Obama promete un Estado al servicio de la prosperidad de la clase media
Educaci¨®n preescolar, aumento del salario m¨ªnimo, inversiones en investigaci¨®n y cuidado del medio ambiente, entre las prioridades del segundo mandato

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Barack Obama hizo una defensa sin complejos del valor del estado para mejorar la vida de las personas, equilibrar las desigualdades que produce la econom¨ªa de mercado y promover la prosperidad y la modernizaci¨®n del pa¨ªs. En su discurso sobre el estado de la Uni¨®n, el presidente rechaz¨® la austeridad como modelo y present¨® una serie de medidas que pretenden recuperar la vitalidad de la clase media norteamericana y acelerar el crecimiento.
¡°La reducci¨®n del d¨¦ficit en s¨ª mismo no es un plan econ¨®mico¡±, manifest¨® Obama el martes ante una sesi¨®n conjunta del Congreso. ¡°Una econom¨ªa que crezca y que sea capaz de crear buenos empleos para la clase media debe de ser el norte que gu¨ªe nuestros esfuerzos¡±.
Para ello, es fundamental, dijo, el papel de ¡°un estado que trabaje para las mayor¨ªas, y no para unos pocos, que aliente la libre empresa, premie la iniciativa individual y abra oportunidades para todos los ni?os a lo largo de esta gran naci¨®n¡±. ¡°El pueblo norteamericano no espera que el estado resuelva todos los problemas. Pero espera de nosotros que pongamos los intereses de la naci¨®n por delante de los del partido¡±.
Confiando en ¡°un compromiso razonable para lograrlo¡±, Obama pidi¨® el respaldo del Congreso para la aprobaci¨®n de varias iniciativas destinadas a revitalizar la clase media, aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores y crear empleo. Entre otras, est¨¢n: el aumento del salario m¨ªnimo de 7,25 a 9 d¨®lares la hora, la aplicaci¨®n de un modelo de educaci¨®n preescolar de car¨¢cter universal, la creaci¨®n de 15 institutos para el desarrollo de nuevas tecnolog¨ªas para la industria manufacturera, la apertura de un fondo, financiado por el dinero de las licencias para la explotaci¨®n petrolera, para la promoci¨®n de energ¨ªas limpias.
El presidente asegur¨® que nada de esto a?adir¨¢ ni un solo c¨¦ntimo al d¨¦ficit p¨²blico. ¡°No se trata de hacer un estado m¨¢s grande sino m¨¢s eficaz¡±, declar¨®. Prometi¨® que se puede lograr eliminando algunos programas p¨²blicos innecesarios, mejorando el sistema de recaudaci¨®n de impuestos y aprovechando los beneficios del crecimiento econ¨®mico y de la conclusi¨®n de las dos guerras en las que EE UU ha participado en la ¨²ltima d¨¦cada.
Obama asumi¨® la necesidad de reducir el d¨¦ficit p¨²blico y dijo que su Gobierno est¨¢ en el camino de conseguirlo. Pero advirti¨® que no lo har¨¢ a costa de eliminar los programas sociales o de renunciar a inversiones necesarias para la mejora de las infraestructuras, la investigaci¨®n o la educaci¨®n.
¡°No podemos pedir¡±, dijo, ¡°que nuestros pensionistas y nuestras familias trabajadoras carguen sobre sus hombros con la reducci¨®n del d¨¦ficit, mientras no les pedimos nada a los m¨¢s ricos y los m¨¢s poderosos¡±. ¡°No conseguiremos que la clase media crezca descargando el coste de la salud o de la educaci¨®n en familias que ya est¨¢n al l¨ªmite, u obligando a las comunidades a despedir maestros, polic¨ªas o bomberos. No podemos cortar el camino hacia nuestra prosperidad¡±.
El Partido Republicano rechaz¨® inmediatamente todas esas ideas como parte de la misma pol¨ªtica de gasto e intervencionismo estatal que Obama ha venido promoviendo desde que lleg¨® a la Casa Blanca. ¡°La soluci¨®n que Obama encuentra para cada problema es la de m¨¢s impuestos, pedir m¨¢s dinero prestado y gastar m¨¢s¡±, sostuvo el senador Marco Rubio, que pronunci¨® la r¨¦plica en nombre de la oposici¨®n, un discurso con el que este descendiente de cubanos frustr¨® parte de la esperanzas que hab¨ªa depositadas en ¨¦l. Nervioso, acelerado e impreciso, la intervenci¨®n de Rubio ser¨¢ recordada, sobre todo, por la interrupci¨®n para buscar una botella de agua con la que humedecer su boca.
Obama pidi¨® a los republicanos que, aunque se opongan, al menos permitan que se sometan a votaci¨®n en el Congreso sus propuestas. Lo pidi¨® de forma enf¨¢tica, en el momento m¨¢s emotivo de la noche, para aprobar medidas de control de las armas de fuego. Lo pidi¨®, igualmente, para su m¨¢s ambicioso proyecto de este a?o, una reforma migratoria que permite la legalizaci¨®n y el acceso a la nacionalidad norteamericana de once millones de inmigrantes indocumentados.
El presidente empez¨® este mismo mi¨¦rcoles una gira por varios estados con el prop¨®sito de ganar apoyo popular para todas esas iniciativas. Su discurso ha recibido, en general, buena acogida, y da la impresi¨®n de estar bien conectado con las aspiraciones mayoritarias de los norteamericanos en este momento. Obama avanz¨® una agenda progresista para una sociedad que se mueve hacia la izquierda, que cambia racial y demogr¨¢ficamente y que est¨¢ reclamando urgentemente ayuda y justicia para salir de la crisis econ¨®mica.
Eso deja en posici¨®n inc¨®moda al Partido Republicano, que de nuevo parece situado en el lado incorrecto de la historia. Pero eso no garantiza el respaldo republicano en el Congreso. Obama ha ofrecido un proyecto ambicioso, casi un nuevo new deal. Pero su conversi¨®n en hechos es todav¨ªa dudosa.
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