Venezuela tras el ¡®tsunami¡¯ bolivariano
Ch¨¢vez acumul¨® un gran poder con el que transform¨® el pa¨ªs de arriba abajo La clase media ha resultado perjudicada por la polarizaci¨®n social e ideol¨®gica
Los trazos gruesos del legado del presidente Hugo Ch¨¢vez indican que su paso por el poder ha dejado a Venezuela patas arriba. Este pa¨ªs ha cambiado para siempre y ya el futuro dir¨¢ si esas reformas que introdujo el caudillo bolivariano ser¨¢n o no provechosas para las nuevas generaciones.
Por ahora, el parte de estos 14 a?os del chavismo en el poder deja varias conclusiones: la econom¨ªa depende mucho m¨¢s de los vaivenes de la renta petrolera. Venezuela es hoy tambi¨¦n una naci¨®n fracturada y llena de resentimientos. Ch¨¢vez agit¨® el odio entre las clases sociales en su af¨¢n de equilibrar las diferencias entre la mayor¨ªa pobre y la ¨¦lite. El comandante-presidente gobern¨® para la base de la pir¨¢mide y benefici¨® con su pol¨ªtica econ¨®mica a quienes supieron relacionarse con la ¨¦lite gobernante para ponerle la mano a los d¨®lares preferenciales. ?Los grandes damnificados? La clase media profesional que cree en el m¨¦rito y en el esfuerzo propio para generar bienestar. De acuerdo con datos del Banco Mundial, m¨¢s de un mill¨®n de venezolanos hab¨ªa emigrado del pa¨ªs en 2011 en busca de horizontes m¨¢s claros.
No todo promet¨ªa ser as¨ª. Cuando asumi¨® el poder en febrero de 1999, Ch¨¢vez anunci¨® una Venezuela m¨¢s inclusiva y pr¨®spera desplazando a ciertos pol¨ªticos bellacos, pertenecientes al socialdem¨®crata Acci¨®n Democr¨¢tica y el socialcristiano Copei, que hab¨ªan gobernado al pa¨ªs entre 1958 y 1998. El pa¨ªs respiraba aliviado. No habr¨ªa nacionalizaciones masivas, los capitales internacionales tendr¨ªan plenas garant¨ªas para instalarse en el pa¨ªs para generar empleo. Lo que ocurri¨® entonces fue un verdadero tsunami. Las urnas le dieron a Ch¨¢vez carta blanca para modelar el pa¨ªs a su antojo: cambi¨® la Constituci¨®n, nombr¨® un Parlamento unicameral y se relajaron todas las formas inherentes al cargo. Ch¨¢vez cantaba, hablaba largas horas en radio y televisi¨®n y hasta promet¨ªa hacerle el amor a su entonces esposa, Mar¨ªsabel Rodr¨ªguez, el d¨ªa de los enamorados.
Pero pronto eso no fue suficiente. Despu¨¦s del paro petrolero de diciembre de 2002, se impusieron restricciones a la econom¨ªa mediante un control de compra y venta de divisas, fortaleci¨® su relaci¨®n con Fidel Castro y se alej¨® del capital privado para siempre. Ch¨¢vez muri¨® con la suya. En 2007 anunci¨® el viraje de su revoluci¨®n bolivariana hacia el socialismo y empez¨® a cumplir lo que auguraban sus detractores: que el comandante ten¨ªa un plan para convertir Venezuela en un remedo de la Cuba castrista. La nacionalizaci¨®n de los sectores considerados estrat¨¦gicos por el Estado chavista ¡ªelectricidad, petr¨®leo, miner¨ªa, acer¨ªa y aluminio¡ª ha dejado un parque industrial en ruinas o con servicios b¨¢sicos deficitarios.
A excepci¨®n de Caracas, en Venezuela son constantes los apagones debido a la falta de inversi¨®n. En la pr¨¢ctica hay un racionamiento el¨¦ctrico que no gener¨® m¨¢s molestias entre la ciudadan¨ªa debido al fuerte carisma de Ch¨¢vez. El presidente sol¨ªa ser el dique que conten¨ªa el descontento.
