La amistad franco-alemana
Es dif¨ªcil no preguntarse si a la larga cabe que se mantenga una relaci¨®n tan complicada
La conmemoraci¨®n del medio siglo del tratado de amistad franco-alemana, firmado el 22 de enero de 1963, tras tres enfrentamientos b¨¦licos ¡ªque, si retrocedemos en el tiempo, son algunos m¨¢s¡ª, ha puesto de relieve tanto una historia exitosa por haberse mantenido vigente, pese a los baches y serios conflictos por los que ha pasado, como la grave situaci¨®n en que la relaci¨®n se encuentra en nuestros d¨ªas.
En febrero de 1945 Francia no fue invitada a la Conferencia de Yalta por la negativa de Roosevelt a que acudiera el general De Gaulle, con el pretexto de no haber sido elegido democr¨¢ticamente. Aun as¨ª, con el apoyo directo de Churchill, Francia fue reconocida potencia vencedora y, en consecuencia, se le atribuy¨® una zona de ocupaci¨®n en Alemania.
Quedaba bien patente la debilidad de Francia ante los otros tres aliados. El tratado de amistad que Francia firm¨® con la Uni¨®n Sovi¨¦tica en diciembre de 1944 justamente pretend¨ªa equilibrar el poder preponderante norteamericano, pero tanto el tama?o que adquiri¨® el partido comunista franc¨¦s como el temprano estallido de la guerra fr¨ªa hicieron inviable esta alianza.
A Francia no le qued¨® otro remedio que ganarse como aliado a Alemania. Los dos pa¨ªses derrotados ¡ªFrancia por Alemania y Alemania por los aliados¡ª sufr¨ªan el resultado catastr¨®fico de la I Guerra Mundial y de la revancha que signific¨® la segunda: una Europa por completo destruida, dominada por dos potencias extracontinentales.
Contando con Estados Unidos, tambi¨¦n interesado en un r¨¢pido desarrollo econ¨®mico en la Europa occidental que detuviera la expansi¨®n sovi¨¦tica, Francia se erigi¨® en protectora de Alemania, propiciando un restablecimiento com¨²n que permitiera a la larga la recuperaci¨®n de Europa. La Comunidad del Carb¨®n y del Acero (CECA, 1950) y la integraci¨®n del nuevo Ej¨¦rcito alem¨¢n en la Comunidad Europea de Defensa (CED, 1952) serv¨ªan a los intereses de Estados Unidos, que quer¨ªa implicar a los europeos en su defensa, pero tambi¨¦n a los de Alemania, que exig¨ªa recuperar la soberan¨ªa para rearmarse, y a los de Francia, que integraba al tan temido Ej¨¦rcito alem¨¢n en uno europeo, conservando su superioridad militar, con un programa de armamento nuclear sin participaci¨®n alemana.
Desde el comienzo la llamada amistad franco-alemana cubre intereses comunes, pero tambi¨¦n otros muy distintos, y hasta opuestos; de ah¨ª los muchos choques y malentendidos de que ha adolecido la relaci¨®n. La confrontaci¨®n m¨¢s grave la origin¨®, sin duda, la guerra de Argelia.
Una Alemania profundamente anticomunista por soportar una parte de su territorio bajo el yugo sovi¨¦tico apoyaba a una Francia que justificaba la represi¨®n en Argelia como un aspecto de la com¨²n lucha contra el comunismo. Pero no quer¨ªa renunciar a sus intereses exportadores en el mundo ¨¢rabe, ni estaba dispuesta a impedir el tr¨¢fico de armas a favor del FLN, aunque s¨ª a hacer la vista gorda ante los ataques de los servicios secretos franceses contra los traficantes de armas alemanes y contra los argelinos que desde suelo alem¨¢n dirig¨ªan, o subvencionaban, las operaciones de los rebeldes.
El punto de mayor fricci¨®n se produjo por un atentado terrorista que destruy¨® un embalse en Fr¨¦jus (1962), con m¨¢s de 400 muertos, que los servicios alemanes conocieron y, sin embargo ¡ªhasta hoy se ignoran las razones¡ª, no lo comunicaron a los franceses, que no tuvieron m¨¢s remedio que atribuirlo a causas naturales.
Hasta la unificaci¨®n de los dos Estados alemanes, se mantuvo un cierto equilibrio. En el mundo bipolar de la guerra fr¨ªa, Francia ten¨ªa una autonom¨ªa pol¨ªtica mucho mayor y Alemania una superioridad econ¨®mica que iba en aumento. Dos decenios m¨¢s tarde, en una UE ampliada, en un mundo globalizado, con nuevas potencias emergentes, Alemania ha recuperado plenamente su autonom¨ªa pol¨ªtica, con una influencia creciente hacia el Este ¡ªPolonia es la nueva aliada privilegiada¡ª a la vez que ha aumentado el desnivel econ¨®mico entre ambos pa¨ªses: ocupa el sexto lugar mundial en las exportaciones, mientras que Francia est¨¢ en el puesto 21?.
Al centrar su pol¨ªtica exterior en garantizar las exportaciones, evitando operaciones militares en el exterior en raz¨®n de su pasado, Alemania se distancia de una Francia dispuesta a intervenir militarmente: Suez, Libia, Mal¨ª. Contraste que, en ¨²ltimo t¨¦rmino, condena a la inanidad a la pol¨ªtica exterior comunitaria. Es dif¨ªcil no preguntarse si a la larga cabe que se mantenga una amistad que hasta ahora se ha mostrado tan complicada. La respuesta acucia, porque nadie negar¨¢ que el futuro de la Uni¨®n en buena parte depende del entendimiento franco-alem¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.