Obama alerta del caos en la econom¨ªa mundial si EE UU suspende pagos
La rueda de prensa se centr¨® en su mayor parte en la regulaci¨®n de las armas y la econom¨ªa
Barack Obama advirti¨® este lunes que la suspensi¨®n de pagos por parte de Estados Unidos ¨Cuna posibilidad real cuando el pa¨ªs est¨¢ a un mes de alcanzar el techo legal de su endeudamiento- provocar¨ªa un severo da?o para todos los norteamericanos y un caos en la econom¨ªa mundial. El presidente, que dedic¨® la mayor parte de su ¨²ltima rueda de prensa del primer mandato a alertar sobre ese peligro, pidi¨® al Congreso, que es el ¨²nico autorizado a elevar el l¨ªmite de deuda, que lo haga de inmediato y sin condiciones.
Obama asegur¨® que no piensa entablar una negociaci¨®n con los republicanos sobre esa materia. ¡°No voy a negociar con una pistola en la sien del pueblo americano¡±, dijo. El pa¨ªs acaba de salir de una larga y dif¨ªcil negociaci¨®n para evitar el abismo fiscal que culmin¨® con un acuerdo in extremis en las primeras horas de este a?o. Obama no quiere empezar otra vez un proceso similar sobre este problema del techo de deuda, un asunto de mayor gravedad a¨²n que el del abismo fiscal.
Desde el punto de vista del presidente, la situaci¨®n es muy clara: EE UU tiene que pagar sus deudas. Punto. Cualquier reclamaci¨®n relativa a la reducci¨®n del d¨¦ficit o al recorte del gasto p¨²blico tiene que hacerse al margen de esa obligaci¨®n imprescindible. Para los republicanos eso no est¨¢ tan claro. En este momento, la oposici¨®n se niega a aprobar el aumento del techo de deuda, que se requiere para hacer frente a los pr¨®ximos pagos, si el Gobierno no se compromete a cambio a eliminar o reducir los m¨¢s costosos programas sociales.
La oposici¨®n se niega a aprobar el aumento del techo de deuda, que se requiere para hacer frente a los pr¨®ximos pagos
El trasfondo de este nuevo conflicto presupuestario es el mismo que el del abismo fiscal: los republicanos quieren pol¨ªticas de ajuste para reducir el d¨¦ficit de forma dr¨¢stica y la Casa Blanca quiere hacerlo de forma m¨¢s progresiva e incluyendo aumentos de impuestos. La diferencia esta vez es que el duelo sobre el techo del deuda puede tener consecuencias m¨¢s inmediatas y contundentes. ¡°Ser¨ªa un desastre para nosotros y para toda la econom¨ªa mundial¡±, manifest¨® Obama. Como ¨¦l mismo anticip¨®, el Gobierno tendr¨ªa que dejar de pagar a sus empleados, a los militares, a los pensionistas, a los m¨¦dicos que atienden la seguridad social. El Tesoro no podr¨ªa pagar los intereses de sus bonos, los extranjeros que invierten en EE UU pondr¨ªan en duda las garant¨ªas que este mercado ofrece y una ola de p¨¢nico se extender¨ªa casi inevitablemente por todo el sistema financiero internacional, con una previsible paralizaci¨®n de la actividad econ¨®mica. El Gobierno de EE UU quedar¨ªa, de hecho, paralizado, ¨²nicamente capaz de atender los asuntos de m¨¢xima urgencia, y el pa¨ªs tendr¨ªa que declararse, formalmente, en suspensi¨®n de pagos.
Todo eso ocurrir¨ªa en alg¨²n momento a¨²n no determinado de mediados del mes de febrero si el Congreso no aprueba la elevaci¨®n del actual techo de deuda, que es de 16,4 billones de d¨®lares. La cifra, en realidad, se alcanz¨® ya el ¨²ltimo d¨ªa de 2012, pero el Tesoro encontr¨® entonces mecanismos financieros legales para tener dinero a su disposici¨®n durante unas pocas semanas m¨¢s. Ahora el plazo no se puede volver a extenderse.
Este hecho de que EE UU supere el techo de deuda que previamente establece el Congreso no es nuevo en este pa¨ªs. Lo que es nuevo es que su extensi¨®n provoque semejante pol¨¦mica y alarma. El techo de deuda fue ampliado por el Congreso durante la mayor¨ªa de las presidencias anteriores de forma casi ritual, sin que diera lugar a negociaciones ni controversia. Fue en 2011, poco despu¨¦s de la llegada al Capitolio de la primera hornada de congresistas del Tea Party, cuando la elevaci¨®n del techo de deuda dio lugar a un penoso tira y afloja. Fue a finales de julio, y EE UU estuvo en aquella ocasi¨®n a horas de distancia de la suspensi¨®n de pagos. Como consecuencia de aquel debate, la nota de la deuda del pa¨ªs fue rebajada por algunas agencias calificadoras.
Obama no quiere que ocurra la mismo esta vez, pero no se ve de qu¨¦ forma puede evitarlo. De momento se ha limitado a apelar al sentido com¨²n de los congresistas con un argumento muy elemental: todo el mundo tiene que pagar sus deudas. La elevaci¨®n del techo actual no es para afrontar nuevos gastos sino para pagar lo que ya se debe y fue aprobado en su d¨ªa por el propio Congreso. No hacerlo pondr¨ªa a EE UU al nivel de un pa¨ªs con la econom¨ªa en total bancarrota.
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