Condenados a estar en primera l¨ªnea
Todo el mundo ha subestimado sistem¨¢ticamente la implantaci¨®n de los yihadistas en el norte de Mal¨ª y el Sahel, a menudo reducida a las dimensiones de una amplia red de contrabandos varios
Fran?ois Hollande ha afirmado que la toma de rehenes reprimida por el Ej¨¦rcito argelino ha reforzado la determinaci¨®n francesa a comprometer sus fuerzas para frenar a los yihadistas acantonados en el norte de Mal¨ª. Como era de esperar, tras las primeras reacciones de unidad nacional que acompa?aron al anuncio de la intervenci¨®n militar, surgen las primeras dudas. ¡°?Es necesario?¡± ¡°?Es razonable ir solos?¡± En mi opini¨®n, la respuesta a ambas preguntas es s¨ª.
Sobre la necesidad de actuar: la crisis del Sahel no data de ayer. El este de Mauritania, el norte de Mal¨ª, N¨ªger y el sur de Argelia son desde hace varios a?os campo de operaciones de diversas organizaciones islamistas fan¨¢ticas. Las m¨¢s peligrosas son las que el Ej¨¦rcito argelino rechazara m¨¢s all¨¢ de sus fronteras ¡ªuna secuela de la larga guerra civil que enfrent¨® al Estado argelino con los yihadistas¡ª, m¨¢s tarde reforzadas por elementos del Ej¨¦rcito libio en desbandada tras la intervenci¨®n franco-brit¨¢nica que propici¨® la ca¨ªda de Gadafi.
El ataque contra el complejo gas¨ªstico argelino vino sin duda de Libia y requiri¨® una larga preparaci¨®n que excluye toda vinculaci¨®n con la intervenci¨®n francesa, aunque esta haya sido aducida como pretexto. La verdad es que todo el mundo ha subestimado sistem¨¢ticamente la implantaci¨®n de los yihadistas en el norte de Mal¨ª y el Sahel, a menudo reducida a las dimensiones de una amplia red de contrabandos varios que, a fin de cuentas, era posible controlar mediante el dinero. Sin embargo, la constante expansi¨®n de los yihadistas por este inmenso territorio se ha llevado a cabo en nombre de la agenda pol¨ªtica de unos grupos que se autoproclaman parte de Al Qaeda y buscan exactamente lo mismo que Bin Laden encontr¨® en Afganist¨¢n: una s¨®lida base de retaguardia para preparar otras acciones y conquistas.
Sobre el aislamiento: durante el pasado abril, los pa¨ªses africanos afectados pidieron una intervenci¨®n. Esta petici¨®n, apoyada por Francia, desemboc¨® en un consenso en las Naciones Unidas y en la promesa del establecimiento de una fuerza interafricana cuyo despliegue no estaba previsto hasta el pr¨®ximo septiembre. No obstante, los movimientos yihadistas no esperaron tanto y avanzaron hacia Bamako. Fue entonces ¡ªantes de poder abrir la v¨ªa a una reconquista de Mal¨ª por los malienses, una vez sobre el terreno las fuerzas africanas¡ª cuando Francia decidi¨® detenerlos. Fran?ois Hollande concluy¨® que los riesgos de una intervenci¨®n eran preferibles a los de la pasividad. Salvo para quienes rechazan el principio de la intervenci¨®n ¡ªcomo la extrema izquierda y algunos ecologistas apoyados por Dominique de Villepin¡ª, Francia ha actuado para que Mal¨ª no se convierta en un nuevo Afganist¨¢n. Y si parece estar sola en el plano militar, es porque solo ella tuvo la sabidur¨ªa de prepararse para esta eventualidad.
Aunque Francia act¨²e por cuenta de los pa¨ªses africanos afectados, tambi¨¦n lo hace en defensa de una UE directamente concernida por la amenaza yihadista
La situaci¨®n es parad¨®jica: nos encontramos ante un escenario diplom¨¢tico casi in¨¦dito, pues Francia ha recibido la aprobaci¨®n de casi todos los Estados miembros de la ONU ¡ªincluidos Rusia y China¡ª y, sin embargo, solo sus soldados est¨¢n sobre el terreno. No se trata de aislamiento, sino m¨¢s bien de asumir el esfuerzo en nombre de la colectividad, pues las tropas francesas preparan el terreno a la fuerza interafricana. La buena noticia es el anuncio del env¨ªo de un fuerte contingente chadiano, es decir, de tropas que conocen bien la guerra en el desierto. Por su parte, Europa aportar¨¢ su apoyo financiero y, en algunos casos, log¨ªstico. Demasiado modesto, dir¨¢n algunos. En efecto. Pues, aunque Francia act¨²e por cuenta de los pa¨ªses africanos afectados, tambi¨¦n lo hace en defensa de una Uni¨®n Europea directamente concernida por la amenaza yihadista. Pero es in¨²til lamentarse: no existe una defensa europea. Y no existir¨¢ hasta que franceses y brit¨¢nicos se decidan a avanzar. Es decir, no se sabe cu¨¢ndo, pues el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, no deja de hacer concesiones a aquellos que quieren salir de la UE.
?Y los Estados Unidos? ?D¨®nde est¨¢n? Varios d¨ªas despu¨¦s del comienzo de la intervenci¨®n militar, Francia negocia para intentar obtener el apoyo log¨ªstico sugerido por la Casa Blanca. Y es que pocas veces hemos tenido que tratar con una diplomacia norteamericana tan d¨¦bil, tan ajena a nuestros intereses estrat¨¦gicos, cautiva de su alianza estrat¨¦gica con los Hermanos Musulmanes en Egipto y, seguramente, no solo all¨ª. De hecho, de Egipto es de donde han llegado las escasas protestas contra la intervenci¨®n francesa. El esquema estadounidense es, de forma totalmente injustificada, arrogante con Francia. Los Estados Unidos se aferran a la idea de consolidar las instituciones malienses y creen poder controlar la situaci¨®n mediante militares malienses afines. Cabe se?alar tambi¨¦n que algunos de los movimientos islamistas que hoy combatimos fueron financiados y armados durante alg¨²n tiempo por Estados Unidos ¡ªcomo tambi¨¦n sucedi¨® en Afganist¨¢n¡ª. Es pues una diplomacia curiosa y, en resumidas cuentas, poco fiable para los europeos: no en vano, tras haber dado luz verde a la intervenci¨®n franco-brit¨¢nica en Libia, Estados Unidos no tard¨® en retirarse, content¨¢ndose con un modesto apoyo log¨ªstico. Y esto en un momento en que ?frica constituye la nueva frontera del desarrollo y es objeto de una sistem¨¢tica ofensiva china en pos de materias primas. Por ahora, estamos condenados a permanecer en primera l¨ªnea frente al auge de los extremistas isl¨¢micos.
Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva
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