¡°Quiero una educaci¨®n sin sermones¡±
Leonardo Garnier celebra que en Costa Rica se discuta de fertilizaci¨®n asistida, de laicismo y de derechos de los gais
Hay obispos en Costa Rica que se refieren a ¨¦l como ¡°ese individuo¡±. Leonardo Garnier es economista, lleva el pelo largo a lo Depardieu, pero canoso, y ocho a?os como ministro de Educaci¨®n en un pa¨ªs con fama de educado. Acumula dos Gobiernos, el del liberal ?scar Arias y el de la conservadora Laura Chinchilla, lo que lo convierte en un superviviente de la inestabilidad de Gabinetes y sobre todo del veto de la jerarqu¨ªa cat¨®lica.
Desde su despacho de ministro ha debido ver c¨®mo esta peque?a sociedad se agita a su manera, a medias, entre el dilema de apuntalar su vanguardismo en derechos humanos o dejar que la religi¨®n siga infiltrando las pol¨ªticas p¨²blicas. Celebr¨® el fallo de la Corte Interamericana que reconoci¨® en diciembre el derecho de parejas inf¨¦rtiles costarricenses a utilizar la fertilizaci¨®n en laboratorio. Celebr¨® sorprendido un fallo constitucional que orden¨® no limitar al catolicismo la ense?anza religiosa obligatoria en escuelas y colegios. Apoya al movimiento para hacer de Costa Rica un Estado laico y los esfuerzos por dar valor legal a las parejas homosexuales. Es m¨¢s, apoya la legalizaci¨®n de las drogas, aunque admite que ser¨ªa suicida hacerlo sin la compa?¨ªa de los pa¨ªses m¨¢s potentes.
Semejantes posiciones flotan en la cabeza de ¡°ese individuo¡±, que para hablar aguza los ojos peque?os y evoca sus poses de profesor, cuando gozaba rompiendo dictados y aplicando el m¨¦todo de ¡°educaci¨®n subversiva¡±, desechando la obediencia como valor.
¡°La religi¨®n es una opci¨®n personal, privada y no de pol¨ªticas p¨²blicas¡±
Pregunta. ?Cu¨¢l es el eje de ese conflicto sobre valores, religi¨®n y educaci¨®n?
Respuesta. Es quiz¨¢ algo filos¨®fico. Lo que pasa es que quiero una educaci¨®n sin sermones ni discursos, sin que alguien les diga qu¨¦ es lo bueno o lo malo, con castigos o premios. Eso no es educaci¨®n, es entrenamiento. Quiero muchachos con criterio propio, no quiero muchachos obedientes, quiero muchachos ¨¦ticos.
P. Eso es quebrar el m¨¦todo tradicional y de la Iglesia. ?C¨®mo no van a estar molestos con usted?
R. En la educaci¨®n eso es totalmente leg¨ªtimo. Debemos formar el car¨¢cter y las mentes de los muchachos y la obediencia no es una buena herramienta educativa. Basar un sistema educativo en la obediencia no es leg¨ªtimo.
P. De nuevo, los sectores conservadores tienen raz¨®n de estar inquietos.
R. A los sectores conservadores les da miedo que la gente piense por s¨ª misma. Si la obediencia es una elecci¨®n personal, como la religi¨®n, no tengo problemas, pero si se quiere instalar en la pol¨ªtica p¨²blica, ah¨ª s¨ª que no puedo aceptarlo.
P. ?Es lo que usted ha dicho de los valores religiosos en la fertilizaci¨®n in vitro?
R. Exacto. Es una locura pensar que por las creencias de algunas personas se cierre la opci¨®n de tener hijos a una familia o, todav¨ªa m¨¢s grave, que por esas creencias se cierre la opci¨®n de nacer a algunos ni?os. Lo que pasa es que las creencias religiosas de algunos se han convertido en pol¨ªtica p¨²blica para otros.
P. En un pa¨ªs acostumbrado al margen peque?o y al centrismo eso puede resultar chocante.
R. Es importante que siempre haya alguien dici¨¦ndolo en una sociedad como esta, pasiva pero tambi¨¦n tolerante a discutir los temas.
P. ?Pa¨ªs pasivo y conservador?
R. Depende de con qu¨¦ lo compare uno. Es menos conservador que muchos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. Es quiz¨¢ m¨¢s bien un pa¨ªs de doble moral. Siempre ha habido un fil¨®n liberal acompa?ado de pensamiento tradicional.
P. ?C¨®mo califica entonces esta ¨¦poca de tanto cuestionamiento de lo que ya se cre¨ªa escrito en piedra?
R. Quiz¨¢ est¨¦ pasando en todo el mundo. Esta es una ¨¦poca en la que se vuelven p¨²blicos los temas de la vida personal. En alg¨²n momento hab¨ªa que confrontar esta realidad.
P. ?Es este un destape?
R. No creo que sea un destape comparable con lo que se vino en Espa?a despu¨¦s de la ca¨ªda de Franco. En Costa Rica el p¨¦ndulo se mueve poquitico. El chayote [vegetal tropical de poco sabor] podr¨ªa ser el s¨ªmbolo nacional. Aqu¨ª los procesos van sin extremos. S¨ª, la gente se siente con m¨¢s derecho a hablar, no solo como opciones personales sino como pol¨ªticas p¨²blicas. Y claro que eso provoca un conflicto.
P. Usted como ministro dirige la educaci¨®n que recibe un mill¨®n de estudiantes en un pa¨ªs cat¨®lico oficial. ?Qu¨¦ malabares debe hacer?
R. Son dos cosas distintas. La religi¨®n es una opci¨®n personal, privada y no de pol¨ªticas p¨²blicas. El Constitucional dice que el car¨¢cter confesional cat¨®lico no implica ni siquiera que la ense?anza obligatoria de la religi¨®n tenga que ser cat¨®lica, sino m¨¢s bien de tipo ecum¨¦nico.
P. Entonces para qu¨¦ ser Estado cat¨®lico?
R. No lo s¨¦. Es una definici¨®n que nunca he entendido.
P. Usted no ha hecho nada por acabar con eso.
R. Cuando uno est¨¢ en el Gobierno, tiene tiempo limitado, recursos limitados, cierto capital pol¨ªtico y hay que establecer prioridades. No es responsable de entrar en todos los temas.
P. ?No ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil eliminar la asignatura de religi¨®n?
R. Ese ser¨ªa un conflicto muy grande y no creo que valga la pena. Aqu¨ª la mayor¨ªa de la gente cree que se deben dar las clases de religi¨®n. El paso que el pa¨ªs va a dar ahora es impartir religi¨®n de una forma m¨¢s ecum¨¦nica, m¨¢s abierta.
P. ?Habr¨ªa estado dispuesto a abrir un debate sobre la legalizaci¨®n de drogas?
R. Las estrategia contra las drogas no ha funcionado y concuerdo con posiciones como la de Cardoso [Fernando Henrique, expresidente de Brasil], Zedillo [Ernesto, expresidente de M¨¦xico] y Gaviria [C¨¦sar, expresidente de Colombia], pero que un pa¨ªs con 4,5 millones de habitantes decida legalizar las drogas cuando en el resto de pa¨ªses eso no funciona, ser¨ªa un suicidio.
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