Monti resucita el centro y altera el balance de fuerzas pol¨ªticas en Italia
La nueva coalici¨®n rompe el bipartidismo y cosecha apoyos a derecha e izquierda
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La decisi¨®n del economista Mario Monti de coordinar una coalici¨®n de partidos de centro ha alborotado el arranque oficioso de la campa?a electoral. Como un instigador entre bastidores, el primer ministro reh¨²sa guiar a sus tropas present¨¢ndose abiertamente como candidato. Sin embargo, espera que, tras ganar los comicios del 24 y 25 de febrero, las fuerzas que le apoyan (que incluyen al empresariado, a sindicatos cat¨®licos y a otros grupos de la sociedad civil) y que s¨ª van a participar en la contienda electoral, le pidan que siga al frente del pa¨ªs. ¡°Tenemos vocaci¨®n mayoritaria, no nos alineamos ni con la derecha ni con la izquierda¡±, precis¨® el viernes, bendiciendo el renacimiento de un centro que se propone como tercer actor en una batalla que izquierda y derecha ya imaginaban asunto de dos. A ambos se le ha aguado la fiesta: a la derecha, liderada ¡ªuna vez m¨¢s, la sexta¡ª por Silvio Berlusconi, porque prev¨¦ una hemorragia de votos hacia los moderados; a la izquierda, dirigida por Pier Luigi Bersani, porque ya saboreaba la victoria. Una victoria que le predec¨ªan las encuestas, seg¨²n la habitual alternancia del sistema italiano.
¡°El nacimiento de un nuevo centro es la novedad de los comicios de febrero¡±, afirma Roberto D'Alimonte, polit¨®logo de la Universidad Luiss de Roma. Ese centro, cuando lo ocupaba la Democracia Cristiana, gobern¨® el pa¨ªs durante 50 a?os. Tras la explosi¨®n, en 1993, del esc¨¢ndalo de corrupci¨®n en el proceso Manos Limpias, qued¨® fragmentada en varias formaciones que se han ido ubicando a un lado u otro. Tanto que en el extra?o e inacabado bipartidismo italiano, mucho m¨¢s inestable que el espa?ol, ¡°ning¨²n bando renunci¨® jam¨¢s a denominarse centro-derecha o centroizquierda, para no cerrar las puertas a los m¨¢s moderados¡±, explica Gianfranco Pasquino, catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Bolonia. ¡°El que se forma en estos d¨ªas es un centro puro, verdaderamente alternativo a los dos bloques¡±.
¡°Se trata de algo in¨¦dito porque tiene un eje laico¡±, dice Alessandro Trocino, del Corriere della Sera. ¡°Cohabitan en ¨¦l formaciones exdemocristianas como la Uni¨®n de Centro de Pier Ferdinando Casini, las asociaciones cat¨®licas de los trabajadores, pero tambi¨¦n Andrea Riccardi, ministro t¨¦cnico para la Cooperaci¨®n, desertores del partido de Silvio Berlusconi, como Futuro y Libertad de Gianfranco Fini, y los seguidores de Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari¡±. Su programa no se basa en valores, sino en econom¨ªa: seguir con las reformas que ning¨²n partido quiso asumir (en el ¨¢mbito laboral, de pensiones, recorte del gasto p¨²blico) y en mantener el v¨ªnculo con Bruselas y Fr¨¢ncfort.
