Ob¨¦lix y la marmita belga
N¨¦chin, el exilio fiscal de Depardieu, es un fantasmal poblado fronterizo que cada tres meses hace una fiesta de bienvenida para las decenas de franceses que van incrementando su censo
La calle Reine Astrid del pueblo belga de N¨¦chin es una recta infinita, m¨¢s una carretera que una calle. El paisaje plano est¨¢ punteado por hayas y alg¨²n sendero sinuoso, testigos de un pasado en el que hab¨ªa carros, vacas pastando y ricas explotaciones agr¨ªcolas, todo seguramente m¨¢s vivo que este presente vac¨ªo sin bares ni comercios a la vista. A medida que el visitante avanza por la carretera que llega desde Francia ¡ªsin que se aprecie el menor signo de frontera f¨ªsica¡ª, en la acera de la izquierda surgen algunas casas de ladrillo rojo, la t¨ªpica casita unifamiliar que puebla la raya franco-belga. En la acera derecha, largos muros de dos metros de alto cubiertos de vegetaci¨®n amarilla esconden las mansiones de hormig¨®n donde viven las millonarias familias francesas que llegaron aqu¨ª hace 15 a?os huyendo de una de las presiones fiscales m¨¢s altas de Europa.
Esta triste pedan¨ªa belga, situada en tierra de nadie y a tiro de piedra de Roubaix, parece casi deshabitada esta fr¨ªa ma?ana de diciembre: no hay nadie junto a la peque?a iglesia, nadie en el centro periurbano. Solo se ve hierba para aburrir y un enorme cielo panza de burro. N¨¦chin forma con Estaimpuis y Leers un municipio de 10.000 habitantes, de los cuales un 27% son franceses. Olvidado hasta ahora, el concejo ha saltado a los medios de medio planeta porque el popular actor G¨¦rard Depardieu lo ha elegido como destino para pasar aqu¨ª el resto de sus d¨ªas ¡ªo los seis meses y un d¨ªa requeridos cada a?o para no pagar impuestos en Francia¡ª.
La evasi¨®n de los galos ricos empez¨® con el Impuesto de Solidaridad para las Fortunas que puso Mitterrand en 1981
Tras haber abonado, seg¨²n dijo esta semana en su carta abierta al primer ministro, Jean-Marc Ayrault, 145 millones de euros de impuestos en 45 a?os de carrera y un improbable 85% de impuestos el a?o pasado, Ob¨¦lix ha proclamado que est¨¢ harto de ser galo. ¡°Ahora quiere beber en la marmita belga¡±, ironiza Pascal, un joven taxista de Lille que deposita al periodista en la puerta de la supuesta nueva casa de Depardieu, situada en el n¨²mero 90 de la calle Reine Astrid.
Nadie contesta al moderno portero autom¨¢tico de la mansi¨®n. Enfrente de la casa hay un utilitario parado, y dentro hay una se?ora. Se llama Sara, es francesa, tiene 47 a?os, y primero dice que no vive aqu¨ª pero luego afirma que s¨ª, que reside en N¨¦chin. Tras una conversaci¨®n de cinco minutos, resulta ser una fan o un alma gemela de G¨¦g¨¦ Depardieu. O quiz¨¢ una empleada. ¡°Lo que tienen que hacer ustedes es dejarle en paz. ?A usted le gustar¨ªa que la gente llamara a su puerta cada cinco minutos? ?l tendr¨¢ sus razones para hacer lo que ha hecho. Por ejemplo, perdi¨® a su hijo. Yo tambi¨¦n perd¨ª un hijo, y cuando eso pasa a veces uno necesita cambiar¡±.
Otros, sin embargo, piensan que la anunciada fuga del compadre de Ast¨¦rix, que ha generado en Francia un psicodrama medi¨¢tico que pone en duda si todav¨ªa cabe considerarla la patria de las Luces, ha sido una traidora cornada en la femoral del presidente Fran?ois Hollande justo cuando la aldea gala se siente acosada por una deuda impagable (el 90% del PIB), asediada por las falanges hoplitas de la Roma moderna (Berl¨ªn) y amenazada por legiones de mercaderes neocon que esperan especular a conciencia con su prima de riesgo en 2013.
¡°Depardieu es amigo de Sarkozy y eso lo explica todo¡±, corrobora enseguida el taxista. ¡°Ha dicho que se va solamente para jorobar a Hollande y para poner en dificultades a los socialistas¡±.