Poco a poco Ch¨¢vez logr¨® imponer lo que el economista ?ngel Garc¨ªa Banchs, director de la consultora Econom¨¦trica, ha definido como una econom¨ªa cortesana. Se trata de un modelo de reparto de la renta petrolera, que hoy concentra el 95% de los ingresos de los venezolanos, que exprimi¨® a Petr¨®leos de Venezuela, la estatal petrolera, como a una vaca lechera. ¡°Un modelo petropopulista que hace depender al ciudadano de lo que capta el Estado generando desempleo y subempleo en una base pol¨ªtica clientelar a trav¨¦s del consumo¡±, agrega el economista.
No parece dif¨ªcil darle la raz¨®n cuando se observan los resultados de las llamadas misiones sociales. El Gobierno ha creado con sus beneficiarios una inmensa base de datos que ha convertido en una industria electoral que siempre se moviliz¨®, bajo coerci¨®n o por voluntad propia, para respaldar a Ch¨¢vez cada vez que se present¨® a elecciones. No solo la base de la pir¨¢mide social se vio recompensada y con una fuerte identidad pol¨ªtica. La nueva burgues¨ªa apoy¨® al chavismo porque era una manera r¨¢pida de multiplicar sus riquezas. Los m¨¢s pillos simulaban importaciones y vend¨ªan los d¨®lares preferenciales, que hoy se cotizan a 6,30 bol¨ªvares por d¨®lar, en el mercado negro, penado por ley en este pa¨ªs, hasta por cuatro veces su valor. Otros utilizaban solo parte de la moneda extranjera para importar y el resto lo acumulaban como un tesoro.
Venezuela se ha convertido en una econom¨ªa de puertos donde el manirroto Estado importe casi todo. La empresa privada tradicional ha sido la gran afectada con las pol¨ªticas impositivas del Estado, que pretende recortar los niveles de ganancia ¡ªciertamente elevados¡ª o dejarles apenas espacio para que sobrevivan en aquellos negocios en los que al Gobierno no le interesa una posici¨®n dominante.
Los resultados de esa pol¨ªtica econ¨®mica, de acuerdo con c¨¢lculos del profesor Richard Obuchi, del Centro de Pol¨ªticas P¨²blicas del Instituto de Estudios Superiores de Administraci¨®n, son los siguientes: se expropiaron m¨¢s de 1.000 empresas desde 2000; el Gobierno central adeuda 13.400 millones de d¨®lares por expropiaciones; entre 2001 y 2012 el n¨²mero de empleadores en Venezuela cay¨® en poco m¨¢s de 230.000, al pasar de 635.578 a 405.000. Y en el ?ndice de Competividad del Foro Econ¨®mico Mundial, Venezuela es cada vez m¨¢s una econom¨ªa menos competitiva: si en 2008 ocupaba el lugar 105 entre 142 pa¨ªses naciones, en 2013 ocupa el puesto 126. Si el modelo no ha fracasado es porque el precio del petr¨®leo hizo imperceptibles todos los desequilibrios de cara al ciudadano de a pie.
Ch¨¢vez llev¨® a niveles demenciales la polarizaci¨®n, la lucha de clases y la pugna con sus enemigos pol¨ªticos. Al comisario Iv¨¢n Simonovis, sentenciado a 30 a?os de prisi¨®n por las muertes de dos personas durante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 en el centro de Caracas, se neg¨® a darle la amnist¨ªa a pesar de las peticiones de clemencia por parte de sus familiares. En una famosa alocuci¨®n televisada a todo el pa¨ªs, exigi¨® 30 a?os de prisi¨®n para una jueza, Mar¨ªa Lourdes Afiuni, que otorg¨® una medida cautelar a un banquero preso por actos de corrupci¨®n.
Ch¨¢vez, con sus vulgaridades y excentricidades, se meti¨® en la conversaci¨®n de cada familia. Y despert¨® a una generaci¨®n que era indiferente a los asuntos de la pol¨ªtica antes de su llegada, que consideraba a la pol¨ªtica como un oficio de pillos que solo pretend¨ªan ponerle la mano a la renta petrolera para el propio beneficio. Y puso en la palestra la crisis de las organizaciones pol¨ªticas, que son incapaces, tanto en Venezuela como en el mundo, de sintonizar con los verdaderos problemas de la gente. Todo lo negativo perece frente a lo que trata de construir el Gobierno: la ¨¦pica de un hombre pobre, de un cristo de los pobres que merece descansar al lado del padre de la patria Sim¨®n Bol¨ªvar.
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