La Europa alemana se hunde en la mediocridad
La crisis de Chipre saca a la luz la p¨¦sima gesti¨®n y la falta de liderazgo en la Uni¨®n
Martes, 19.15 horas, Bruselas. Plantas nobles del edificio Berlaymont, sede de la Comisi¨®n. El presidente, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, comparece ante un selecto grupo de comisarios y va alzando la voz hasta acabar a gritos: ¡°?Yo no he sido, nosotros no hemos sido, ha sido Chipre! ?Hab¨¦is comprendido?¡±. Cumpliendo el viejo adagio de los malos diplom¨¢ticos ¡ªprimero buscar todos los argumentos posibles para justificar un error; segundo escoger el peor posible; tercero y ¨²ltimo, negar por todos los medios que se ha elegido precisamente ese¡ª, la Eurozona acaba de perpetrar una sensacional chapuza, un error de consecuencias potencialmente catastr¨®ficas, capaz de reabrir la crisis del euro: poner en duda la garant¨ªa de los dep¨®sitos bancarios.
Chipre, un pa¨ªs con poco m¨¢s de un mill¨®n de habitantes, es la constataci¨®n del fracaso de las pol¨ªticas econ¨®micas en la UE, junto con varios rescates fallidos y una estrategia de austeridad a ultranza que ha sumido a toda Europa en una depresi¨®n social. Siria, Libia y los ¨²ltimos conflictos apuntan hacia una pol¨ªtica exterior fallida. Hungr¨ªa pone sordina a uno de los mitos fundacionales de la UE: habla del fracaso de la pol¨ªtica de valores. E Italia, en fin, es el ejemplo de que la abrumadora presencia alemana a los mandos de la Uni¨®n enturbia la pol¨ªtica europea y deja en la calle un trasfondo de desilusi¨®n, la sensaci¨®n de que se han desperdiciado oportunidades. Europa, como gu¨ªa y como promesa, sigue siendo la mejor utop¨ªa factible, aunque algunas semanas, como la que se cierra hoy, solo se vean sus limitaciones.
¡°La Uni¨®n necesita un capit¨¢n, alguien que en los momentos dif¨ªciles se ponga al mando, decida y a poder ser no se equivoque gravemente. Por desgracia, no lo tiene¡±, advierte una alta fuente comunitaria. ¡°Tenemos un claro problema de gobernanza¡±, coincide un diplom¨¢tico franc¨¦s, que se?ala directamente hacia el otro lado del Rin. ¡°No se trata de culpar a nadie¡±, tercian fuentes alemanas en Berl¨ªn, conscientes de que el liderazgo alem¨¢n sale mellado de este cap¨ªtulo de la crisis. Alemania trata de diluir su responsabilidad sobre Chipre entre el FMI, el BCE y Nicosia. ¡°No hab¨ªa muchas soluciones mejores¡±, a?ade Berl¨ªn, en lo que suena a justificaci¨®n dif¨ªcil de aceptar.
Chipre ven¨ªa hinchando desde hace a?os un sector financiero hipertrofiado y sucio, miraba hacia otro lado y permit¨ªa centrifugar dinero negro a paletadas. Berl¨ªn y el FMI quer¨ªan un escarmiento may¨²sculo, mientras Nicosia trataba de mantener a toda costa ese modelo de negocio indefendible. A la hora de la verdad, la troika y Berl¨ªn impusieron sus tesis: Chipre se vio obligado a costear una parte del rescate, y los dep¨®sitos ¡ªcasi la mitad de ellos son de m¨¢s de medio mill¨®n de euros y est¨¢n en manos de rusos¡ª ten¨ªan que pagar los platos rotos. Pero Nicosia maniobr¨® para que esa tasa afectara a todos los depositantes: los que tienen m¨¢s de 100.000 euros y los que est¨¢n por debajo de esa cifra, te¨®ricamente asegurados a prueba de bombas. El Eurogrupo lo acept¨®. Ese fue el error que abre la caja de Pandora, y que sirve como palanca para explicar otras cosas.
