?Una Iglesia con dos papas?
Las misteriosas palabras de despedida de Benedicto XVI despiertan suspicacias
Ha sido el papa Benedicto XVI quien ha decidido personalmente que seguir¨¢ llam¨¢ndose ¡°su santidad Benedicto XVI¡±, o ¡°Papa Romano Pont¨ªfice em¨¦rito¡±.
No es una formalidad. Los cardenales no sab¨ªan c¨®mo podr¨ªa seguir llam¨¢ndose un papa que ha renunciado a serlo. El que deber¨ªa haberse llamado a partir de las ocho de la tarde de hoy ¡°cardenal Ratzinger¡±, ha decidido que seguir¨¢ con el nombre de ¡°papa Benedicto XVI¡±, que escogi¨® el 19 de abril de 2005, cuando el c¨®nclave lo proclam¨® nuevo obispo de Roma y jefe de la Iglesia Universal.
Seguir¨¢ tambi¨¦n visti¨¦ndose de blanco, como el nuevo papa y no de negro como los cardenales. Y su anillo papal, el llamado ¡°anillo del Pescador¡±, no ser¨¢ esta tarde destruido como cuando un papa muere. Lo hacen pedazos con un martillo de oro y marfil y con esos restos se construye el anillo del pr¨®ximo papa.
El anillo de Benedicto XVI que ¨¦l mismo se hizo labrar por un orfebre italiano, ser¨¢ s¨®lo ¡°anulado¡±, no destruido. A¨²n no se sabe si continuar¨¢ o no en la mano del papa dimisionario. Se despojar¨¢ solo de los zapatos rojos para calzar unos marrones, regalo de los cristianos mexicanos.
Los anillos papales se destruyen a la muerte del pont¨ªfice porque antiguamente los papas sellaban con ese anillo los documentos papales. Se destru¨ªan para que nadie pudiese usarlo ilegalmente firmando documentos falsos.
Se ha dicho que Benedicto XVI fue mejor intelectual que gestor del gobierno de una Iglesia que se le habr¨ªa escapado de las manos. Lo cierto es que ha sabido gestionar hasta en los m¨¢s m¨ªnimos detalles su renuncia y su futuro.
Adem¨¢s de decidir el d¨ªa y la hora en que dejar¨¢ de ser formalmente papa, tambi¨¦n decidi¨® d¨®nde pasar¨¢ los dos pr¨®ximos meses: en la finca de veraneo de los papas, el castillo de Castel Gandolfo
Ratzinger podr¨ªa vivir donde quiera, en su casa natal en Alemania, o en un pa¨ªs del tercer mundo pobre o donde quisiera. Pero ha decidido seguir viviendo dentro del Vaticano, a menos de cien metros del nuevo papa, en un convento de monjas ubicado en los Jardines vaticanos.
De esta forma, la Iglesia tendr¨¢ que convivir con dos papas: uno formal, el que saldr¨¢ del c¨®nclave y otro ¡°em¨¦rito¡±, que se ha despedido con unas misteriosas palabras que deber¨¢n analizar con lupa los te¨®logos. Dijo en su ¨²ltimo discurso a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro: ¡°Mi deseo de renunciar al mandato petrino no revoca la decisi¨®n que tom¨¦ el 19 de abril de 2005. No regresar¨¦ a la vida p¨²blica. No abandonar¨¦ la cruz¡±.
?Qu¨¦ significan esas palabras? ?Qu¨¦ fue lo que decidi¨® el d¨ªa en que fue elegido papa y a lo que hoy no renuncia? ?Qu¨¦ significa que ¡°no abandona la cruz¡±? La cruz que ¨¦l tom¨® sobre sus hombros el d¨ªa de la elecci¨®n a la que afirma no renunciar es la de cargar con el peso y la responsabilidad del gobierno de la Iglesia Universal.
A los te¨®logos doy la palabra
Ahora el mayor problema para el nuevo papa ser¨¢ c¨®mo convivir con su antecesor a¨²n vivo, vestido de blanco como ¨¦l, que ha querido vivir a su lado y que ha dado a entender que no descuidar¨¢ lo que decidi¨® el d¨ªa en que fue elegido obispo de Roma.
Todo depender¨¢ de la personalidad del nuevo elegido. Si, como se espera, su sucesor ser¨¢ de alguna forma indicado por ¨¦l, con sus mismos principios teol¨®gicos y visi¨®n del mundo y de la Iglesia, la misi¨®n del nuevo papa ser¨¢ relativamente f¨¢cil. De alguna forma reinar¨ªan juntos sobre la Iglesia.
Si el c¨®nclave ofreciera una sorpresa y nombrara a una personalidad con deseos de abrir caminos nuevos con decisiones inesperadas, el problema se agudizar¨ªa. Como ha se?alado el escritor brasile?o Frei Betto, gran conocedor de la Historia de la Iglesia, que pertenece al movimiento de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, al nuevo papa le ser¨¢ muy dif¨ªcil, mientras viva su antecesor, tomar decisiones sobre cambios en la Iglesia que ¨¦l no tom¨® y que nunca hubiera tomado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.