El tr¨¢gico final de Aliou Tour¨¦
Cansados de los abusos, los vecinos de Gao linchan al jefe de la Polic¨ªa Isl¨¢mica
Aliou Tour¨¦ era un joven m¨¢s bien t¨ªmido y de car¨¢cter d¨¦bil. Comerciante, vendedor de cuero y pieles, sus vecinos de Gao acostumbraban a gastarle bromas, a re¨ªrse de ¨¦l. Un buen d¨ªa, hace ya algunos a?os, desapareci¨®. Cuentan que estuvo en alg¨²n pa¨ªs ¨¢rabe profundizando sus conocimientos sobre el islam. Pero a pocos parec¨ªan preocuparle las nuevas ideas del pobre Aliou.
Todo cambi¨® en abril de 2012, con la llegada a la ciudad del grupo islamista Muyao (Movimiento por la Unicidad y la Yihad en ?frica Occidental). Los reci¨¦n llegados, procedentes de otros pa¨ªses, necesitaban simpatizantes locales que les informaran de lo que pasaba en Gao. Y Aliou Tour¨¦ estaba ah¨ª. Quiz¨¢s por su timidez, quiz¨¢s por proteger sus negocios o porque, como ¨¦l dec¨ªa p¨²blicamente, Muyao ¡°promueve la verdadera fe¡±. Lo cierto es que en julio, despu¨¦s de la expulsi¨®n de los rebeldes tuareg, Tour¨¦ ya era el jefe de la Polic¨ªa Isl¨¢mica, ante quien todos ahora temblaban, y el encargado de aplicar los castigos corporales, amputaciones incluidas, a los ¡°delincuentes¡± que beb¨ªan alcohol, comet¨ªan adulterio, fumaban cigarrillos o robaban.
As¨ª pasaron las semanas. Y del miedo se pas¨® pronto al odio. Aliou Tour¨¦ encarnaba todo aquello que la mayor¨ªa de los habitantes detestaban de los barbudos, con el agravante de que se trataba de uno de los suyos, un habitante de Gao, el c¨®mplice necesario. El 5 de agosto de 2012 fue ¨¦l quien orden¨® que le pegaran una paliza casi mortal al periodista Malick Ma?ga por haber criticado en la radio la aplicaci¨®n de la shar¨ªa, la ley isl¨¢mica. Y quien poco despu¨¦s arrebat¨® la mujer a un campesino para entregarla en matrimonio a uno de sus nuevos amigos yihadistas. Cay¨® en desgracia Aliou Tour¨¦. Muchos j¨®venes que le ve¨ªan pasearse altivo por Gao mascaban su odio en silencio, pensando que un d¨ªa la tortilla se dar¨ªa la vuelta.
Ese d¨ªa lleg¨® el jueves pasado. La intervenci¨®n francesa en el centro del pa¨ªs para contener el avance de los yihadistas ha hecho cambiar de bando al miedo. Ahora son los miembros del Muyao quienes duermen en las afueras de la ciudad y se preparan para retirarse en cuanto los soldados lleguen a las puertas. Y los habitantes de Gao que se han sentido humillados y acorralados por los radicales ganan terreno.
Las circunstancias no est¨¢n claras porque desde hace una semana no hay cobertura telef¨®nica. Pero lo cierto es que Aliou Tour¨¦ ha tenido un final tr¨¢gico. Al parecer, orden¨® el linchamiento del periodista Kader Tour¨¦, un locutor de radio muy querido y respetado en Gao que se mostraba cr¨ªtico con los radicales. Y el jueves pasado la poblaci¨®n se tom¨® la venganza. Fueron a por ¨¦l y lo despedazaron a machetazos.
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