La decisi¨®n lleg¨® con nocturnidad y alevos¨ªa, la noche del viernes de la semana pasada, con los ministros del euro pensando tal vez que nadie se fijar¨ªa mucho en ese rescate que ha derivado en el primer corralito del euro. Europa, a¨²n la principal potencia comercial del mundo, cada d¨ªa m¨¢s tutelada por Alemania, el BCE y el FMI, y cada d¨ªa m¨¢s pendiente de las necesidades de los grandes bancos alemanes, traspasaba una frontera inviolable: la sacralidad de los dep¨®sitos bancarios. Cuando el euro parec¨ªa salvado y los mercados hab¨ªan dejado de jugar a la monta?a rusa, los socios del euro se metieron un autogol por toda la escuadra. ¡°Pero ni Bruselas ni las grandes capitales vieron el error hasta que los grandes bancos empezaron a llamar a los despachos avisando de lo que se ven¨ªa encima¡±, cuenta una alta fuente europea. El an¨¢lisis que hizo entonces la gran banca activ¨® las alarmas: ¡°La soluci¨®n era una barbaridad por varios motivos: Uno: crea desconfianza en el sistema financiero, en un momento en que la confianza del sector est¨¢ en entredicho. Dos: se trata de una penalizaci¨®n sobre el ahorro, cuando estamos en plena crisis de deuda o, si se quiere, precisamente de escasez de ahorro. Tres: pone en entredicho la protecci¨®n de los depositantes aprobada a nivel europeo. Cuatro: pone en duda la uni¨®n bancaria. Y cinco: puede provocar una reacci¨®n social contraria a Europa y abre la puerta a una posible salida de Chipre del euro, con el efecto contagio correspondiente¡±, resume un destacado asesor del Ejecutivo espa?ol.
A partir de esas llamadas a las canciller¨ªas, los socios del euro trataron de deshacer el l¨ªo. Pero el da?o ya estaba hecho: ahora se trata de limitar las consecuencias. El error Chipre ¡°es la constataci¨®n de que el euro est¨¢ en manos de aficionados que apenas entienden lo que significa una uni¨®n monetaria. Es un desastre. Porque adem¨¢s la decisi¨®n est¨¢ contaminada por ese calvinismo que presume de la virtud en el Norte, sobre todo en Alemania, y quiere un castigo ejemplar para el Sur corrompido. Y as¨ª no se pueden gestionar crisis¡±, ataca Paul De Grauwe, de la London School of Economics. ¡°La crisis de Chipre est¨¢ repleta de malentendidos. Todo induce a pensar que Nicosia es la v¨ªctima de esta historia: eso es rotundamente falso. Pero tambi¨¦n es falso que haya que basar la toma de decisiones en el castigo a los pecadores chipriotas. No puede ser que el castigo a un pa¨ªs que supone el 0,2% del PIB del euro ponga en peligro todo el club por la obsesi¨®n moral de Alemania¡±, indica una alta fuente de Bruselas. La Comisi¨®n avis¨® de los riesgos, pero no supo imponer su visi¨®n y finalmente ni siquiera se opuso al gravamen a los dep¨®sitos garantizados. ¡°Nos estamos convirtiendo en una secretar¨ªa t¨¦cnica, sin tracci¨®n sobre los pol¨ªticos. Eso es peligros¨ªsimo¡±, afirma con una inusual franqueza un alto funcionario de Bruselas.
De repente, media isla ¡ªla otra media es turca¡ª con dos bases militares brit¨¢nicas, pr¨¢cticamente colonizada por Rusia revela al mundo el fracaso de la gobernanza de la UE, y saca a la luz la ausencia de liderazgo moral y pol¨ªtico, y ese esp¨ªritu punitivo que mueve a Alemania. ¡°La gesti¨®n de Chipre es chapucera, amateur. Pero no se trata de un error t¨¦cnico: es un error pol¨ªtico de primera magnitud. Los fracasos pol¨ªticos ganan por goleada a los fracasos econ¨®micos en la UE¡±, afirma Charles Wyplosz, del Graduate Institute. ¡°El problema es de liderazgo e institucional. Los economistas de la Comisi¨®n saben qu¨¦ hacer para lidiar con crisis como la de Chipre, pero nadie les escuch¨®: el error es por incompetencia pol¨ªtica y por cuestiones de agenda, con las dichosas elecciones alemanas a la vuelta de la esquina¡±, abunda un embajador de uno de los grandes pa¨ªses del Sur.
