El Papa pone los pies en la tierra
Los expertos coinciden en que la renuncia de Benedicto XVI desacraliza la figura del pont¨ªfice
La renuncia del Papa humaniza una figura que durante siglos ha estado m¨¢s all¨¢ del bien y del mal, seg¨²n explican historiadores y te¨®logos de universidades de todo el mundo. Lo consideran la desacralizaci¨®n de un cargo para elegidos, que solo se abandonaba para pasar al reino de los cielos. Benedicto XVI ha retrocedido y se convertir¨¢ el 28 de febrero en el primer expapa de la historia moderna. Para los estudiosos, su decisi¨®n plantea m¨¢s preguntas de las que responde y, aseguran, abre un nuevo camino, m¨¢s terrenal, en la dinast¨ªa pontificia.
¡°Es una revoluci¨®n de un alcance tan amplio que cambia toda la percepci¨®n de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. Era un monarca de por vida y ya no lo es. Mientras nadie se imaginaba que la dimisi¨®n del Papa era posible, ¨¦l lo hizo¡±, explica Marina Caffiero, profesora de Historia moderna del catolicismo de la Universidad de La Sapienza de Roma. ¡°Hasta ahora, el Papa era una figura m¨ªstica, un matrimonio de por vida que se ha desacralizado¡±, a?ade Natalia Nowakowska, doctora en Historia Medieval de la Universidad de Oxford. Seg¨²n la investigadora, el hecho de que se hable de abdicaci¨®n en el caso de los anteriores papas y de renuncia respecto a Benedicto XVI obedece a una nueva forma de interpretaci¨®n del papado. ¡°Con esta decisi¨®n, Benedicto XVI da a entender que para ser papa hoy se debe estar en buenas condiciones para poder viajar, dar la cara al p¨²blico y moverse. Parece que considera que se trata de un trabajo y no de una misi¨®n perenne, como antes¡±, dice la investigadora. Y con esto, Benedicto XVI marca un punto de inflexi¨®n fundamental respecto a sus predecesores. ¡°Juan Pablo II lleg¨® hasta el final para hacerse santo, mientras que Benedicto declar¨® no estar en condiciones f¨ªsicas de seguir¡±, aclara.
Benedicto XVI hab¨ªa mandado se?ales de que no iba a sufrir su vejez en p¨²blico, seg¨²n considera Francis Schussler Fiorenza, catedr¨¢tico de Estudios Cat¨®licos de la Universidad de Harvard: ¡°Antes de ser Papa, quer¨ªa dimitir de la jefatura de la Doctrina de la Fe. Los ¨²ltimos meses de Juan Pablo II fueron un ejemplo que no ha querido seguir y muchos aplauden que no lo haya hecho¡±.
¡°Es el ¨²ltimo monarca absoluto y ellos no renuncian¡± Ram¨®n Teja, experto en Religi¨®n
Caffiero explica que durante su pontificado muchos elementos propios de los humanos han pasado a ser limitaciones para el Papa: la edad, la enfermedad, el cansancio. ¡°En realidad, es un gesto de una gran modernidad, teniendo en cuenta que en el siglo XVIII era vicedi¨®s¡±, apunta. La historiadora contrapone la figura idolatrada de Juan Pablo II, ¡°con gran impacto en los medios de comunicaci¨®n de masas¡±, con el ¡°impacto negativo¡± de Ratzinger en las redes sociales. ¡°En vez de ser un medio de apoyo, la mitad de los tuits son para criticarle¡±, observa.
Solo cuatro pont¨ªfices hab¨ªan abandonado el inmenso poder concentrado en un frasco diminuto, uno de los Estados m¨¢s peque?os y antiguos del mundo, con m¨¢s tent¨¢culos en todo el planeta. De la marcha de Benedicto XVI se recordar¨¢ que fue una decisi¨®n excepcional. ¡°Ninguna de las renuncias que se han producido en el pasado se puede considerar en el sentido moderno de la palabra¡±, aclara el profesor de la Universidad de Cambridge Richard Rex, que explica que el contexto y el papel que desempe?aba el Vaticano en esas ocasiones ¡ªsiglos II, III, XII y XV¡ª era muy diferente.
