Venezolanos en busca del Doral
Uno de cada cinco habitantes de esta poblaci¨®n del sur de Florida naci¨® en el pa¨ªs sudamericano. Gran parte lleg¨® a Estados Unidos por motivos pol¨ªticos
?Problemas de amor o de trabajo? Regreso a tu ser amado, por m¨¢s alejado que est¨¦. Hago prosperar tu negocio. Quito brujer¨ªas y cualquier mal desconocido". La consejera y clarividente Coromoto firma el anuncio que, a una columna y apretada entre un pu?ado de santeros y chamanes, se publica semanalmente en un peri¨®dico de Doral. A¨²n sin emplear sus dotes de adivina, Coromoto sabe que quienes marcar¨¢n el 786-447-2297 para pedirle consejo ser¨¢n todos venezolanos. Podr¨ªa suponerlo porque eligi¨® de nombre art¨ªstico el de la virgen patrona de Venezuela. Pero lo sabe con certeza porque Doral es la ¨²nica ciudad extranjera donde los emigrantes venezolanos, que leen estos diarios de avisos, son la primera minor¨ªa.
Doral es todav¨ªa una ciudad sin centro. Est¨¢ ubicada en el extremo oeste del sur del Estado de Florida, en el l¨ªmite con los Everglades. Hace sesenta a?os era un pantano, hasta que Doris y Alfred Kaskel, pioneros en bienes ra¨ªces, compraron unos miles de acres para construir all¨ª un hotel y un campo de golf al que llamaron Doral, por la combinaci¨®n de sus dos nombres.
Hace treinta a?os, Doral era una franja de tierra bald¨ªa atrapada entre dos autopistas, un ¡°territorio no incorporado¡± del Condado de Miami-Dade, donde hab¨ªa algunas casas, un basurero y almacenes para la mercanc¨ªa que ven¨ªa del puerto de Miami. En enero de 2003 se convirti¨® oficialmente en una ciudad, con un ¨¢rea residencial al norte, con almacenes y oficinas en la zona, y sin centro todav¨ªa. El 21% de los 46.700 habitantes de Doral nacieron en Venezuela, seg¨²n la Oficina de Censo de Estados Unidos.
Hace 30 a?os, la ciudad era un territorio bald¨ªo entre dos autopistas. Hoy viven 46.000 personas
El ¨¦xodo de venezolanos hacia Doral comenz¨® a finales de los ochenta del siglo XX y se acentu¨® durante los ¨²ltimos 14 a?os de Gobierno de Hugo Ch¨¢vez. Primero llegaron los empresarios: hombres de negocios que vivieran a medio camino entre Caracas y Miami dedicados, fundamentalmente, a exportar mercanc¨ªas de Estados Unidos hacia Venezuela. Luego llegaron los venezolanos de clase media, los j¨®venes profesionales, los asilados pol¨ªticos.
¡°Solo en Estados Unidos hay 8.546 casos de asilo pol¨ªtico, de los cuales unos 7.000 han sido resueltos. El 70% de asilados viven en Miami¡±, explica el teniente retirado Jos¨¦ Antonio Colina, refugiado pol¨ªtico desde 2006 y acusado por el Gobierno de Venezuela de actos de terrorismo y de alentar planes conspirativos desde el exilio. Colina huy¨® a EEUU en diciembre de 2003. Al llegar a la aduana dijo ¡°soy un perseguido pol¨ªtico¡±, y estuvo detenido los tres a?os siguientes, mientras demostraba que lo dec¨ªa era verdad.
Ahora trabaja en Doral como jefe de almac¨¦n de una empresa de comida congelada latinoamericana. Tambi¨¦n es presidente de la Organizaci¨®n de Venezolanos Perseguidos Pol¨ªticos en el Exilio (Veppex), fundada en agosto de 2008 y tachada de radical por los partidos pol¨ªticos que se oponen a Hugo Ch¨¢vez en Venezuela. ¡°Yo estoy aqu¨ª de paso. Mi intenci¨®n es regresar a Venezuela y consolidar una plataforma pol¨ªtica que pueda ayudar a la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, despu¨¦s de esta pesadilla de 14 a?os¡±, dice Colina.
Cada a?o piden asilo en Estados Unidos una media de? casi 2.000? venezolanos
Cada a?o, entre 2002 y 2011, entre 1.600 y 2.000 venezolanos han solicitado asilo pol¨ªtico en Estados Unidos. El Servicio de Inmigraci¨®n ha detectado peticiones fraudulentas y desde 2005 son m¨¢s estrictos en la revisi¨®n de cada expediente. Hay abogados de inmigraci¨®n en Miami que le ofrecen a los venezolanos la alternativa de solicitar asilo, a¨²n sin merecerlo, como la v¨ªa m¨¢s expedita para legalizar su situaci¨®n en el pa¨ªs; la mayor¨ªa de ellos est¨¢n detenidos, se mantienen indocumentados, han sido deportados o afrontan un juicio, despu¨¦s de pagar hasta 12.000 d¨®lares por el supuesto tr¨¢mite.