El objetivo confeso del eminente actor, que en efecto es admirador y buen amigo de Nicolas Sarkozy, no es solo convertirse en el exiliado fiscal por antonomasia, sino tambi¨¦n ¡°encarnarse en el l¨ªder de la oposici¨®n a Hollande¡±, seg¨²n han contado esta semana sus amigos en un reportaje de Le Monde que revelaba que Depardieu tom¨® la decisi¨®n de anunciar su marcha de Francia el 6 de mayo pasado, el d¨ªa de la victoria electoral de Hollande, aunque de hecho ya pasaba m¨¢s de seis meses al a?o fuera del pa¨ªs.
Una raz¨®n es que el presidente socialista prometi¨® durante la campa?a electoral una supertasa del 75% para las rentas superiores al mill¨®n de euros, que todav¨ªa est¨¢ en tramitaci¨®n parlamentaria. Nada m¨¢s llegar al poder, Hollande puso en marcha una reforma fiscal m¨¢s equitativa que los empresarios y millonarios m¨¢s potentes de Francia consideraron ¡°punitiva¡± para sus compa?¨ªas y sus bolsillos. Pero, en realidad, el exilio fiscal es una costumbre que las ¨¦lites y las grandes fortunas francesas ejercen sin el menor rubor desde hace d¨¦cadas, gobierne la izquierda o la derecha. Seg¨²n recordaba un editorial de Le Monde esta semana, ¡°hace 200 a?os los nobles escapaban de la guillotina, desde hace 30 a?os escapan del fisco¡±.
La gran evasi¨®n comenz¨® en 1981, cuando la presidencia de Fran?ois Mitterrand y su Gobierno de coalici¨®n con los comunistas instituyeron el impuesto de patrimonio, dulcificado luego con el nombre de Impuesto de Solidaridad para las Fortunas (ISF). El ISF fue siempre muy discutido pero sobrevivi¨® hasta tiempos de Sarkozy, que prometi¨® eliminarlo aunque solo lo rebaj¨®. Los socialistas lo devolvieron a su estado anterior al llegar al poder. Los especialistas explican que se trata de un impuesto progresivo, que afecta a unos 600.000 ciudadanos, y que en 2011 report¨® al Estado franc¨¦s m¨¢s de 4.500 millones de euros. Pero sus cr¨ªticos lo ven como un bumer¨¢n, considerando el n¨²mero de fugitivos fiscales que genera y la consecuente salida de capitales.
Seg¨²n datos facilitados por el Ministerio de Finanzas en febrero de 2011, un contribuyente del ISF dej¨® cada d¨ªa el pa¨ªs entre 1990 y 2003, y ese ¨¦xodo de m¨¢s de 10.000 personas tuvo un coste muy serio: se deslocalizaron entre 80.000 y 100.000 millones de euros en capitales.
Aunque el fen¨®meno del exilio fiscal est¨¢ poco y mal documentado, hoy se sabe que Suiza es el para¨ªso preferido por los franceses (un 16% de ellos lo eligen), seguido de B¨¦lgica y Reino Unido, que acogen cada uno al 12% de los fugados. El Big Ben y el Manneken Pis seducen sobre todo a los millonarios que buscan proteger sus activos personales. B¨¦lgica ofrece m¨¢s estabilidad (tiene el mismo sistema fiscal desde 1830) y atractivos surtidos: no solo no existe el ISF, sino que no se gravan las plusval¨ªas sobre la venta de acciones y de bienes muebles e inmuebles, y se tasan al 7% las donaciones a terceros, que en Francia pueden llegar a tributar al 60%.
Lo que parece claro es que Depardieu y Bernard Arnault, el presidente del grupo del lujo LVMH, el hombre m¨¢s rico de Francia y el cuarto del mundo, seg¨²n la revista Forbes, son solo la punta del iceberg de un fen¨®meno m¨¢s extendido. Seg¨²n se ha sabido esta semana, hay en este momento cerca de 500 franceses en la lista de espera para obtener la nacionalidad belga por el procedimiento de urgencia. Entre esos casos en estudio est¨¢ el de Bernard Arnault. La oficina de extranjer¨ªa le ha puesto la primera traba porque Arnault solo reside en Bruselas desde hace un a?o y la ley exige tres. Mientras su momento llega, aqu¨ª est¨¢ por fin, tras 45 minutos de espera, el burgomaestre (alcalde) de Estaimpuis y N¨¦chin.
Daniel Senesael es un tipo afable al que le gusta vestir con un toque estrafalario. Lleva el pelo amarillo pollo, viste una camisa blanca con el cuello lleno de brillantitos, chaqueta negra de rockero y corbata roja. Su coche, aparcado en la puerta de la casa comunal y pintado de rojo y blanco, lleva impresa foto, nombre y m¨®vil: un pol¨ªtico en campa?a permanente y al servicio del ciudadano, si acaso lo hubiere.
