Nikolaos Dertil¨ªs, pen¨²ltimo superviviente de la Junta griega
Responsable directo de la muerte de un estudiante, pas¨® los ¨²ltimos 37 a?os de su vida en prisi¨®n
A diferencia de las de Mussolini y Franco, con su reguero de muertes y fosas, las dictaduras de Portugal y Grecia siempre han parecido menores; el escritor luso Jos¨¦ Cardoso Pires, por ejemplo, utilizaba para referirse a la de Antonio Salazar un ¨²nico calificativo: peque?a. La griega de los coroneles (1967-74) fue, como la salazarista, pacata y timorata en sus maneras, rid¨ªcula ¡ªse dedic¨® a encarcelar melenudos y minifalderas por el solo hecho de su apariencia¡ª, pero implacable en la m¨¢s m¨ªnima desviaci¨®n del dogma: una Grecia ¨¦tnicamente pura, cristiana, para la gente de orden, esa arbitraria categor¨ªa que convierte en enemigos a cuantos osan carcajearse un poco del poder o, simplemente, enarcar una ceja.
El eslogan ¡°Grecia, griegos, cristianos¡±, que data de aquel septenio, reson¨® el jueves con fuerza en el entierro del ¨²ltimo de los dirigentes de la Junta que permanec¨ªa en prisi¨®n. El exgeneral Nikolaos Dertil¨ªs, muerto el lunes en un hospital de Atenas a los 92 a?os, no fue solo un fantoche de uniforme como el resto de correligionarios de la Junta; tambi¨¦n el responsable directo de la muerte de un estudiante en el brutal asalto al Polit¨¦cnico de Atenas en noviembre de 1973. Aquella matanza de decenas de personas supuso el tiro de gracia a la agonizante dictadura y tambi¨¦n la piedra fundacional del pujante y combativo movimiento estudiantil griego.
Dertil¨ªs pas¨® los ¨²ltimos 37 a?os en prisi¨®n; en diciembre hab¨ªa renunciado incluso a un permiso para asistir al entierro de su hijo. Como otros compa?eros de armas, declin¨® repetidas veces el arrepentimiento a cambio de alguna medida de gracia para seguir pudri¨¦ndose en la c¨¢rcel ateniense de Korydal¨®s, cuya sola menci¨®n revela la existencia de la justicia po¨¦tica: la misma prisi¨®n a la que durante la dictadura fueron a parar cientos de opositores, fue la tumba de muchos de sus torturadores. Hoy tambi¨¦n acoge a la media docena escasa de corruptos convictos de arruinar al pa¨ªs.
Del directorio castrense solo queda vivo, y en libertad, Stilianos Patak¨®s, de 101 a?os. Pero, aunque los dirigentes mueran, el regusto de la tiran¨ªa permanece. El jueves, los familiares de Mijalis Myroyanis, el joven de 20 a?os cuya vida seg¨® Dertil¨ªs en el Polit¨¦cnico, tuvieron que contener la rabia y la impotencia al contemplar en las exequias de este una demostraci¨®n de fuerza de la extrema derecha: alrededor de 200 ultras, incluidos seis diputados del partido neonazi Aurora Dorada (18 esca?os), se dieron cita en el cementerio central de Atenas, donde el obispo Ambrosio de Kal¨¢vrita glos¨® la figura del exgeneral como un h¨¦roe nacional mientras se desped¨ªa al finado con disparos al aire. Varios partidos pol¨ªticos han deplorado el alarde, salvo Nueva Democracia, que lidera la coalici¨®n tripartita de Gobierno.
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