Fervor antiargentino en el refer¨¦ndum de las Malvinas
Los malvinenses convierten el refer¨¦ndum en una fiesta de adhesi¨®n patri¨®tica a Gran Breta?a
La cola fuera del centro de votaci¨®n m¨¢s concurrido para el refer¨¦ndum celebrado este domingo sobre la continuidad de la soberan¨ªa brit¨¢nica en las islas Malvinas lleg¨® a tener, a las once de la ma?ana, una extensi¨®n de casi 10 metros. ¡°Largu¨ªsima,¡± fue el comentario de un funcionario local presente, at¨®nito ante la dimensi¨®n del fervor popular.
Una cola de diez metros es un espect¨¢culo en Stanley, la capital de las Malvinas, cuya poblaci¨®n de 2.200 vecinos representa m¨¢s de tres cuartos del total de las islas. Ocupar¨ªan todos un peque?o rinc¨®n del estadio de River Plate en Buenos Aires, y el 97% de las dem¨¢s tribunas quedar¨ªan vac¨ªas. Pero este domingo los habitantes de este Liliput en el Atl¨¢ntico sur se sintieron grandes, aprovechando la primera oportunidad de su historia de lanzar al mundo un doble mensaje a trav¨¦s del voto popular: de rechazo a Argentina, cuya Constituci¨®n reclama la soberan¨ªa sobre las islas, y de adhesi¨®n patri¨®tica a Gran Breta?a.
¡°Somos m¨¢s brit¨¢nicos que los brit¨¢nicos,¡± dijo Barry un jubilado, euf¨®rico despu¨¦s de emitir su voto. ¡°Ahora van a ver los argentinos. Desde que la junta militar nos invadi¨® y nos conden¨® a una guerra en 1982 no nos caen nada bien". Barry, cuya abuela fue una de las tres v¨ªctimas mortales que sufrieron los civiles malvinenses en esa guerra, luc¨ªa un sombrero pintado con los colores rojo, azul y blanco de la bandera brit¨¢nica. No fue el ¨²nico que parec¨ªa estar participando m¨¢s en una fiesta de disfraces que en un solemne acto electoral.
Una familia entera, sin excluir el carrito del beb¨¦, luc¨ªa los colores patrios; una pareja que parec¨ªa reci¨¦n salida del escenario de un vodevil, de pies a cabeza, tambi¨¦n; hab¨ªa hasta un perrito blanco abrigado contra el fr¨ªo con una manta con los colores de la bandera. Y despu¨¦s estaban las camisetas, algunas de ellas exhibiendo ¡°mapas¡± de Sudam¨¦rica con grandes espacios vac¨ªos donde deber¨ªa de haber estado Argentina; otras con mensajes como ¡°S¨ª, s¨ª, s¨ª existimos¡± o ¡°D¨¦janos en paz, Argentina¡± o ¨C un juego de palabras cuyo significado nadie se perdi¨® -- ¡°Falk You, Argentina!¡±. Banderitas brit¨¢nicas, agitadas por el viento polar, ondeaban en las casas, en los postes el¨¦ctricos, en los coches.
El mal tiempo no iba a aguar el ambiente fue festivo. Hoy, dec¨ªan todos, se iba a o¨ªr la voz de los malvinenses y los 60 periodistas extranjeros que acudieron a las islas para cubrir el refer¨¦ndum, varios de ellos argentinos, la iban a transmitir por el mundo. Entrevistar a un votante fue igual a entrevistarlos a todos. Uno tras otro ofrec¨ªa solo leves variaciones sobre el tema probrit¨¢nico, antiargentino de Barry, el jubilado, que dijo haber nacido y vivido toda su vida en las Malvinas, como la mitad de los habitantes de las islas. Los dem¨¢s provienen de Gran Breta?a, o de la tambi¨¦n remota isla atl¨¢ntica de Santa Elena, o ¨Cun 5%¨C de Chile.
La pregunta a la que los 1.600 votantes registrados ten¨ªan que responder con un s¨ª o con un no era, ¡°?Desea usted que las Islas Falklands retengan su actual estatus pol¨ªtico como territorio de ultramar de Reino Unido?¡±. Seg¨²n la evidencia visible entre los que acudieron a las urnas y seg¨²n los sondeos hechos por los periodistas extranjeros, que entre ellos entrevistaron a un alto porcentaje de la poblaci¨®n, la respuesta que se recibir¨¢ el lunes por la tarde, despu¨¦s de que se cierren las urnas, ser¨¢ un contundente s¨ª. Si hubiese alg¨²n no, la presunci¨®n general es que representar¨¢ un sector minoritario joven que no vivi¨® la guerra de 1982 y que aspira a la independencia, no a la soberan¨ªa argentina.
Se decidi¨® celebrar el voto a lo largo de dos d¨ªas por si las condiciones clim¨¢ticas dificultasen el transporte de las urnas a Stanley para el recuento final. Algunos de los lugares donde residen los votantes registrados ¨Ctienen que haber vivido un m¨ªnimo de siete a?os en las islas para poder participar en el refer¨¦ndum¨C son extremadamente remotos. Las Malvinas contienen 760 islas cuyo tama?o total es igual al del estado de Connecticut en Estados Unidos, o de Extremadura en Espa?a. Pero solo se ha votado en las dos islas m¨¢s grandes, conocidas pos los isle?os como East Falkland y West Falkland, ambas de dimensiones similares, con la diferencia de que en West Falkland solo viven 100 personas, algunas de ellas solas con sus ovejas en tierras inh¨®spitas, pantanosas en las que no hay ¨¢rboles porque el constante, lacerante viento no les da tiempo a crecer. Se abrieron establecieron cuatro centros de votaci¨®n en las dos islas pero porque varios de estos ermita?os campestres no poseen veh¨ªculos se cre¨® un sistema de ¡°urnas m¨®viles¡±, transportadas por cuatro Land Rovers a todos los lugares donde hay vida humana.
A¨²n as¨ª, el 60% del total de los votantes registrados hab¨ªa acudido a las urnas a mediod¨ªa del domingo y se calculaba que quedar¨ªan pocos por contar el lunes. Nadie esperaba una sorpresa, mucho menos el Gobierno argentino, que ha calificado todo el ejercicio de ¡°rid¨ªculo¡±, ¡°irrelevante¡± e ¡°ileg¨ªtimo¡±. La Constituci¨®n del pa¨ªs vecino, y m¨¢s cercano, lo dice bien claro: las Malvinas son argentinas, independientemente de los deseos de sus habitantes.
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