Casi todas las fuentes consultadas ¡ªen realidad todas salvo las alemanas¡ª creen que lo sucedido llena de razones a los descontentos que, cada d¨ªa con m¨¢s fuerza, alertan contra la par¨¢lisis del proyecto europeo; a los extremistas que piden un refer¨¦ndum sobre el euro, a los millones de parados que abominan del diktat de Merkel. Y a quienes se?alan que el problema es la debilidad de una Francia cada vez m¨¢s irrelevante, incapaz de servir como contrapeso de Alemania y que ha abandonado a su suerte a Europa.
Jean Pisani-Ferry, director del think tank Bruegel y asesor de Fran?ois Hollande, cree que el problema est¨¢ en la sala de mandos. ¡°Bruselas no ha entendido los efectos brutales de los recortes, da la impresi¨®n de estar fuera de la realidad. El problema del crecimiento tuvo que abordarse mucho antes. La reacci¨®n pol¨ªtica ante las elecciones italianas ha sido torpe. Chipre ha sido a¨²n peor: aunque no critico la decisi¨®n alemana de gravar los dep¨®sitos, se ha enviado un mensaje pol¨ªtico terrible a los electores dici¨¦ndoles que su voz no ser¨¢ o¨ªda¡±. ¡°Francia¡±, a?ade, ¡°tambi¨¦n se ha equivocado. Moscovici deber¨ªa haberse batido a fondo para que solo se vieran afectados los dep¨®sitos de m¨¢s de 20.000 euros¡±.
?Y ahora, qu¨¦? ?Cambiar¨¢ Alemania la m¨²sica a la vista de que los resultados no llegan? ¡°Merkel ha puesto el freno en todos los frentes hasta las elecciones, tanto en econom¨ªa como en pol¨ªtica exterior¡±, dice un diplom¨¢tico europeo. ¡°La situaci¨®n es muy delicada¡±, advierte Pisani-Ferry. ¡°Hay un gran riesgo de que parezca que los dirigentes europeos no entienden lo que est¨¢ pasando. No creo que Europa vaya a cambiar radicalmente de orientaci¨®n, pero es urgente hacer una pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s sutil, que busque ante todo el crecimiento y tenga m¨¢s en cuenta a los electores. Bruselas se llena la boca con el crecimiento, pero no hace nada. Tampoco la uni¨®n bancaria ha avanzado lo que deb¨ªa y cuando deb¨ªa. Todo eso dejar¨¢ problemas de legitimidad: la impresi¨®n de muchos ciudadanos es que Bruselas tiene una visi¨®n mec¨¢nica de las cosas¡±.
Desde Berl¨ªn, una fuente gubernamental da a entender que el discurso es inamovible: ¡°Es preciso mantener la calma; los resultados llegar¨¢n. Y en todo caso, Alemania y Europa no tienen la culpa del malestar social¡±. ¡°Sabemos que el malestar existe, pero las cosas no est¨¢n tan mal. Italia vot¨® contra su clase pol¨ªtica; Berlusconi perdi¨® seis millones de votos. Chipre ten¨ªa un modelo insostenible que hay que reformar. En Espa?a, la gente vot¨® al partido m¨¢s reformista. Con Hollande han ganado los proeuropeos. Cuando el estr¨¦s econ¨®mico es fuerte, sube la temperatura y eso afecta a la pol¨ªtica, que puede acabar buscando chivos expiatorios: los emigrantes, los banqueros, Merkel... Eso envenena el ambiente, y por eso es preciso que salgamos de la crisis cuanto antes. Pero para ello hace falta poner bases s¨®lidas, y Alemania sabe bien que los sacrificios son duros porque nosotros tambi¨¦n los hicimos¡±.
Bruselas apunta que no hay margen de maniobra: los ajustes seguir¨¢n; la ¨²nica duda es si se mantiene el ritmo o se suaviza. ?Hay salida? ¡°En el primer trimestre de 2014, el crecimiento volver¨¢ y el paro empezar¨¢ a bajar¡±, dice un portavoz del ministro alem¨¢n Wolfgang Sch?uble. Hace solo un mes, tanto Berl¨ªn como Bruselas aseguraban que los brotes verdes llegar¨ªan en verano. Tras el error de Chipre, la mejor¨ªa se retrasa. En cambio, la receta no var¨ªa: sigan esperando, conf¨ªen en nosotros, y en caso de duda hagan como hicimos los alemanes.
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