Monti moviliza a los partidos italianos de centro
Tres formaciones anuncian su respaldo a la continuidad del primer ministro.- La izquierda, favorita para los comicios de febrero, teme una fuga de votos

Las maniobras pol¨ªticas en torno a Mario Monti empezaron el lunes, apenas unas horas despu¨¦s de que el primer ministro en funciones de Italia se ofreciese para gobernar el pa¨ªs pero sin pasar por el tr¨¢mite de las urnas. Algunos grupos del centro dieron su apoyo incondicional al Profesor y decidieron presentarse juntos a las elecciones; el Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi se alej¨® definitivamente, mientras que la izquierda, favorita seg¨²n todas las encuestas, observa con preocupaci¨®n el nacimiento de un nuevo contrincante. ¡°Me parece haber dado un paso gigante¡±, se?al¨® Monti al t¨¦rmino de su rueda de prensa del domingo. Dio un paso gigante sin moverse, pero ha obligado a todas las fuerzas del incierto esquema bipolar italiano a reconsiderar sus posiciones.
El llamamiento de Monti moviliz¨® enseguida a las formaciones del centro, en eterna b¨²squeda de un l¨ªder carism¨¢tico. A ellas se ha dirigido Andrea Riccardi, ministro de Cooperaci¨®n Internacional, autoproclamado palad¨ªn de la Agenda Italia, que el lunes sell¨® un pacto con la cat¨®lica Uni¨®n de Centro, liderada por Pierferdinando Casini, y con Italia Futura, el grupo guiado por Luca Cordero de Montezemolo, presidente de Ferrari. Los tres juntos imaginan ¡ªen palabras de Riccardi¡ª ¡°un espacio que no sea ni de derechas ni de izquierdas. Un espacio que pueda acoger a los italianos que ya no saben a qui¨¦n votar y que han perdido la confianza en la pol¨ªtica¡±.
El centro aglutina a dos movimientos nuevos, los de Riccardi y Montezemolo, que nunca han participado en unas elecciones, mientras que los cat¨®licos de la UDC suelen cosechar el 5% de los votos. Su poder radica no tanto en que puedan ganar los comicios, sino en que, en el caso plausible de una victoria estrecha, se conviertan en la formaci¨®n bisagra.
Una alianza entre los partidarios de Monti y Silvio Berlusconi parece irrealizable. La distancia es insuperable, no solo por el programa pol¨ªtico. Las contundentes cr¨ªticas de Monti hacia su predecesor han provocado una respuesta enfurecida de Berlusconi. ¡°Desde que contamos con el Ejecutivo de Monti, todo ha empeorado. Ha aplicado la l¨ªnea impuesta por Alemania, que lleva al aumento de la deuda y a la recesi¨®n¡±.
El partido del magnate apenas logra mantenerse unido detr¨¢s de su l¨ªder. El exministro de Exteriores Franco Frattini, por ejemplo, no ha querido apuntarse a la denigraci¨®n p¨®stuma de Monti y se ha cobijado en el centro. No es una migraci¨®n muy numerosa ¡ªde momento¡ª pero demuestra que el electorado de derechas tiene sus dudas: un hartazgo, casi avergonzado, hacia Berlusconi (las encuestas le dan menos del 20%) y la b¨²squeda de un representante m¨¢s sobrio y mesurado (en lo p¨²blico y en lo privado).
En las filas del Partido Democr¨¢tico, principal formaci¨®n de la izquierda, tambi¨¦n se registr¨® el lunes la fuga de cuatro diputados. Pero el ¡°gigantesco paso¡± del tecn¨®crata que mira a la pol¨ªtica complica, m¨¢s all¨¢ de los tr¨¢nsfugas, la carrera de Pierluigi Bersani, su dirigente reci¨¦n confirmado en primarias. La suya ya no es una partida ganada contra un l¨ªder viejo y d¨¦bil como Berlusconi. Ahora tambi¨¦n est¨¢ El Profesor, que aglutina a los posibles aliados del centro, que la izquierda podr¨ªa necesitar para formar un Gobierno fuerte. Massimo D'Alema, gran urdidor entre bastidores de la izquierda, desestim¨® el problema el domingo: ¡°Monti no incide ni sobre el centroizquierda ni en el centroderecha. La ¨²nica fuerza que puede parar a Berlusconi somos nosotros. El duelo es entre Bersani y el Cavaliere¡±. D¡¯Alema intenta espantar fantasmas muy presentes. La posibilidad de una victoria d¨¦bil, sobre todo en el Senado, es real. Bersani no puede enfriar demasiado la relaci¨®n con el extecn¨®crata, a quien apoy¨® durante 13 meses, a veces a rega?adientes.
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