Cuando se levanta para saludar al visitante, su aspecto de vocalista de orquesta se completa con un cuerpo enjuto y una sonrisa que refleja m¨¢s desconfianza que hospitalidad. ¡°?Que si haremos una fiesta a Depardieu? Le recibiremos bien, como hacemos con todos los nuevos residentes. Cada tres meses les preparamos una gran fiesta de bienvenida¡±, explica. Para mayor escarnio bilateral, el burgomaestre es diputado del Partido Socialista belga. Desde hace ocho a?os. Alcalde desde 1994, acaba de ser reelegido para un cuarto mandato y proclama su inocencia con una sonrisa p¨ªcara: ¡°S¨¦ que el compa?ero Fran?ois Hollande no est¨¢ contento, pero yo no tengo la culpa. ?No soy yo el que debe cambiar las leyes! Coincido con ¨¦l en que hace falta cambiar la legislaci¨®n europea para caminar hacia la armonizaci¨®n fiscal que evite las deslocalizaciones de fortunas. Pero me sorprende que la gente se escandalice con lo de Depardieu. En este municipio tenemos un 27% de franceses y los primeros llegaron hace 15 a?os¡±.
Los primeros en llegar a N¨¦chin, recuerda el alcalde, fueron los Mulliez, due?os de la cadena de supermercados Auchan y de otras empresas, que se presentaron en los a?os noventa con una fortuna estimada en 10.000 millones de euros. Hoy dan empleo a m¨¢s de 600 lugare?os en su f¨¢brica de detergentes, y tienen su residencia en el n¨²mero 90 de la calle Reine Astrid, la misma donde presuntamente Depardieu habr¨ªa comprado su nueva casa por 800.000 euros ¡ªSenesael se niega a confirmar si el actor ha comprado o alquilado ¡°para proteger su privacidad¡±.
Actualmente hay 500 franceses en la lista de espera para obtener la nacionalidad belga por v¨ªa de urgencia
La raya franco-belga alberga tambi¨¦n, en esta zona muy cercana a Lille, otras conocidas familias de emprendedores, como los Pollet, clan fundador de La Redoute, famosa tienda de ropa que vende por Internet. Hay adem¨¢s una f¨¢brica de piel de Louis Vuitton, y ¡°mucha mezcla social¡±, presume el alcalde. Gente de clase media, funcionarios, jubilados y profesionales que se benefician del momio que es vivir en una regi¨®n transfronteriza y de los precios de las casas. ¡°Siempre ser¨¢n m¨¢s bajos que en Francia¡±, se?ala Senesael, obviando que seg¨²n la prensa local el valor de los inmuebles en la zona ha aumentado un 2.000% en los ¨²ltimos 15 a?os.
En pueblos como Menin, Mont-Saint-Aubert, Beclers, pero tambi¨¦n en Uccle, muy cerca de Bruselas, campean a sus anchas miles de franceses, ricachones y menos. Desde que se invent¨® la libre circulaci¨®n de capitales, la frontera entre los dos pa¨ªses se hizo bruma. Un paseo r¨¢pido por la Grand Place de Lille ayuda a comprender que el noreste de Francia se parece m¨¢s a Bruselas que a Par¨ªs: los mismos edificios con tejados a dos aguas, parecida afici¨®n por las norias, iguales mejillones con patatas fritas... Hace algunos siglos, las grandes fortunas del actual norte franc¨¦s nac¨ªan en enclaves belgas como Herseaux, Luingne o Esplechin. Ahora viven y (no) pagan sus impuestos aqu¨ª con la misma naturalidad.
El truco de vivir (o decir que uno vive) cerca de la frontera es doble o triplemente rentable. Desde Par¨ªs a N¨¦chin se tarda 75 minutos: una hora de TGV a Lille y un cuarto de hora de coche. La residencia permite a los te¨®ricos escapados disfrutar del piadoso r¨¦gimen fiscal y seguir utilizando la Seguridad Social francesa, mejor dotada y m¨¢s generosa que la belga, sin pagar adem¨¢s las tasas de circulaci¨®n y de matriculaci¨®n en B¨¦lgica ¡ªm¨¢s caras que al otro lado¡ª.
