¡®Gr?ndola, Vila Morena¡¯ ataca de nuevo

El pasado viernes 15 de febrero, un grupo de 30 personas interrumpi¨® de golpe al primer ministro portugu¨¦s, Pedro Passos Coelho, mientras est¨¦ pronunciaba un discurso en el Parlamento al cantar, afinadamente, con varias voces, la vieja y hermosa canci¨®n-emblema de la Revoluci¨®n de los Claveles, Gr?ndola, Vila Morena. No insultaron a nadie. No gritaron nada. Se limitaron a cantar. La actriz Joana Manuel, de 36 a?os, una de las participantes, lo explica: ¡°Con esa canci¨®n no hac¨ªa falta a?adir m¨¢s, todo quedaba dicho¡±.

La polic¨ªa portuguesa les expuls¨® de buenas maneras, despu¨¦s de darles tiempo para acabar. Todos pertenec¨ªan a la activa asociaci¨®n Que se lixe a troika (¡°que se joda la troika¡± o ¡°que le den a la troika¡±), un grupo independiente, sin filiaci¨®n pol¨ªtica o sindical pero capaz de capitalizar el descontento social y organizar la mayor manifestaci¨®n popular en Lisboa desde, precisamente, los tiempos de la Revoluci¨®n de Abril de 1974. Los treinta se citaron en el Parlamento casi en secreto, casi como militares conjurados. Nadie, salvo ellos, sab¨ªa lo que iban a hacer: ni periodistas, ni amigos, ni parientes ni pol¨ªticos. Incluso, como en las pel¨ªculas de esp¨ªas, inventaron una expresi¨®n en clave, ¡°excursi¨®n a la ciudad¡±, que emplearon cuando preparaban la protesta para hablar por tel¨¦fono sin dar pistas.

El v¨ªdeo de la canci¨®n y del rostro en silencio (aunque sonriente) del primer ministro dio la vuelta al pa¨ªs en pocas horas y atraves¨® m¨¢s de alguna frontera. La protesta cuaj¨®. Y se extendi¨®. Y se extiende. Desde esa ma?ana varios ministros del Gobierno conservador de Passos Coelho han sido interrumpidos, en sendos actos, por grupos corales que atacan Gr?ndola, por lo que se ya conoce en Portugal como una gr?ndolada. El ministro de Finanzas, V¨ªtor Gaspar, escap¨® el jueves a la suya al acudir a una conferencia casi una hora antes de lo previsto y al aplicar un exhaustivo control del derecho de admisi¨®n a la sala.

Gr?ndola, Vila Morena es mucho m¨¢s que una canci¨®n en Portugal o, incluso, que un pedazo de la historia del pa¨ªs. En la madrugada del 24 de abril de 1974, la emisi¨®n en una emisora de radio de este tema del cantautor Jos¨¦ Afonso ¡ªconocido como Zeca Afonso¡ª sirvi¨® para que los capitanes implicados en la Revoluci¨®n de los Claveles supieran que la rebeli¨®n acordada se pon¨ªa en marcha en ese preciso momento. Los militares hab¨ªan elegido esa canci¨®n (un homenaje de Afonso a la ciudad de Gr?ndola por su compromiso social) en un concierto celebrado pocos d¨ªas antes, el 29 de marzo, en Lisboa. E hicieron de ella, simplemente, una consigna, casi una se?al horaria. Pero el pueblo portugu¨¦s la convirti¨® en un himno vivo, en el s¨ªmbolo puro de la democracia conquistada en la calle, de la libertad ganada.

En ese concierto remoto del 29 de marzo de 1974 particip¨® un m¨²sico y escritor llamado Nuno Gomes, de 66 a?os. Entonces cant¨®, junto a Zeca Afonso, por primera vez, Gr?ndola, Vila Morena. Hace 10 d¨ªas volvi¨® a cantarla en el Parlamento. Por una raz¨®n: ¡°Es cierto que los tiempos no son los mismos. Pero el sue?o del 25 de abril sigue todav¨ªa por cumplir¡±. Y porque la canci¨®n contiene una estrofa que a¨²n vale y la define: ¡°El pueblo es el que manda¡±.

Passos Coelho, que aguant¨® la canci¨®n con una sonrisita forzada, respondi¨® elegantemente esa ma?ana a pesar de todo: ¡°Es la mejor manera de ser interrumpido¡±. Y hay miembros del Gobierno portugu¨¦s que han denunciado que la canci¨®n pertenece a todos los portugueses, incluidos ellos.

Ana Nicolau, de 36 a?os, realizadora, otra de las participantes en la protesta, no est¨¢ de acuerdo. ¡°Esa canci¨®n es, simplemente, el s¨ªmbolo de la democracia, y es la democracia la que est¨¢ en peligro, porque ahora quien gobierna en Portugal no es un Gobierno elegido por el pueblo, sino la troika, a quien nadie ha elegido¡±.

Paula Nunes, de 46 a?os, otra de los integrantes de Que se lixe a troika, productora de cine y de espect¨¢culos teatrales, colabora, adem¨¢s, en varias asociaciones caritativas de ayuda a los sin techo: ¡°Y por eso conozco la realidad. Y por eso s¨¦ c¨®mo est¨¢n las calles¡±, dice. Y a?ade: ¡°Hab¨ªa que cantar Gr?ndola en la casa de la democracia portuguesa. Hay que obligar a los pol¨ªticos a que se pongan a cuidar de su gente¡±.

Otro de los participantes fue Carlos Mendes, de 65 a?os, un conocido m¨²sico en Portugal que particip¨® en 1968, el a?o que gan¨® Massiel, en el Festival de Eurovisi¨®n. ¡°Ver c¨®mo este Gobierno se comporta como una marioneta en manos de la troika indigna a un pueblo que sabe lo que cost¨® conquistar la libertad. Por eso esta canci¨®n sigue viva¡±.

Hay razones t¨¢cticas adem¨¢s de sentimentales o pol¨ªticas. El movimiento Que se lixe a troika ha organizado para el pr¨®ximo s¨¢bado una manifestaci¨®n ¡ªque se prev¨¦ masiva¡ª a fin de protestar contra las medidas de austeridad y los recortes que ahogan el pa¨ªs. Y la difusi¨®n masiva del v¨ªdeo ¡ªy la profusi¨®n un poco guerrillera de las sucesivas gr?ndoladas propinadas a ministros¡ª est¨¢n sirviendo de detonante ante la convocatoria para la marcha.

Con todo, los integrantes de aquel coro recuerdan otra escena que no se vio en la tele: ¡°Esa ma?ana hab¨ªa una visita escolar en la Asamblea¡±, cuenta Nunes. ¡°Y cuando empezamos a cantar, algunos de esos chicos, de once, doce o trece a?os, se sumaron a nosotros. Se levantaron y se pusieron a cantar Gr?ndola tambi¨¦n. Eso te da esperanza. Y, por cierto, tambi¨¦n fueron expulsados¡±.