Reencuentro con el horror en Per¨²
Familias de v¨ªctimas de Sendero Luminoso y el Ej¨¦rcito reciben conjuntamente restos exhumados en Ayacucho, epicentro de la sangrienta guerra entre el Estado y los terroristas en los ochenta
¡°Si quiere agua, si quiere pa?uelos, tenemos¡±, ofrece una voluntaria a uno de los hombres que ha recibido en Huamanga (Ayacucho, sierra sur de Per¨²) los restos de un familiar asesinado en una de 20 matanzas registradas entre 1984 y 1985 en Chungui, epicentro de la violencia que inici¨® el grupo terrorista Sendero Luminoso en 1980. El pasado viernes, los deudos de 78 personas se reencontraron con historias brutales, cuando los subversivos, los militares y los comit¨¦s de autodefensa mataban o desaparec¨ªan a sus enemigos. Esta es la primera vez que, en un mismo acto, el Estado devuelve restos identificados de v¨ªctimas de todas las partes del conflicto.
Seg¨²n informaci¨®n de la fiscal¨ªa, los 20 a?os de violencia dejaron 15.700 desaparecidos en Per¨², de los que han sido exhumados poco m¨¢s de 2.000 cuerpos, e identificados unos 1.000. A diferencia de los desaparecidos en Chile y Argentina, el mayor porcentaje en Per¨² eran ind¨ªgenas quechua, de zonas rurales, lo cual coloca en desventaja a los deudos a la hora de buscar justicia.
En 2003, el informe de la Comisi¨®n de la Verdad report¨® 1.371 muertos y desaparecidos en el distrito de Chungui ¡ªel 17% de su poblaci¨®n censada en 1981¡ª y 300 fosas en 1.060 kil¨®metros cuadrados. Adem¨¢s, calific¨® la violencia en dicha zona como la m¨¢s ¡°cruenta y devastadora¡±.
La restituci¨®n de restos exhumados e identificados representa una operaci¨®n log¨ªstica compleja, pues los parientes que sobrevivieron residen en otras zonas del distrito de Chungui, a 10 horas de la ciudad de Huamanga, o proceden de otros departamentos del pa¨ªs adonde se desplazaron debido a la violencia. El Gobierno regional, municipalidades, el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja y ONG locales se han repartido los gastos de los ata¨²des, los arreglos florales, y el transporte y alojamiento.
La v¨ªspera de la restituci¨®n, los familiares han acudido al laboratorio forense del Ministerio P¨²blico, un amplio complejo que guarda miles de cajas con huesos, ropa y elementos, restos de 20 a?os de matanzas. Un grupo de voluntarios intenta contener el desborde emocional con una palmada en la espalda, pa?uelos, vasos de agua y algod¨®n empapado en agua de azahar o alcohol. El d¨ªa de la entrega de los restos, en presencia de autoridades fiscales de Ayacucho y de la fiscal Jhousy Aburto, a cargo de las dos denuncias vinculadas con estos casos, los familiares reciben el documento que acredita la identificaci¨®n hecha por los forenses. ¡°Luego deben canjearlo por el certificado de defunci¨®n en la Municipalidad¡±, precisa Rafael Barrantes, del programa de personas desaparecidas del CICR. Un trabajador de la fiscal¨ªa traduce los tr¨¢mites al quechua. Algunos se acercan al ata¨²d de su ser querido y se fotograf¨ªan, incluso con ni?os peque?os: el ambiente es de seriedad, reencuentro, pero tambi¨¦n de un antiguo sufrimiento.
En abril de 2011, la ONG Comisi¨®n de Derechos Humanos denunci¨® al mayor del Ej¨¦rcito Pedro Baca Doig, ex jefe militar de Chungui, y a ?scar Alberto Ram¨ªrez Dur¨¢n, jefe de Sendero Luminoso en Ayacucho entre 1984 y 1985. A¨²n no hay acusaci¨®n fiscal contra los denunciados, pero las exhumaciones derivadas de estas denuncias se realizaron en noviembre pasado y de ellas proceden los restos devueltos.
El antrop¨®logo ayacuchano Jos¨¦ Coronel destaca la importancia de esta restituci¨®n para una poblaci¨®n que tiene el D¨ªa de los Santos y de los Muertos como los principales del a?o: ¡°Es un ciclo que por fin se cierra¡±, dice.
Parad¨®jicamente, no es el fin de un ciclo para una gran cantidad de ayacuchanos como, por ejemplo, Sabina Maytan, de 66 a?os. Ella regres¨® a Ayacucho para dar entierro definitivo a su esposo, Pablo D¨ªaz, cuyo cuerpo estuvo 30 a?os mal sepultado en una fosa que ellos mismos cavaron una madrugada, amenazados por los miembros de Sendero Luminoso que cometieron el asesinato. ¡°Ya hab¨ªamos olvidado esto, y ahora todo esto vuelve¡±, relata su hijo Rigoberto, de 42 a?os. ¡°Mataron a otros vecinos delante de nosotros, yo ten¨ªa once a?os¡±.
Este a?o se cumplen 10 a?os del informe de la Comisi¨®n de la Verdad y Reconciliaci¨®n y est¨¢ previsto que se inaugure un Museo de la Memoria en Lima; sin embargo, queda demasiado por desvelar y resta?ar.
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