Walid, uno entre los 178 prisioneros administrativos palestinos en Israel
Israel sigue encarcelando palestinos sin acusaciones formales ni posibilidad de defensa Este gerente de una ONG ha estado seis a?os preso por "prevenci¨®n de ataques"
Era m¨¢s de la una de la madrugada y Walid Hanatsheh dorm¨ªa en su casa de Ramala, en Cisjordania, con su mujer y sus dos hijas. Una patrulla militar rode¨® su edificio. En su apartamento entraron unos 20 soldados. Mientras registraban la vivienda, un agente de inteligencia interrog¨® a Walid. ?l respondi¨® con calma a todas las preguntas, con la certeza y la inquietud de que lo iban a volver a llevar a prisi¨®n. As¨ª fue, finalmente. Un nuevo arresto. Sin cargos y sin juicio. Son ya 19 a?os entrando y saliendo de la c¨¢rcel, sin saber exactamente de qu¨¦ se le acusa, con la amenaza de un nuevo arresto pendiendo permanentemente sobre su cabeza, cada d¨ªa y cada noche.
Aquel 22 de noviembre de 2011 se inici¨® la cuarta detenci¨®n administrativa en la vida de Walid, que tiene 44 a?os. La primera, en 1994, dur¨® un mes. La de 2002, cuatro a?os. En enero de 2009 le encarcelaron por un a?o, y el a?o pasado, por nueve meses. En ninguna ocasi¨®n se ha formulado una acusaci¨®n formal en su contra. Se le encarcela porque se considera que es una amenaza contra la seguridad de Israel. El periodo de detenci¨®n administrativa, como se llama a ese arresto sin cargos, es de seis meses. Se puede renovar, en espacios tambi¨¦n de seis meses, tantas veces como apruebe un juez militar, a petici¨®n de un comandante.
El mes pasado hab¨ªa en las c¨¢rceles de Israel 178 detenidos administrativos palestinos. Nueve de ellos son congresistas del Consejo Legislativo Palestino. Seis a?os es el tiempo m¨¢ximo que un preso palestino ha pasado en una prisi¨®n israel¨ª sin cargos. Entre los arrestados ha habido mujeres y menores. En 2010, de hecho, Israel lleg¨® a detener a un adolescente de 16 a?os, Motasem Muzher. Esas detenciones fueron una de las chispas que prendieron la llama de una reciente ola de protestas en Cisjordania, que desat¨® en Israel el temor de una tercera Intifada.
¡°La detenci¨®n administrativa no es solo dura para el preso¡±, explica Walid. ¡°Su familia tambi¨¦n sufre cuando est¨¢ en la c¨¢rcel. La segunda vez, cuando me tuvieron detenido cuatro a?os, mi hija mayor hab¨ªa cumplido cuatro a?os. Cuando sal¨ª de la c¨¢rcel, ya ten¨ªa ocho. Nadie nos va a poder devolver esos a?os. No hay forma de volver atr¨¢s. El primer a?o de colegio, mi hija me enviaba cartas dici¨¦ndome que los padres de los dem¨¢s ni?os iban a recogerles a la escuela. No era f¨¢cil explicarle las cosas. Y aun hoy d¨ªa, con 14 a?os, teme que me vuelvan a detener. Lo mismo con mi hija menor. Ten¨ªa un a?o cuando me volvieron a encarcelar en 2009. No la vi en 12 meses¡±.
Lo que angustia a Walid es el no saber por qu¨¦ se le detiene, que no haya juicio, y que cuando se le ponga en libertad siempre sea con la amenaza permanente de un nuevo arresto. Seg¨²n la ley israel¨ª, a un palestino detenido por el Ej¨¦rcito se le puede retener durante un m¨¢ximo de ocho d¨ªas sin informarle de los motivos o llevarle ante un juez. En esos ocho d¨ªas se le puede enviar a un centro de interrogaci¨®n, se pueden presentar cargos contra ¨¦l o se puede solicitar una orden de detenci¨®n administrativa. Si no se opta por ninguna de esas opciones, se le debe poner en libertad.
Como en Guant¨¢namo, nunca saben por qu¨¦ se les detiene, ni las pruebas en su contra¡±, expone una organizaci¨®n de apoyo
Cuando se aplica la detenci¨®n administrativa, la fiscal¨ªa y el juez, militares, conocen las evidencias en contra del acusado, pero este y su defensa no. En 2011, el juez le prohibi¨® a Walid tomar parte en una audiencia en la que se iba a decidir si ingresaba en prisi¨®n preventiva o no. Le dijo, sucintamente, que obraban en su poder pruebas suficientes de que hab¨ªa militado en el Frente Popular para la Liberaci¨®n de Palestina, que se dio a conocer internacionalmente al protagonizar secuestros de aviones occidentales en los a?os sesenta y que ahora funciona como una organizaci¨®n pol¨ªtica. Los detalles del caso de Walid se guardan en un fichero secreto al que el reo no tiene acceso.
