Rusia pulveriza las ilusiones de miles de padres adoptivos de EE UU
La prohibici¨®n de Putin abre una crisis pol¨ªtica entre Washington y Mosc¨²
La casa de Heather Whaley, de 31 a?os, en Frederick, en Maryland, est¨¢ llena de fotos de la peque?a Regina, que en este momento tiene 4 a?os y vive en un orfanato en Vladivostok, en el este de Rusia. Regina tiene una habitaci¨®n ya preparada en este hogar en las afueras de Washington. Sus padres adoptivos ya han elegido hasta un apodo para ella, Addie, y han contactado con una m¨¦dico pediatra que les est¨¢ asesorando sobre los problemas de salud a los que la peque?a se enfrenta, dado su retraso en el desarrollo. En la vida de esta pareja est¨¢ todo preparado para comenzar una familia, pero falta algo fundamental: la propia Regina. Dados los recientes desarrollos legislativos en Rusia, puede que Regina no llegue nunca.
El viernes, el presidente ruso, Vladimir Putin, ratific¨® una ley, aprobada por la Duma el 21 de diciembre, seg¨²n la cual se proh¨ªbe la adopci¨®n de hu¨¦rfanos de Rusia por parte de ciudadanos norteamericanos. La norma establece la prohibici¨®n de ¡°entregar a ni?os, ciudadanos de la Federaci¨®n Rusa, en adopci¨®n a ciudadanos de los Estados Unidos de Am¨¦rica¡±. Esta y otras leyes son la respuesta del gobierno ruso a otra medida legislativa, aprobada por el Capitolio, que impone sanciones, congela fondos y deniega visados a una serie de funcionarios rusos implicados en el fallecimiento en prisi¨®n en 2009 del abogado ruso Sergei Magnitski.
La adopci¨®n de Regina, aprobada en abril, queda ahora en suspenso. Heather y su marido, Aaron, de 28 a?os, hab¨ªan comenzado ya a ahorrar para pagar los 64.000 d¨®lares (unos 48.400 euros) que les iba a costar el proceso, incluidos tres vuelos a Vladivostok. ¡°Pero el coste de todo esto no es financiero, es personal¡±, asegura Heather. ¡°Esto ya no es s¨®lo un asunto pol¨ªtico. Es algo profundamente personal, que afecta a mucha gente. A muchas familias que esperaban a sus hijos, con los que hab¨ªan contactado ya. Y a unos ni?os que ahora quedar¨¢n en orfanatos, sin saber qu¨¦ va a pasar con ellos. ?Qu¨¦ futuro le espera a Regina en Rusia si no la dejan venir aqu¨ª?¡±.
Rusia es, tras China y Etiop¨ªa, el pa¨ªs del que los norteamericanos m¨¢s adoptan. S¨®lo en 2011, hubo 962 transferencias de custodia de ni?os desde en ese pa¨ªs, seg¨²n el Departamento de Estado norteamericano. En dos d¨¦cadas, 60.000 hu¨¦rfanos rusos han sido adoptados por familias estadounidenses. Seg¨²n estimaciones no oficiales, que manejan las agencias de adopci¨®n norteamericanas, hay en Rusia unos 740.000 hu¨¦rfanos. En julio de 2011, los ministros de asuntos exteriores de EE UU y Rusia, Hillary Clinton y Sergei Lavrov, hab¨ªan firmado un acuerdo bilateral de adopciones que entr¨® en vigor en noviembre.
En este momento, 46 familias norteamericanas se hallan en las ¨²ltimas fases de adopci¨®n en Rusia, despu¨¦s de haber sido ya emparejadas con un ni?o residente en un orfanato. Otras 1.500 familias han iniciado ya los tr¨¢mites y han entablado alg¨²n tipo de contacto con las autoridades rusas. La ley entrar¨¢ en vigor el 1 de enero, y seg¨²n dijo recientemente un portavoz del Kremlin en una radio rusa, s¨®lo se permitir¨¢ que culminen seis adopciones por parte de ciudadanos estadounidenses que se hallaban ya en las ¨²ltimas fases de los tr¨¢mites correspondientes. El resto ver¨¢ su sue?o de adoptar truncado.
La prohibici¨®n de adopciones ha sido bautizada como Ley Yakolev, en referencia a un incidente de 2009 en el que un ni?o de 21 meses, adoptado de Rusia por una familia norteamericana, muri¨® despu¨¦s de pasar nueve horas olvidado en el interior de un autom¨®vil. Nacido Dmitri Yakovlev, su familia norteamericana le cambi¨® el nombre por el de Chase Harrison. El padre adoptivo, Miles Harrison, se olvid¨® de dejar al ni?o en la guarder¨ªa y le abandon¨® durante toda una jornada laboral dentro de su coche en un aparcamiento. En el juicio subsiguiente, el padre fue absuelto de homicidio involuntario.
En Rusia han soliviantado los ¨¢nimos varios casos como esos, de adopciones de ni?os por parte de norteamericanos que, por diversos motivos, han acabado mal. En 2010 Torry Hansen, de Tennessee, coloc¨® a su hijo adoptivo, Artyom, de 7 a?os, en un avi¨®n de regreso a Rusia, con una carta en la que explicaba, a quien correspondiera, que el ni?o era violento y que ya no quer¨ªa ser su madre. En un juicio posterior, la madre declar¨® que el ni?o hab¨ªa intentado matarla y que hab¨ªa tratado de prender fuego a su casa. El ni?o acab¨® en una casa de acogida rusa y un juez norteamericano oblig¨® a Hansen a pagar 150.000 d¨®lares en concepto de indemnizaci¨®n al ni?o.
En Washington, sin embargo, se entiende que la ley ratificada por Putin tiene otras intenciones. El 14 de diciembre, el presidente Barack Obama hab¨ªa ratificado una ley aprobada por el Capitolio en la que se impon¨ªan las sanciones contra los funcionarios rusos sospechosos de haber participado en la muerte del abogado Sergei Magnitski en una prisi¨®n en Mosc¨² tras haber denunciado pr¨¢cticas corruptas por parte de miembros de la administraci¨®n p¨²blica. Tras pasar casi un a?o en c¨¢rcel preventiva sin juicio, Magnitski falleci¨® d¨ªas antes de que venciera el plazo para ser excarcelado. La ley aprobada por el Capitolio irrit¨® al Kremlin. Putin lleg¨® a decir el 20 de diciembre que la norma hab¨ªa ¡°envenenado la relaci¨®n¡± bilateral.
Diversos legisladores norteamericanos han acusado a Rusia de emplear las adopciones para ejecutar represalias pol¨ªticas. ¡°Me entristece y escandaliza incre¨ªblemente que Rusia emplee a ni?os hu¨¦rfanos que necesitan hogares de forma desesperada, especialmente aquellos 46 que ya han sido emparejados con sus familias adoptivas norteamericanas, como peones pol¨ªticos¡±, dijo el mi¨¦rcoles el senador republicano por Misuri Roy Blunt. ¡°La prohibici¨®n en las adopciones del presidente Putin no s¨®lo les impedir¨¢ a miles de hu¨¦rfanos rusos llevar una vida mejor, sino que adem¨¢s proyecta dudas sobre su compromiso con los derechos humanos¡±, a?adi¨® el senador republicano por Florida Marco Rubio.
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