De derechas por mandato divino
Los partidos religiosos israel¨ªes descartan la evacuaci¨®n de las colonias jud¨ªas en los territorios palestinos Estas formaciones grupos son cruciales para formar las coaliciones de Gobierno
En Kfar Habad el gran rabino Ashkenazi no impone la disciplina de voto. Aqu¨ª, los jud¨ªos ultraortodoxos, a los que se conoce como los Lubavitch, pueden votar al candidato que quieran en las elecciones del pr¨®ximo martes. El rabino s¨®lo impone dos condiciones: que sea un partido religioso y que prometa no evacuar a un solo jud¨ªo de los asentamientos incrustados en los territorios palestinos. Puede que los ultrarreligiosos de Kfar Habad sean los m¨¢s estrictos, pero en general, la creaci¨®n de un futuro Estado palestino, previa salida de buena parte del m¨¢s de medio mill¨®n de colonos que all¨ª viven, constituye una l¨ªnea roja infranqueable para muchos israel¨ªes, entre ellos el cerca del 11% de la poblaci¨®n que vive seg¨²n las reglas que impone la literalidad b¨ªblica.
En el caso de los Lubavitch de Kfar Habad, una localidad en el centro del pa¨ªs, no hay duda. El gran rabino Menachem Mendel Schneerson, fallecido a mediados de los noventa y al que parte de sus seguidores consideran el Mes¨ªas en persona, lo dej¨® claro. No se debe siquiera contemplar la posibilidad de evacuar a jud¨ªos de lo que ¨¦l consideraba la tierra prometida. Lo que dijo Schneerson es palabra de Dios en esta localidad, asentada sobre los restos de una antigua aldea palestina anterior a 1948. Los carteles con la imagen del supuesto mes¨ªas se pueden ver por todo Kfar Habad, tambi¨¦n en el edificio de ladrillo visto que replica el cuartel general de los Lubavitch en Brooklyn.
A la salida de la gran sinagoga de Kfar Habad, hay un cierto trasiego de hombres vestidos de negro. ¡°Aqu¨ª nadie votar¨ªa a la izquierda. El rabino Schneerson lo dej¨® claro. No daremos ninguna tierra a los ¨¢rabes¡±, dice uno de esos hombres, el rabino Shmuel Grumach. ?Qu¨¦ futuro le espera entonces a los palestinos? ¡°El Mes¨ªas, cuando vuelva, se encargar¨¢ de eso¡±, a?ade. ¡°Yo votar¨¦ a un partido que diga claramente que no est¨¢ a favor de un Estado palestino¡±, asegura tambi¨¦n Beni, emigrado a Israel desde M¨¦xico y profesor en un gran orfanato de Kfar Habad, parte de la red de organizaciones caritativas que esta secta tiene repartidas por todo el mundo.
El proceso de paz, y el eterno conflicto que les enfrenta a los palestinos no es sin embargo la gran preocupaci¨®n de la comunidad ultrarreligiosa, dedicada sobre todo a cumplir sus mandamientos y a propiciar el inmediato regreso del mes¨ªas. A sus l¨ªderes, los dirigentes de los partidos religiosos les preocupa sobre todo, que el Gobierno de turno les asegure la financiaci¨®n necesaria para mantener su estilo de vida ¡ªfamilias ultranumerosas, en las que el padre no trabaja y se dedica al estudio de los textos sagrados gracias a las subvenciones estatales¡ª.
Hist¨®ricamente no lo han tenido demasiado complicado. El sistema electoral israel¨ª hace que los partidos religiosos hayan sido hasta ahora imprescindibles para formar las coaliciones de Gobierno en las que las formaciones peque?as conviven con alguna de las grandes, para alcanzar la mayor¨ªa parlamentaria necesaria. Los religiosos son conscientes de que sus esca?os son cruciales a la hora de formar Gobierno y parten por lo tanto de una c¨®moda posici¨®n negociadora. Su relevancia aumenta adem¨¢s elecci¨®n tras elecci¨®n gracias a la alt¨ªsima tasa de natalidad de la comunidad ultraortodoxa, donde es frecuente encontrar familias con 12 hijos. ¡°La demograf¨ªa no ofrece buenas perspectivas a los laicos ni al centro-izquierda¡±, explica el experto en sondeos electorales Rafi Smith.
Derecha e izquierda
El pragmatismo ultraortodoxo hace que a pesar de su sinton¨ªa pol¨ªtica con la derecha, al gubernamental Likud, el caballo ganador de estas elecciones, le preocupe a dos semanas de las elecciones que los religiosos se decanten al final por formar Gobierno con partidos de centro-izquierda y dejen a Benjam¨ªn Netanyahu en la estacada. A estas alturas, parece estar claro qui¨¦n ganar¨¢ las elecciones. Lo que no est¨¢ tan claro es qu¨¦ Gobierno de coalici¨®n se formar¨¢.
En su majestuoso despacho del Ayuntamiento de Jerusal¨¦n, el vicealcalde, Yitzchak Pindrus, uno de los l¨ªderes del ultrartodoxo Unidad, Tor¨¢ y Juda¨ªsmo, expone la posici¨®n de su partido. ¡°Nosotros pactaremos con quien respete nuestro sistema educativo y nuestras viviendas. Nos da igual qui¨¦n est¨¦ en el poder. No descartamos pactar con los laboristas¡±, deja caer a modo de amenaza a Netanyahu. ?Hasta qu¨¦ punto sus votantes estar¨ªan dispuestos a comulgar con las propuestas del centro-izquierda respecto a los palestinos? ¡°Mire, tenemos claro que ning¨²n partido actual y tampoco los laboristas van a hacer nada a favor de un Estado palestino¡±.
En realidad, no hay gran diferencia entre derecha e izquierda en torno a la cuesti¨®n palestina. Tal vez el ¨²nico gran partido que de verdad se desmarca es la Casa Jud¨ªa, el partido ultraderechista del carism¨¢tico Naftali Bennett, que se opone frontalmente no s¨®lo de hecho sino tambi¨¦n de palabra a la creaci¨®n de un Estado palestino. El resto de las grandes formaciones, incluido el Likud de Netanyahu, dicen estar en l¨ªneas generales a favor de que los palestinos tengan su propio Estado, pero ni sus campa?as ni sus programas se ocupan en exceso del tema, a excepci¨®n de lo que aqu¨ª consideran la extrema izquierda.
El vicealcalde Pindrus repite un argumento que en la calle se escucha a diario y que resume el sentir popular. ¡°Nadie en Israel cree que vaya a haber negociaciones con los palestinos. Al fin y al cabo todos los Gobiernos, tambi¨¦n los de izquierdas han construido asentamientos¡±.
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