Este peque?o desliz llev¨® al alcalde de N¨¦chin a lanzar, a mitad de la d¨¦cada anterior, una ¡°caza a los defraudadores¡± que hoy suena m¨¢s sarc¨¢stica que nunca. Quiz¨¢ por eso Senesael tiene prisa y pocas ganas de hablar con la prensa. Su portavoz dice que han decidido ¡°no comunicar m¨¢s sobre el affaire¡± porque est¨¢n ¡°desbordados¡±. Pero el alcalde no parece tan desbordado y all¨¢ va su alegato en defensa propia: ¡°Estoy en el foco medi¨¢tico a mi pesar. Corremos peligro de convertirnos en un caso pol¨ªtico, pero yo no he pedido a Depardieu que viniera a vivir aqu¨ª. Tal y como est¨¢ el asunto, igual acaba viniendo tambi¨¦n la torre Eiffel... Pero yo no tengo nada que ganar con esto. Me ha ca¨ªdo encima Ob¨¦lix, Cyrano, el monstruo sagrado del cine franc¨¦s, un Stradivarius¡±. ?Y no le parece que B¨¦lgica est¨¢ haciendo competencia desleal a su camarada Hollande? ¡°Eso se lo tendr¨ªa que preguntar a Depardieu. Y ahora me tengo que ir¡±.
Llega la hora de dejar N¨¦chin. Viendo el pueblo sin bares, perros, gatos, ni?os ni jubilados, el autob¨²s sin pasajeros y los comercios de la Rue de Calvaire cerrados, se comprende que hay que echarle mucho valor o muchas ganas para venirse a vivir realmente aqu¨ª. Es un no lugar, un antipueblo, en los que apenas se ve el sol y donde la alternativa consiste en encerrarse en casa o coger el coche y largarse a otra parte.
De una vivienda sale un hombre alto, calvo y delgado que se mete en un gran Mercedes gris. ¡°Tiene 13 a?os y 250.000 kil¨®metros¡±, explica a modo de disculpa no solicitada. Se niega a dar su nombre, primero dice que es franco-belga y luego se identifica como un ¡°inmigrado¡±, hijo de un padre ¡°de San Marino que vino a trabajar aqu¨ª como esclavo en los a?os cincuenta¡±. ¡°Lo de Depardieu es una broma pesada¡±, afirma despu¨¦s. ¡°Solo que es una peque?a gota de agua en un oc¨¦ano. ?Qu¨¦ decimos de Messi y Ronaldo, entonces? ?Los impuestos se los pagan sus clubes! ?Y los millonarios de Emiratos ?rabes y Catar, qu¨¦? Eso es lo importante. Lo de aqu¨ª no es nada. Lleg¨® Auchan hace 15 a?os y luego los dem¨¢s. Depardieu se ha limitado a seguir el sendero¡±.
Exiliados fiscales
Unos 800 franceses trasladan cada a?o su residencia fiscal al extranjero. El 16% eligen Suiza, el 12% B¨¦lgica y Reino Unido y el 9% EE UU. Estos son algunos de los nombres m¨¢s conocidos.
EMPRESARIOS
Bernard Arnault. Primera fortuna de Francia y cuarta del mundo, seg¨²n Forbes. Tiene 41.000 millones de d¨®lares. Se compr¨® una casa en Uccle (B¨¦lgica) y en septiembre pidi¨® la nacionalidad belga. En tr¨¢mites. Familia Mulliez (propietaria de Auchan, D¨¦cathlon, Mondial Moquette, Norauto). Viven en N¨¦chin, B¨¦lgica, desde los a?os noventa. Familia Peugeot. Viven en Suiza. Jacques Badin (Carrefour) reside en Bruselas, B¨¦lgica.Hugues Taittinger, fabricante de champ¨¢n, tiene nacionalidad belga desde el verano. Bernard Darty, fundador de Electrodom¨¦sticos Darty, B¨¦lgica. Jean-Louis David, peluquer¨ªas, reside en Suiza. Philippe Hersant, grupo Hersant de comunicaci¨®n (Le Figaro, L'Express), reside en B¨¦gica.
ARTISTAS Y ACTORES
Alain Delon es ciudadano suizo desde 1999. Michel Houellebecq, escritor, ha residido en Espa?a e Irlanda. Daniel Auteuil reside en B¨¦lgica. Emmanuelle B¨¦art, en B¨¦lgica. Laetitia Casta, en Reino Unido. Jos¨¦ Garcia, en B¨¦lgica. David Habibi, en Canad¨¢. Alain Ducasse, cocinero, cambi¨® su nacionalidad francesa para irse a M¨®naco. Charles Aznavour reside en Suiza. Johnny Hallyday, en Gstaad (Suiza).
DEPORTISTAS
La mayor parte prefieren residir en Suiza. Es el caso de los pilotos Alain Prost, Jean Alesi o S¨¦bastien Loeb, los tenistas Guy Forget, Henri Leconte, Jo-Wilfried Tsonga, Richard Gasquet o Am¨¦lie Mauresmo o el esquiador Jean-Claude Killy.
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