El juicio a R¨ªos Montt enfrenta a Guatemala con el horror de los ochenta
El anciano general tendr¨¢ que responder por 15 matanzas de ind¨ªgenas cometidas en 1982 Los familiares han luchado durante a?os para logar sentarlo este martes en el banquillo
Despu¨¦s de una lucha de a?os, contra viento y marea, los familiares de las v¨ªctimas de las brutalidades del exgeneral Efra¨ªn R¨ªos Montt podr¨¢n ver este martes en el banquillo, juzgado por cr¨ªmenes contra la humanidad, al hombre que marc¨® la segunda mitad del siglo XX en Guatemala. Tiene 86 a?os. Sin descartar a¨²n que los abogados logren un nuevo aplazamiento con alguna treta legal, el juicio enfrentar¨¢ a Guatemala con el espanto de la guerra contra los movimientos izquierdistas en los a?os 80. Lo que comienza este martes, 19 de marzo, es un relato, por fin en sede judicial, de los traumas que a¨²n sangran en el pa¨ªs centroamericano.
El 23 de marzo de 1982, un grupo de oficiales j¨®venes del Ej¨¦rcito de Guatemala, cansados de la corrupci¨®n imperante en la c¨²pula militar que detentaba el poder y cuya brutalidad hab¨ªa dejado al pa¨ªs aislado del contexto internacional, depuso al sanguinario general Romeo Lucas Garc¨ªa y elev¨® al poder a un general retirado de 55 a?os llamado Efra¨ªn R¨ªos Montt.
Sin que los ¡°j¨®venes oficiales¡±, en su mayor¨ªa tenientes y capitanes, lo sospecharan, su decisi¨®n de aupar a R¨ªos Montt abr¨ªa un cap¨ªtulo de la historia de Guatemala que estar¨ªa marcado por la err¨¢tica personalidad del viejo general. Fue jefe del Estado durante 16 meses. Pero su protagonismo pol¨ªtico en el peque?o pa¨ªs centroamericano ha durado tres d¨¦cadas, hasta que el 14 de enero de 2012, entreg¨® su acta de diputado y se retir¨® de la vida pol¨ªtica.
El breve mandato de R¨ªos pasar¨¢ a la historia como un periodo de represi¨®n indiscriminada contra la poblaci¨®n civil que ¡°serv¨ªa de sustento¡± a la subversi¨®n izquierdista. La doctrina de la tierra arrasada, versi¨®n del ¡°quitarle el agua al pez¡± que los franceses aplicaron en Argelia y los norteamericanos perfeccionaron en Vietnam, se convirti¨® en el primer mandamiento de los Ej¨¦rcitos latinoamericanos de los a?os setenta y ochenta. En Guatemala, oficiales argentinos formados en las academias francesas llegaron a ser asesores muy valorados.
La lucha contra la subversi¨®n de izquierdas llev¨® a una represi¨®n indiscriminada
Los informes citados por organizaciones humanitarias estiman que durante el mandato de R¨ªos Montt, unos 10.000 guatemaltecos, en su mayor¨ªa ind¨ªgenas, fueron v¨ªctimas de ejecuciones extrajudiciales y sus cuerpos sepultados en fosas comunes o dejados a merced de las aves de rapi?a. La represi¨®n feroz oblig¨® al campesinado a buscar refugio en campamentos mexicanos. Hubo m¨¢s de 100.000 desplazados. El informe de la CEH documenta 448 aldeas literalmente borradas del mapa.
No obstante, en el juicio se?alado para hoy, R¨ªos Montt y el que fuera su jefe del temido servicio de inteligencia (la G-2), Jos¨¦ Mauricio Rodr¨ªguez S¨¢nchez, solo deber¨¢n responder por 15 masacres ocurridas en el ¨¢rea conocida como Triangulo Ixil (Quich¨¦, norte). Los hechos costaron la vida a 1.771 personas. De acuerdo con el informe de los forenses, ¡°un 43% de los esqueletos exhumados corresponden a ni?os de entre cero y 12 a?os y m¨¢s del 50%, a mayores de 50 a?os¡±.
Antes de entregar el poder a los civiles en 1985, el Ej¨¦rcito destruy¨® todos los documentos ¡°comprometedores¡±, lo que impide determinar con exactitud el alcance de la represi¨®n y la responsabilidad de los mandos. Pero los informes sobre la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (Remhi), del malogrado obispo Juan Gerardi, y el de la Comisi¨®n de Esclarecimiento Hist¨®rico (CEH), patrocinada por la ONU, permiten una aproximaci¨®n a lo ocurrido.
Al respecto, los defensores de R¨ªos Montt, que no niegan la ¡°existencia de las v¨ªctimas¡±, insisten en que no hay manera de probar que la orden de exterminio emanara del entonces jefe de Estado. La Fiscal¨ªa, por su parte, argumenta que los sindicados no pueden eludir su responsabilidad, ¡°porque como m¨¢ximas autoridades de las fuerzas castrenses eran informados de los operativos desarrollados por el Ej¨¦rcito¡±.
