Obama retirar¨¢ este a?o a la mitad de las tropas de Afganist¨¢n
El presidente esboza en su discurso del estado de la Uni¨®n las l¨ªneas maestras de su legado
Barack Obama tiene previsto anunciar esta noche en su discurso sobre el estado de la Uni¨®n la retirada este a?o de 34.000 soldados de Afganist¨¢n, lo que acelera el ritmo para la conclusi¨®n de esa guerra y reduce a menos de la mitad el contingente actual. Esta medida forma parte de un esfuerzo por recuperar algunas de las se?as de identidad de los primeros a?os de Obama, que tambi¨¦n propondr¨¢ la eliminaci¨®n de al menos un tercio del arsenal nuclear de Estados Unidos.
Aunque el discurso est¨¢, esencialmente, destinado a describir el escenario econ¨®mico que Obama pretende dibujar en su segundo mandato, dando prioridad al aumento del crecimiento sobre la reducci¨®n del d¨¦ficit y a la creaci¨®n de empleo sobre la eliminaci¨®n de deuda, el presidente presentar¨¢ tambi¨¦n las prioridades de lo que pretende ser su legado en pol¨ªtica exterior.
El fin cuanto antes de la guerra de Afganist¨¢n es una de ellas. Antes de enero de 2014, seg¨²n adelantaron este martes fuentes oficiales, solo quedar¨¢n en ese pa¨ªs 32.000 soldados norteamericanos. El resto saldr¨¢n antes de final de ese a?o. La Casa Blanca est¨¢ actualmente negociando con el Gobierno de Afganist¨¢n las condiciones en las que podr¨ªa quedarse, despu¨¦s de esa fecha, un grupo exclusivamente dedicado a operaciones antiterroristas. Algunos medios de comunicaci¨®n han anticipado que EE UU podr¨ªa dejar hasta 8.000 soldados, pero ninguna decisi¨®n ha sido todav¨ªa anunciada al respecto.
Obama pretende ser el presidente que puso fin a las dos guerras con las que se encontr¨® al asumir el poder, sin haber debilitado por eso la lucha contra el terrorismo. Eso ser¨¢, adem¨¢s, su argumento principal para reducir el presupuesto militar, que es una de las tareas dif¨ªciles que tiene por delante este a?o.
EE UU podr¨ªa dejar hasta 8.000 soldados, pero ninguna decisi¨®n ha sido todav¨ªa anunciada al respecto
El presidente puede encontrar tambi¨¦n resistencia en el Pent¨¢gono a su proyecto, adelantado por altos funcionarios a The New York Times, para reducir a 1.000 el n¨²mero de armas nucleares desplegadas, de las 1.700 que hay en la actualidad y de las 1.550 que quedar¨ªan por la aplicaci¨®n del ¨²ltimo tratado firmado con Rusia en 2009.
Una reducci¨®n tan significativa, no solo ser¨¢ dif¨ªcil de negociar con el presidente ruso, Wladimir Putin, sino que tendr¨¢ que sortear tambi¨¦n fuertes obst¨¢culos en el Congreso, donde varios republicanos han anunciado ya su oposici¨®n. Pero Obama dedicar¨¢ bastantes energ¨ªas a ese asunto, considerando que, adem¨¢s de dar brillo a su imagen, supondr¨¢ un considerable ahorro de dinero. El mes pr¨®ximo est¨¢ previsto que viaje a Mosc¨² su consejero de Seguridad Nacional, Thomas Donilon, para iniciar las negociaciones.
La reciente prueba nuclear realizada por Corea del Norte es una muestra de lo que complejo que puede ser un proceso de desnuclearizaci¨®n en las actuales circunstancias internacionales. Obama tendr¨¢ que ser capaz de cooperar con China, adem¨¢s de con Rusia, para contener a Corea del Norte, paralizar el programa nuclear de Ir¨¢n y pacificar Siria e influir en su futuro.
El presidente norteamericano se ver¨¢ de frente con las crisis de Oriente Pr¨®ximo muy pronto, el mes pr¨®ximo, con ocasi¨®n de la visita que tiene prevista a Israel, los territorios palestinos y Jordania. Intentando reducir las expectativas, la Casa Blanca ha advertido que Obama no llevar¨¢ consigo un plan de paz preciso, pero es evidente que no perder¨¢ la ocasi¨®n de intentar reconducir un conflicto que hoy parece peligrosamente empantanado.
Obama tiene que aprovechar este a?o para poner en marcha todas esas iniciativas, m¨¢s su agenda de pol¨ªtica nacional, antes de que el inicio de otra campa?a electoral condicione los movimientos. En noviembre de 2014 se celebrar¨¢n elecciones legislativas. Meses antes, todo el mundo en Washington pone la vista exclusivamente en esa fecha. Y despu¨¦s, todo el mundo empieza a pensar en las siguientes elecciones presidenciales.
Por lo tanto, este a?o es clave. En los pr¨®ximos meses, Obama quiere que el Congreso apruebe la reforma migratoria ¨Cincluida la legalizaci¨®n de inmigrantes indocumentados- y nuevas restricciones para la compra de armas fuego. En ese plazo, intentar¨¢ tambi¨¦n echar a rodar una reforma energ¨¦tica para favorecer las fuentes de energ¨ªa alternativa y pondr¨¢ en marcha medidas que favorezcan el crecimiento econ¨®mico.
Si los republicanos en el Congreso lo aceptan, por supuesto. Es dif¨ªcil anticipar cu¨¢l ser¨¢ la actitud de la oposici¨®n en este segundo mandato. El Partido Republicano no ha resuelto a¨²n el dilema entre la moderaci¨®n o el radicalismo. Por eso se espera con tanta expectaci¨®n la repuesta que el senador Marco Rubio dar¨¢ a Obama en nombre del partido de la oposici¨®n. Rubio, personalmente, tampoco ha decidido a¨²n si es un conservador o un moderado. Pero su figura ha crecido mucho en los ¨²ltimos meses y su destino como candidato presidencial depende en gran parte de su actuaci¨®n de esta noche.
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