La presidencia irlandesa de la Uni¨®n se ofrece a mediar entre Londres y Bruselas

Irlanda comprende como ning¨²n otro socio los recelos de Reino Unido hacia Europa. El euroescepticismo ha marcado en gran medida la posici¨®n irlandesa en la familia europea, hasta el punto de mantener en vilo el proyecto com¨²n en dos ocasiones. Los irlandeses rechazaron en las urnas los dos ¨²ltimos tratados europeos, aunque m¨¢s tarde enmendaron la votaci¨®n y ofrecieron su s¨ª definitivo a finales de 2009. Con esta trayectoria, Dubl¨ªn domina lo suficientemente el terreno como para acercarse a Londres en calidad de consejero.

Los tiempos han cambiado y en esta ocasi¨®n Irlanda se pone del lado europe¨ªsta. ¡°Como Gobierno irland¨¦s, queremos servir de puente entre Reino Unido y la Uni¨®n Europea. Podemos jugar ese papel porque tenemos una relaci¨®n especial con ellos y sus prioridades est¨¢n muy cerca de las nuestras; queremos mostrar que es muy positivo para ellos seguir dentro de la Uni¨®n¡±, defiende Lucinda Creighton, ministra irlandesa de Asuntos Europeos, en conversaci¨®n con este y otros cinco diarios europeos. La ministra destaca el mercado ¨²nico como el elemento que m¨¢s puede condicionar la decisi¨®n sobre el encaje de Reino Unido en la Uni¨®n Europea.

El papel mediador de Irlanda cobra m¨¢s relevancia por el hecho de ser el pa¨ªs que preside la UE durante este semestre y, por tanto, al que corresponde la iniciativa pol¨ªtica. Fuentes diplom¨¢ticas subrayan que la primera consecuencia de ese movimiento del primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, se ver¨¢ en menos de dos semanas, cuando los l¨ªderes de los 27 pa¨ªses comunitarios se re¨²nan para intentar aprobar los Presupuestos de los pr¨®ximos siete a?os. Las crecientes exigencias del premier brit¨¢nico para imponer m¨¢s recortes en las cuentas europeas podr¨ªan obstaculizar un acuerdo que parece casi cerrado, aunque esas fuentes conf¨ªan en que no se llegue a una situaci¨®n de bloqueo. Curiosamente, Cameron se ha convertido en el principal apoyo de Angela Merkel a la hora de configurar un marco presupuestario que responda a las ansias de austeridad de la canciller alemana. Por tanto, podr¨ªa darse la paradoja de que la Uni¨®n Europea funcionara con un presupuesto a la medida de Alemania y Reino Unido justo en el periodo en que los brit¨¢nicos decidieran salirse de Europa (las previsiones para el refer¨¦ndum lo sit¨²an en 2017).

Irlanda no ve con buenos ojos esas veleidades brit¨¢nicas, en gran medida porque el pa¨ªs vive un inusual europe¨ªsmo que emana, precisamente, del rescate financiero. Al contrario de lo que ha sucedido en Grecia o Portugal, los otros dos pa¨ªses salvados por el capital comunitario, la sociedad irlandesa ha reforzado sus simpat¨ªas hacia la Uni¨®n desde que se concedi¨® el rescate, en noviembre de 2010. Un abrumador 85% de la poblaci¨®n defiende hoy la pertenencia al proyecto europeo, seg¨²n una reciente encuesta de la organizaci¨®n European Movement Ireland a la que el Ejecutivo irland¨¦s otorga credibilidad. El porcentaje de ciudadanos que optan por quedarse en la Uni¨®n Europea baja al 66% cuando se sit¨²a a los encuestados en la tesitura de que Reino Unido abandone el barco, lo que refleja los fuertes lazos entre las dos comunidades.

Fuentes irlandesas destacan que esa hipot¨¦tica salida brit¨¢nica tendr¨ªa implicaciones pr¨¢cticas negativas para Dubl¨ªn y admiten que existe preocupaci¨®n al respecto. No obstante, esas fuentes conf¨ªan en que finalmente Londres y Bruselas alcancen un acuerdo satisfactorio que incline la balanza brit¨¢nica hacia el lado europeo.