La alcald¨ªa de Doral ha declarado el 13 de abril como el d¨ªa del exiliado pol¨ªtico venezolano. La organizaci¨®n Veppex lo celebr¨® con la inauguraci¨®n de una estatua del pr¨®cer Sim¨®n Bol¨ªvar, en la gasolinera donde funciona el restaurante venezolano El Arepazo, entre el estacionamiento de minusv¨¢lidos y el servicio de autolavado. ¡°El Arepazo se ha convertido en el Versalles venezolano¡±, dice Luis Shiling, propietario del restaurante de comida t¨ªpica de Venezuela m¨¢s popular de Doral, refiri¨¦ndose al restaurante Versalles, ubicado en la calle 8 de la Peque?a Habana de Miami, donde el exilio cubano se re¨²ne a diario para tomar una coladita de caf¨¦ y contar los d¨ªas que restan para la ca¨ªda del r¨¦gimen de los hermanos Castro.
Los inmigrantes tienen graves problemas para convertir los bol¨ªvares en d¨®lares
Luis Shiling emigr¨® a Doral hace ocho a?os, cuando el boom migratorio de venezolanos estaba en su apogeo. ¡°En este ¨²ltimo a?o, antes y despu¨¦s de las elecciones presidenciales de octubre, ha habido una segunda ola de emigrantes que buscan el Doral para vivir porque se sienten identificados con el lugar. Ahora incluso tenemos un alcalde venezolano¡±, dice Shiling. Luigi Boria, caraque?o de origen italiano, fue electo regidor de la ciudad el 27 de noviembre pasado, con m¨¢s del 54% de los votos.
Hay quienes atribuyen al capital venezolano la recuperaci¨®n que ha experimentado el mercado inmobiliario del sur de Florida, que ha crecido 7% durante el ¨²ltimo a?o. ¡°Las compras de inmuebles por parte de venezolanos siempre han sido altas durante el r¨¦gimen de Ch¨¢vez. La gente compra por inversi¨®n, para vivir y para generar un ingreso fijo en d¨®lares¡±, dice Mar¨ªa Elena D¨ªaz, corredora inmobiliaria, 45 a?os, administradora hasta 1989, cuando dej¨® Venezuela para mudarse a Doral. Todos los domingos, la agencia en la que trabaja D¨ªaz inserta folletos de publicidad en los dos principales diarios de Caracas para promocionar sus nuevos desarrollos en Doral. Pero despu¨¦s de las elecciones presidenciales de octubre, en las que Ch¨¢vez fue reelecto para un cuarto mandato consecutivo, el negocio se paraliz¨®. ¡°Hay clientes que quieren comprar y venirse, pero ahora no tienen c¨®mo. La devaluaci¨®n y la falta de d¨®lares ha hecho que muchas transacciones se detengan o se cancelen. El venezolano que pens¨® 'si gana Ch¨¢vez, nos vamos a Estados Unidos' no fue precavido; para los que tienen el dinero fuera del pa¨ªs es diferente¡±, dice D¨ªaz.
Desde 2003 rige en Venezuela un f¨¦rreo control de cambio que, seg¨²n el Gobierno de Ch¨¢vez, tiene como objetivo primordial evitar la fuga de capitales y mantiene el precio del d¨®lar anclado en 4,3 bol¨ªvares. Los venezolanos solo est¨¢n autorizados a comprar hasta 400 d¨®lares en efectivo al a?o y a gastar hasta 2.500 anuales en el extranjero a trav¨¦s de sus tarjetas de cr¨¦dito, previa supervisi¨®n de la Comisi¨®n Nacional de Administraci¨®n de Divisas (Cadivi). Los tr¨¢mites para solicitar divisas son engorrosos y el grueso de los ciudadanos y las empresas deben acudir al mercado paralelo, donde cada d¨®lar se cotiza hasta en 17 bol¨ªvares.
El ¨¦xodo a la ciudad norteamericana aument¨® con la llegada de Hugo Ch¨¢vez al poder
El grueso de los venezolanos que han viajado a Doral en los ¨²ltimos diez a?os con intenci¨®n de probar suerte ha tenido dificultades para convertir sus bienes en d¨®lares. Francisco Fern¨¢ndez es propietario de una concesionario de coches usados y ofrece planes especiales para los ¡°reci¨¦n llegados¡±. ¡°Sin cr¨¦dito, est¨¢s muerto en este pa¨ªs, y por eso nosotros damos financiamiento a los que no tienen cr¨¦dito¡±, dice Fern¨¢ndez. Su clientela se ha multiplicado desde que tiene esta oferta: solo en el ¨²ltimo a?o, creci¨® 20%. Hace tres a?os, cuando Fern¨¢ndez se mud¨® a Doral, sus primeros clientes venezolanos buscaban los coches que circulan en la Venezuela petrolera: camionetas todo terreno, sedanes de lujo. ¡°Ahora buscan m¨¢s econ¨®micos¡±.
Despu¨¦s de las elecciones, la disponibilidad de d¨®lares en el mercado negro se ha restringido. La nueva oligarqu¨ªa que se ha conformado en el periodo de Ch¨¢vez, que monopoliza el mercado de las importaciones, tienen menos dificultades para conseguir d¨®lares y a precio oficial. Si hay un boom inmobiliario en Florida como consecuencia de la inversi¨®n venezolana, es, sobre todo, gracias a ellos: a los ¡°boliburgueses¡±.
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