En los hechos concretos que se juzgan, 15 matanzas de ind¨ªgenas, murieron 1.771 personas. El 40% de los cad¨¢veres recuperados eran de ni?os menores de 12 a?os
La cadena de mando estaba encabezada por R¨ªos Montt, en su calidad de jefe del Estado y Comandante General del Ej¨¦rcito; ?scar Humberto Mej¨ªa V¨ªctores, ministro de Defensa; y H¨¦ctor Mario L¨®pez Fuentes, jefe del Estado Mayor Presidencial. Estos dos ¨²ltimos se han librado de ser enjuiciados por razones de salud.
El auge de R¨ªos Montt, el hombre que, guste o no, marca la historia de la Guatemala de la segunda mitad del Siglo XX, hay que buscarlo en la ausencia de l¨ªderes, exterminados por los militares, y en la corrupci¨®n con que estos manejaron el pa¨ªs desde las m¨¢s altas instancias de poder.
A principios de los 80, Guatemala atravesaba una situaci¨®n de guerra interna. En Nicaragua, los sandinistas hab¨ªan derrocado al dictador Anastasio Somoza. Las guerrillas salvadore?as demostraban una fortaleza que hac¨ªa viable su ascenso al poder. En Guatemala, los rebeldes ejerc¨ªan dominio sobre amplios territorios, particularmente en el altiplano de poblaci¨®n mayoritariamente ind¨ªgena.
Hay poderes f¨¢cticos del pa¨ªs que no permitir¨¢n una dura condena como quieren las v¨ªctimas, opinan los analistas
Como contrapartida, las sucesivas dictaduras militares, disfrazadas de democracia por medio de elecciones ama?adas, estaban totalmente agotadas. La corrupci¨®n y la brutalidad de la represi¨®n, que alcanz¨® una de sus cotas m¨¢s altas con el salvaje asalto a la Embajada de Espa?a el 31 de enero de 1980, hac¨ªa que el r¨¦gimen, totalmente aislado del mundo, se tambaleara. La operaci¨®n para salvar a Guatemala precisaba de un l¨ªder carism¨¢tico, capaz de dar un golpe de tim¨®n a la nave del Estado, totalmente a la deriva.
Para el analista Gustavo Berganza, el contexto hist¨®rico es determinante en la deriva pol¨ªtico-represiva de Efra¨ªn R¨ªos, quien sufri¨® la presi¨®n de la administraci¨®n de Ronald Reagan para salvar a Centroam¨¦rica del comunismo internacional. Y lo hizo con medios limitados. Estados Unidos le hab¨ªa quitado toda la ayuda militar, por la apuesta del anterior mandatario, Jimmy Carter, en favor de los derechos humanos. Esto permiti¨® a los militares tener una gran autonom¨ªa a la hora de enfrentar a la guerrilla. ¡°El hecho de no depender de los militares estadounidenses, como sucedi¨® en El Salvador, hizo que la guerra en Guatemala tomara derroteros diferentes, con asesores israel¨ªes y argentinos. Estos ¨²ltimos, aut¨¦nticos maestros de la represi¨®n en el continente¡±, enfatiza.
¡°?l no es el ¨²nico responsable de las 50.000 muertes¡±, dice un experto
Para el historiador Jos¨¦ Cal, ¡°fue durante los Gobiernos de Romeo Lucas Garc¨ªa (1978-1982) y de Efra¨ªn R¨ªos Montt (marzo de 1982 a agosto de 1983) cuando la represi¨®n alcanz¨® su cl¨ªmax, con ataques directos a las poblaciones civiles. El avance de la guerrilla era evidente. Hab¨ªa creado una base social en estas comunidades, mientras que otras poblaciones se opon¨ªan a los controles que el Ej¨¦rcito ejerc¨ªa sobre ellas. Esto permiti¨® el exterminio masivo de poblaciones y la represi¨®n generalizada a cualquier manifestaci¨®n de oposici¨®n pol¨ªtica¡±.
Con respecto al resultado del juicio, el historiador cree que ¡°fruto de la presi¨®n internacional¡±, lo m¨¢s probable es una condena, aunque recuerda que, por el otro lado, hay poderes f¨¢cticos, como la Asociaci¨®n de Veteranos Militares de Guatemala (Avemilgua) que anuncian, recurriendo incluso a la amenaza abierta, que no permitir¨¢n la prisi¨®n de oficiales ¡°que salvaron a Guatemala de la amenaza del marxismo¡±.
Gustavo Berganza se?ala que, de alguna manera, es un desprop¨®sito el que solo se procese a R¨ªos Montt, a quien se le carga toda la responsabilidad de 36 a?os de guerra. ¡°?l no es el ¨²nico causante de las 50.000 muertes por las que se le sienta en el banquillo¡±.
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