A pesar de no tener inspiraci¨®n cat¨®lica, desde la otra orilla del T¨ªber llega la bendici¨®n del Vaticano, hu¨¦rfano de una importante representaci¨®n en la pol¨ªtica italiana desde la muerte de la Democracia Cristiana. El editorial del jueves del Osservatore Romano, diario de la Santa Sede, dec¨ªa: ¡°El de Monti es un llamamiento a recuperar el sentido m¨¢s alto y noble de la pol¨ªtica¡±. Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal, piensa que ¡°existe un reconocimiento com¨²n de la honestidad y capacidad de Monti¡±. Esas palabras contrastan con las cr¨ªticas que la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica lanz¨® contra ¡°la falta de l¨ªmites¡± del anterior presidente del Ejecutivo, Silvio Berlusconi. La sobriedad del profesor de econom¨ªa que pasa los d¨ªas de Navidad con la familia en una pensi¨®n de tres estrellas en Venecia le coloca muy lejos del magnate que corre a las playas de Kenia con su amigo Flavio Briatore. Hasta en las palabras: para anunciar el ingreso en pol¨ªtica, Berlusconi, en 1994, acu?¨® la frase ¡°bajar a la cancha¡±. Monti prefiere decir ¡°subir a la pol¨ªtica¡±.
Las encuestas dan
a la plataforma
alrededor de un 20% de intenci¨®n de voto
Il Professore, sin embargo, sigue teniendo un gran problema. ¡°Mi agenda precisa de un mandato electoral y pol¨ªtico, de la sociedad civil y de aquellas personas que me digan: ¡®me has machacado, pero conf¨ªo en ti porque eres una persona seria¡±, admiti¨®. Para ofrecerle su caudal de votos, las formaciones del centro oficializaron el viernes su pacto: para el Congreso, una alianza de partidos, cada uno con su s¨ªmbolo, nombre y candidatos; para el Senado, donde los umbrales para ganar esca?os son m¨¢s altos, una lista ¨²nica que se llamar¨¢ Agenda Monti para Italia.
Las encuestas lo sit¨²an alrededor del 20%. ¡°Creo que son demasiado generosas¡±, considera D'Alimonte. ¡°Pero es cierto que muchos electores de derechas ya no soportan a Berlusconi y que entre el electorado de izquierdas Monti goza de mucha estima. Sin embargo, va a erosionar consensos, sobre todo en el Pueblo de la Libertad¡±.
El electorado de izquierdas est¨¢ muy movilizado, como se vio en las primarias
Berlusconi, omnipresente en la televisi¨®n, contesta atacando: ¡°?Monti sube? Claro, estaba un pelda?o m¨¢s abajo¡±. La salvaci¨®n para el partido de Berlusconi ser¨ªa, de nuevo, aliarse con la Liga Norte, debilitada a nivel nacional pero fuerte en Lombard¨ªa, la regi¨®n m¨¢s poblada.
M¨¢s diplom¨¢tica es la posici¨®n del izquierdista Partido Democr¨¢tico: ¡°La agenda de Il Professore tiene cosas que compartimos, otras menos, otras que debatir¡±, coment¨® su l¨ªder, Pier Luigi Bersani, a quien a principios de mes tres millones de militantes designaron candidato a primer ministro. El electorado de izquierdas est¨¢ electrizado y muy participativo: miles de personas hicieron cola en las primarias y escogieron a los 1.500 candidatos a ocupar los esca?os del Parlamento. ¡°Nosotros consultamos a las bases y ellos hacen acuerdos entre bastidores. Hay que ser claros con la gente¡±, atac¨® Bersani, que incluy¨® la importante candidatura del fiscal nacional antimafia Piero Grasso.
Si ser el partido m¨¢s votado basta en el Congreso para tener el premio de mayor¨ªa que permite hacerse con el 55% de los diputados, mucho m¨¢s complicado es el Senado, donde el premio se calcula regi¨®n por regi¨®n. ¡°Para el Partido Democr¨¢tico, el centro montista representa una amenaza¡±, analiza D'Alimonte, ¡°pero podr¨ªa transformarse en un valioso recurso: si no lograra una mayor¨ªa estable en la C¨¢mara Alta, deber¨ªa pactar con alguien: mejor el centro, que Berlusconi o el c¨®mico Beppe Grillo. El pacto entre izquierdas y moderados alejar¨ªa el peligro de un empate, como en Grecia, donde hubo que repetir las elecciones¡±.
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