Un papable en la sombra
Gianfranco Ravasi es un cardenal que puede acabar gustando a conservadores y liberales Apreciado por Benedicto XVI, es el 'ministro' de Cultura del Vaticano
Los cardenales que en las pr¨®ximas semanas entrar¨¢n en el c¨®nclave para elegir al sucesor del papa dimisionario, Benedicto XVI, estudian con lupa las biograf¨ªas de sus colegas. Uno de ellos, del que se habla poco, podr¨ªa ser un papable en la sombra. As¨ª se denomina, en el lenguaje cr¨ªptico del Vaticano, a esas figuras menores que pueden surgir de repente como un candidato de consenso cuando los papables al sol, acaban enfrentados entre s¨ª sin votos suficientes para ser elegidos.
Ese posible papable en la sombra es el italiano Gianfranco Ravasi, de 70 a?os, con un flamante curr¨ªculum intelectual, grandes dotes de comunicador ¡ªtiene una activa cuenta de Twitter¡ª y estimado por el papa Ratzinger. Es una mezcla entre Juan XXIII y Pablo VI, responsable en la Curia de los problemas de la cultura y del di¨¢logo entre fe y ate¨ªsmo, con m¨¢s de cien publicaciones a la espalda, fundamentalmente de car¨¢cter b¨ªblico y cient¨ªfico, y muy activo en los medios de comunicaci¨®n.
Como amante de la arqueolog¨ªa, ha colaborado con arque¨®logos como Kathleen Kenyon y Roland de Vaux en Siria, Jordania, Irak y Turqu¨ªa.
Nacido en Merate ¡ªen la provincia lombarda de Leco y di¨®cesis de Mil¨¢n¡ª de padre antifascista y madre maestra de escuela, estudi¨® en los dos centros m¨¢s codiciados de la intelectualidad de la Iglesia: La Universidad Gregariana de Roma, de donde han salido varios papas en los ¨²ltimos 60 a?os y el Pontificio Instituto B¨ªblico de Roma, un centro de excelencia mundial en estudios orientales.
Ravasi es de los pocos que une en su formaci¨®n intelectual el importante binomio de te¨®logo y biblista. Por ello defiende la imposibilidad de separar al Jes¨²s de la fe del Jes¨²s hist¨®rico. Adem¨¢s, es experto en lenguas antiguas y sem¨ªticas y doctor honoris causa por la Universidad de Urbino en antropolog¨ªa y epistemolog¨ªa de las religiones.
En el Vaticano, desde que se convirti¨® en encargado de los temas culturales, ha desarrollado una intensa labor en un campo de importancia vital en este momento como es el di¨¢logo entre fe, cultura y ate¨ªsmo. En sus trabajos ha insistido en las relaciones entre ¡°arte, fe, comunicaci¨®n y lenguaje con las culturas emergentes actuales¡±.
Ravasi tambi¨¦n ha creado en la Iglesia, para el di¨¢logo entre creyentes y ateos, el llamado Patio de los gentiles, que ya fue presentado en Par¨ªs y por el que se ha interesado la Unesco. El Patio de los Gentiles, evoca, seg¨²n Ravasi, el espacio hom¨®nimo que en el Antiguo Testamento hospedaba a los no jud¨ªos.
Sus posibilidades de acabar siendo un aut¨¦ntico papable derivan de una serie de convergencias. En primer lugar, est¨¢ bien visto por el papa dimisionario, que lo hizo cardenal y que acaba de escogerlo para dirigir, en un momento tan delicado, la semana de ejercicios espirituales a la que asistieron el propio Benedicto y toda la curia.
En 2009, Benedicto XVI le encarg¨® adem¨¢s que escribiera el texto del V¨ªa crucis que los papas celebran cada a?o alrededor del Coliseo de Roma. Tambi¨¦n fue Benedicto XVI quien lo escogi¨® para su cargo en la Curia. Y parece claro que en hoy los cardenales no elegir¨ªan a un sucesor que Ratzinger no apreciara.