Los especialistas creen que el sucesor tendr¨¢ un papel fundamental
Pero de los cuatro pont¨ªfices, solo con Celestino V se puede hablar de una renuncia voluntaria de un papa leg¨ªtimo. ¡°Aunque seg¨²n una antigua tradici¨®n, Clemente I habr¨ªa sido papa desde el 88 al 97, hoy se sabe con seguridad que era un simple presb¨ªtero de Roma¡±, asegura Ram¨®n Teja, presidente de la Sociedad Espa?ola de Ciencias de las Religiones, quien explica que tanto Ponciano como Gregorio XII abdicaron por circunstancias externas. El primero fue expulsado a Cerde?a y sustituido por otro en el a?o 235. El segundo, obligado a renunciar en 1415 para terminar con el Cisma de Occidente, donde reinaban tres papas. ¡°Uno en Avi?¨®n, otro en Pisa y otro en Roma, y no estaba claro que ninguno fuese leg¨ªtimo¡±, dice Teja.
El catedr¨¢tico lee la dimisi¨®n de Benedicto XVI como el fin de un imperio: ¡°En la persona del Papa se concentran el poder ejecutivo, legislativo y judicial, tanto del Estado Vaticano como de la Iglesia en cuanto instituci¨®n. Se puede decir que es el ¨²nico monarca absoluto que sobrevive en Occidente. Y ellos nunca renuncian al trono¡±.
¡°Parece que lo ve como un trabajo y no una misi¨®n¡± Natalia Nowakowska, historiadora
¡°Esta dimisi¨®n tiene mucho que ver con la precariedad de los tiempos que corren. Y es la imagen misma de que nadie, ni siquiera el Papa, puede perpetuarse en el poder una vez que ha hecho su trabajo¡±, observa Grado Giovanni Merlo, historiador del cristianismo de la Universidad de Mil¨¢n y autor del libro El cristianismo medieval en occidente (Feltrinelli, en italiano), que analiza la relaci¨®n entre la Iglesia y la sociedad.
Uno de los aspectos m¨¢s pol¨¦micos de su dimisi¨®n consiste en aclarar si las luchas en el seno de la Santa Sede destapadas por la detenci¨®n del mayordomo de Benedicto XVI el pasado 25 de mayo por robar correspondencia del Papa han influido en su decisi¨®n. ¡°Sospecho que el asunto ha tenido algo que ver. Posiblemente ha provocado que Benedicto XVI se diera cuenta de que hab¨ªa muchos movimientos detr¨¢s del tel¨®n para preparar lo que pasar¨ªa despu¨¦s de su muerte. No es cuesti¨®n de tradicionalistas o aperturistas. Todo parece ser una pugna entre diferentes facciones personales, m¨¢s que de cuestiones de ideolog¨ªa en la Iglesia en general¡±, analiza Roger Collins, experto de la Universidad de Edimburgo, autor del libro Guardianes de las llaves del cielo: una historia del papado (Basic Books, en ingl¨¦s).
Edad, enfermedad y cansancio parec¨ªan males que no le afectaban
¡°El Vaticano ha sido una lucha de poder desde la Edad Media hasta hoy. De un modo u otro, la pol¨ªtica siempre est¨¢ presente en el pontificado. Ha habido papas m¨¢s fuertes y m¨¢s d¨¦biles, pero nunca est¨¢n al margen¡±, describe el historiador de Mil¨¢n. ¡°Es otro de los elementos clave de su dimisi¨®n. Con la edad y la fatiga, no creo que se viera con fuerzas de enfrentarse a la Curia romana y no ha querido quedarse en sus manos viejo y enfermo como hizo su antecesor¡±, a?ade.
Joseph Ratzinger, condenado al olvido por ser un papa de transici¨®n, se ha asegurado la vida eterna al dar un paso sin precedentes, seg¨²n interpreta Collins. El experto brit¨¢nico considera que ¡°su elecci¨®n postpuso la necesidad de tomar una decisi¨®n m¨¢s radical¡± y que ¡°el pr¨®ximo c¨®nclave ser¨¢ muy importante para ver si llegan o no los cambios que no pudieron tomarse en 2005¡±, cuando fue elegido Benedicto XVI.
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