuso duramente a los neo con durante su estancia en el Capitolio y ha ofrecido siempre fuerte resistencia al lobby proisrael¨ª, que seguramente actuar¨ªa contra su nominaci¨®n.
De los movimientos en esas dos carteras principales pueden depender los dem¨¢s. Aunque descartada para el Departamento de Estado, Rice puede a¨²n ser nombrada consejera de Seguridad Nacional, cargo que no requiere la ratificaci¨®n del Senado. Con lo que Donilon podr¨ªa quedarse al lado de Obama como jefe de Gabinete.
Para la CIA, despu¨¦s de la escandalosa retirada del general David Petraeus, se manejan dos opciones: el actual director interino, Michael Morell, un veterano en Langley sin significaci¨®n pol¨ªtica, o John Brennan, un hombre de confianza de Obama actualmente en el consejo de Seguridad Nacional.
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