Tambi¨¦n juega en favor de Ravasi que es un cardenal que puede acabar gustando a conservadores y liberales. Es un te¨®logo s¨®lido, con gran experiencia de estudios b¨ªblicos, no mezclado en las intrigas de poder de la Curia y apreciado por su espiritualidad, al mismo tiempo que sus estudios de antropolog¨ªa hacen que incluso llegue a aparecer rodeado de una cierta modernidad.
Defiende, por ejemplo, que no existe incompatibilidad entre las teor¨ªas de la evoluci¨®n y los estudios de la Biblia. ¡°Darwin nunca ha sido condenado¡±, ha llegado a escribir. Un art¨ªculo suyo en un diario laico sobre la resurrecci¨®n levant¨® cierta pol¨¦mica al distinguir entre la expresi¨®n cl¨¢sica y tradicional de Jes¨²s ¡°el que es resucitado¡± y la f¨®rmula ¡°el que resucit¨®¡±. Esta ¨²ltima agrada m¨¢s a los te¨®logos modernos porque ofrece la posibilidad de debatir sobre la resurrecci¨®n como met¨¢fora m¨¢s que como realidad hist¨®rica.
Durante los ejercicios que acaba de dirigir para el Papa y la Curia defendi¨® una sutil distinci¨®n, en el campo del ate¨ªsmo, entre ¡°ausencia y nada¡±. Para ¨¦l la ausencia puede significar ¡°nostalgia¡± de Dios, mientras que la nada, es el vac¨ªo ¡°sin expectativas¡±.
Seg¨²n Ravasi, muchos de los que se llaman ateos en realidad sufren m¨¢s bien de una ausencia que de un vac¨ªo. Para ¨¦l, la nada es el verdadero mal de la cultura de hoy, que define como ¡°indiferencia, superficialidad y banalidad¡±, realidades m¨¢s cercanas a la nada que a la nostalgia y a la expectativa, que constituir¨ªan la verdadera posmodernidad.
Ravasi defiende todo esto con el an¨¢lisis de los textos b¨ªblicos en lugar de la teolog¨ªa tridentina, y siempre con un lenguaje accesible y con fuertes acentos po¨¦ticos.
Ha desarrrollado una intensa labor en el campo del di¨¢logo entre fe, cultura y ateismo
Fino en sus distinciones, con vistas al di¨¢logo con los ateos, Ravasi defiende tambi¨¦n una curiosa diferencia entre el perd¨®n de la fe y el perd¨®n laico despu¨¦s de la expiaci¨®n de la culpa. Cuando el Dios b¨ªblico perdona, afirma, ¡°la mancha deja de existir para siempre¡±, mientras que en la sociedad, al condenado que ha expiado su culpa ¡°le quedar¨¢ siempre una especie de sello a fuego que lo perseguir¨¢ siempre¡±, ya que la sociedad nunca lo absuelve del todo.
Recuerdo que un grupo de presos de la c¨¢rcel de Novara me dijeron algo parecido cuando fui a darles una charla a?os atr¨¢s. ¡°Seremos siempre criminales aunque hayamos pagado la culpa con 30 a?os de c¨¢rcel¡±, me explic¨® una de ellos.
Es posible que un papa con esas premisas pudiera acabar convenciendo incluso a los m¨¢s conservadores, mientras dar¨ªa esperanzas de apertura, al estilo de Juan XXIII, a una Iglesia necesitada m¨¢s que nunca de sangre nueva y horizontes abiertos. Para que no todo sean urgencias de condenas y tentaciones de cerrar filas contra el peligro de ese demonio del que Benedicto XVI acaba de decir que ¡°trabaja sin cesar para ensuciar el rostro de Dios¡±.
Ser¨¢ dif¨ªcil que los cardenales, que llegan al c¨®nclave desorientados y hasta asustados, pongan los ojos en una figura como Ravasi, al que m¨¢s que levantar muros le gusta descubrir novedades, aunque sean arqueol¨®gicas.
Sin embargo, incluso aqu¨ª en Brasil, se est¨¢ barajando su nombre como alternativa. Gerson Camarotti, joven informador pol¨ªtico de la red TV Globo, ha alertado en su blog: ¡°?Ojo a Ravasi!¡±. Y Camarotti ya ha dado pruebas en el pasado de tener informaciones obtenidas de primera mano de importantes cardenales brasile?os.
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