¡°No hay mucha diferencia respecto a lo que sucede en Guant¨¢namo. Muchos de esos presos nunca saben por qu¨¦ se les detiene, ni las pruebas en su contra¡±, opina Randa Wahbe, de la organizaci¨®n Addameer, que presta apoyo a los prisioneros palestinos. ¡°El modo en que Israel emplea la detenci¨®n administrativa es ilegal y arbitrario. De acuerdo con el Derecho internacional, debe ser un ¨²ltimo recurso, al que acudir cuando hay una amenaza real contra el Estado. En realidad, Israel ha sido capaz de declarar un estado de emergencia desde su nacimiento, citando una permanente amenaza palestina, y eso permite la detenci¨®n sin cargos¡±.
En realidad, la pr¨¢ctica israel¨ª de la detenci¨®n sin cargos no es un caso ¨²nico. La aplican tambi¨¦n Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Irlanda, China, India, Jordania, Siria, Egipto, Sri Lanka y Birmania. El Gobierno de Israel se apoya para autorizarla en el art¨ªculo 78 del Cuarto Convenio de Ginebra, de 1949, relativo a la protecci¨®n debida a las personas civiles en tiempo de guerra, que asegura: ¡°Si la potencia ocupante considera necesario, por razones imperiosas, tomar medidas de seguridad con respecto a las personas protegidas, podr¨¢ imponerles, como m¨¢ximo, una residencia forzosa o internarlas¡±.
El Gobierno de Israel intensific¨® el uso de esa figura jur¨ªdica tras el estallido de la segunda Intifada, en 2000. En 2003 llego a haber un millar de presos en estas condiciones. Seg¨²n un informe del Ministerio de Justicia israel¨ª de 2011, ¡°en 2000 se lanz¨® una campa?a terrorista incesante contra el Estado de Israel, matando a 1.200 personas e hiriendo a miles m¨¢s. Teniendo en cuenta esa amenaza sin precedentes contra las vidas de los civiles, Israel debe desplegar contramedidas efectivas. Uno de los pasos legales para combatir esa amenaza es la detenci¨®n administrativa¡±.
El Gobierno de Israel intensific¨® el uso de esa figura jur¨ªdica tras el estallido de la segunda Intifada, en 2000
¡°Que las pruebas no se hagan p¨²blicas no implica que no existan y sean convincentes¡±, explica Yigal Palmor, portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel. ¡°La detenci¨®n administrativa es una medida que existe en otras democracias del mundo. Se emplea, seg¨²n los problemas de cada pa¨ªs, contra la inmigraci¨®n clandestina, el narcotr¨¢fico o el terrorismo, por ejemplo. Hay veces que, por motivos de procedimiento, unas pruebas no se pueden utilizar en un juicio contra un terrorista. Eso no quiere decir que esas pruebas no demuestren que puede atentar de un momento a otro. En esas ocasiones excepcionales es necesario detener a una persona sin juicio para prevenir un ataque¡±.
Walid niega que sea un terrorista o que forme parte del Frente Popular para la Liberaci¨®n de Palestina. Su trabajo en la actualidad es el de gerente administrativo y financiero de la organizaci¨®n no gubernamental Comit¨¦s de Trabajo por la Salud, cuya finalidad es ofrecer cobertura sanitaria decente a los palestinos. ¡°Seg¨²n mi opini¨®n, la detenci¨®n administrativa es un arma pol¨ªtica¡±, asegura. ¡°No es porque uno haya hecho esto o lo otro. Es puramente pol¨ªtico. Depende de c¨®mo est¨¦ la situaci¨®n en Cisjordania o Gaza. Seg¨²n est¨¦n las cosas en esos territorios, la detenci¨®n administrativa aumenta o decrece¡±.
En las calles de los territorios palestinos, el de la detenci¨®n administrativa es un asunto que provoca una enorme indignaci¨®n. En el pasado ha dado pie a enfrentamientos con los soldados israel¨ªes, y huelgas de hambre, que han atra¨ªdo la atenci¨®n internacional. Amnist¨ªa Internacional y la Secretar¨ªa General de Naciones Unidas han llegado a pedir el fin de la pr¨¢ctica: que se presenten cargos o se libere a los detenidos. Israel, hasta hoy, considera crucial la detenci¨®n administrativa para su seguridad nacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.