Por qu¨¦ las urnas son fieles a Ch¨¢vez
La lucha del Ejecutivo de Venezuela contra la pobreza prevalece sobre todos los problemas que arrastra el pa¨ªs y que no ha solucionado en 14 a?os
Hace siete a?os, cuando Hugo Ch¨¢vez se encontraba en la mitad de los 14 a?os que lleva al frente del Gobierno, uno llegaba al aeropuerto internacional de Caracas y los propios empleados ofrec¨ªan el cambio de divisas a un precio tres veces m¨¢s alto que el oficial. Hoy en d¨ªa la cosa funciona igual, salvo que el cambio del mercado paralelo multiplica ya por cuatro al del Gobierno. Hace siete a?os, viajar por la carretera vieja de la Guaira, desde el aeropuerto a Caracas, significaba atravesar un rosario de barrios m¨ªseros donde el riesgo de asalto a mano armada era muy probable. Hoy, la sensaci¨®n de peligro es a¨²n mayor. Hace m¨¢s de un lustro las distancias en Caracas se calculaban siempre con cola o sin cola, es decir, con atasco o sin ¨¦l. Y hab¨ªa decenas de mototaxis para evitar las congestiones. Hoy, la situaci¨®n es exactamente la misma.
Cada cierto tiempo, desde que Hugo Ch¨¢vez lleg¨® al poder en 1999, los mercados sol¨ªan sufrir el desabastecimiento de alg¨²n alimento b¨¢sico. Ch¨¢vez sol¨ªa culpar de ¡°acaparamiento¡± a las grandes empresas que pretend¨ªan ¡°desestabilizar¡± al Gobierno. Mandaba a las autoridades, bien acompa?adas de camar¨®grafos, hacia alg¨²n almac¨¦n y ordenaba la distribuci¨®n inmediata del producto en cuesti¨®n. La oposici¨®n se quejaba de que eso era pura demagogia. Este enero escasearon el aceite, el pollo, la harina y el arroz. Y el Gobierno volvi¨® a sacar a la calle los productos que hab¨ªa en un almac¨¦n de la mayor compa?¨ªa privada del pa¨ªs.
Hace siete a?os el Gobierno sufr¨ªa las cr¨ªticas de dos grandes canales informativos de televisi¨®n. Hoy solo queda uno, Globovisi¨®n. La Asociaci¨®n Human Rights Watch ha publicado sendos informes en los que acusa a Ch¨¢vez de convertir al Tribunal Supremo en su t¨ªtere y de asfixiar a las voces cr¨ªticas. Se podr¨ªa aportar m¨¢s datos sobre c¨®mo han aumentando el d¨¦ficit fiscal y la deuda externa. Pero ninguno de esos problemas impide que la mayor¨ªa de los venezolanos siga confiando en ¨¦l. Ch¨¢vez s¨®lo ha perdido una de las 14 elecciones convocadas desde 1998. La confianza de los electores en ¨¦l es tan alta que su rival en las presidenciales del 7 de octubre, Herinque Capriles, ha optado por atacar a los m¨¢s altos cargos del Gobierno dici¨¦ndoles que ¡°ning¨²n chavista calza en los zapatos de Hugo Ch¨¢vez¡±.
Ante la pregunta de cu¨¢l es el principal logro de Ch¨¢vez, desde el flanco chavista se sigue escuchando la misma frase que ya se escuchaba a mitad de su mandato: Ch¨¢vez hizo visibles a millones de personas que siempre fueron invisibles para el Estado; les otorg¨® conciencia pol¨ªtica; puso a los pobres en el primer puesto de la agenda y de ah¨ª no los baj¨®. ¡°A finales de los noventa hab¨ªa un 60% de pobres y ahora est¨¢n en torno al 25%. ?sa es la gran verdad que a una parte de la comunidad internacional le cuesta reconocer¡±, explica el diputado por Venezuela del Parlamento Latinoamericano Calixto Ortega. ¡°Hay problemas, como el de la inseguridad, que est¨¢n por solucionarse. Pero los pobres reconocen en Ch¨¢vez un l¨ªder fundamental, perciben en ¨¦l que su preocupaci¨®n es sincera¡±.
Decenas de analistas en Venezuela opinan que Ch¨¢vez pudo haber aprovechado mucho mejor el precio extraordinario al que se ha situado en los ¨²ltimos a?os el barril de petr¨®leo. Pero ante ese tipo de argumentos, el Gobierno responde en los canales del Estado aportando sus cifras: en los dos ¨²ltimos a?os se entregaron 20.341 viviendas a familias damnificadas por las inundaciones de 2010. A¨²n permanecen otras 18.100 familias malviviendo en refugios. Pero el Gobierno, en nombre de Ch¨¢vez, ha prometido realojarlas este a?o.
En enero de 1999, cuando a Hugo Ch¨¢vez le quedaba un mes para ganar sus primeras presidenciales, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez escribi¨® un art¨ªculo titulado El enigma de los dos Ch¨¢vez, que terminaba as¨ª: ¡°Mientras se alejaba entre sus escoltas de militares condecorados y amigos de la primera hora, me estremeci¨® la inspiraci¨®n de que hab¨ªa viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos. Uno a quien la suerte empedernida le ofrec¨ªa la oportunidad de salvar a su pa¨ªs. Y el otro, un ilusionista, que pod¨ªa pasar a la historia como un d¨¦spota m¨¢s¡±. Catorce a?os y catorce elecciones despu¨¦s, la mayor¨ªa de los venezolanos siguen inclin¨¢ndose por el primer Ch¨¢vez.
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