El conflicto del S¨¢hara cobra nueva urgencia por la inestabilidad en el Sahel
El mediador de la ONU efect¨²a una gira por el Magreb tras recibir el fuerte respaldo de Estados Unidos
Christopher Ross, el enviado especial del secretario general de la ONU para el S¨¢hara Occidental, efect¨²a una nueva gira por el Magreb, pero esta vez parece tener m¨¢s prisa por aunar posturas. ¡°La situaci¨®n en la regi¨®n del Sahel y su entorno hace que alcanzar una soluci¨®n sea m¨¢s urgente que nunca¡±, declar¨® Ross en Rabat. Alud¨ªa al conflicto del norte de Mal¨ª y al riesgo de propagaci¨®n del terrorismo.
Ross, que empez¨® el martes pasado su periplo en Madrid, viaj¨® despu¨¦s a Rabat, el viernes estuvo en El Aai¨²n, la capital del territorio que fue colonia espa?ola hasta 1975, y el fin de semana en Dajla, la segunda ciudad en importancia del S¨¢hara que nunca hab¨ªa visitado el enviado especial de Naciones Unidas. Su gira est¨¢ rodeada de un gran secreto porque ni siquiera su agenda de entrevistas ha sido revelada de antemano.
Tras entrevistarse en Rabat con las autoridades marroqu¨ªes ¨Cno pudo hacerlo con el rey Mohamed VI que est¨¢ de viaje en ?frica Occidental- y saharauis partidarios de la uni¨®n con Marruecos, Ross se reuni¨® en El Aai¨²n con las dos principales asociaciones saharauis ilegales de defensores de los derechos humanos (ASDVH y CODESA). Tambi¨¦n lo hizo con CSPRON, un grupo que propugna que la explotaci¨®n de recursos del S¨¢hara beneficie a sus habitantes.
El veterano diplom¨¢tico norteamericano inicia este recorrido tras recabar un contundente apoyo del Grupo de Amigos del Sahara Occidental en la ONU y, especialmente, de EE UU que promovi¨® una declaraci¨®n conjunta publicada el 19 de marzo cuando iniciaba su viaje. En ¨¦l ¡°animan a las partes implicadas a ser flexibles en sus relaciones con el enviado personal¡± de Ban Ki-moon.
El mensaje est¨¢ especialmente dirigido a Rabat que, en mayo pasado, rechaz¨® la mediaci¨®n de Ross por ser ¡°desequilibrada¡± y ¡°parcial¡± aunque una llamada, en agosto, de Ban Ki-moon al rey Mohamed VI les incit¨® a rectificar. A su paso por Marruecos en mayo el ministro de Exteriores espa?ol, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, respald¨® con matices la decisi¨®n marroqu¨ª de repudiar a Ross. Diez meses despu¨¦s la diplomacia espa?ola se sum¨®, sin reparos, a la iniciativa estadounidense aunque no la recogi¨® en la web del Ministerio de Exteriores ni en la Misi¨®n ante la ONU.
Si el nuevo secretario de Estado, John Kerry, se muestra m¨¢s determinado es, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, porque teme que la prolongaci¨®n de un conflicto sahariano, que dura desde hace 38 a?os, acreciente la inestabilidad regional y abone el terreno a los movimientos terroristas. Siguiendo los pasos de algunos j¨®venes argelinos, un pu?ado de saharauis frustrados por la falta de perspectivas se han apuntado a la rama magreb¨ª de Al Qaeda.
A lo largo de estos a?os este corresponsal ha entrevistado a tres exrehenes de Al Qaeda, la francesa Fran?oise Larribe, y el matrimonio austriaco compuesto por Wolfgang Ebner y Andrea Kloiber, que aseguraron que entre sus cancerberos hab¨ªa saharauis adem¨¢s de sus jefes argelinos y de una tropa compuesta un sinf¨ªn de nacionalidades.
En un anterior viaje, en enero y febrero, Ross estuvo en Alemania y Suiza. Hizo sospechar que quer¨ªa inspirarse en un modelo federal o confederal para el S¨¢hara y Marruecos sin celebrar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, pero ¨¦l lo desminti¨®. Su intenci¨®n es m¨¢s bien convocar a mitad de a?o una negociaci¨®n formal entre Rabat y el Frente Polisario que lucha por la independencia. Hasta ahora los contactos solo han sido informales.
La visita de Ross a Marruecos fue precedida de una protesta un¨¢nime de los 14 diputados saharauis del Parlamento marroqu¨ª. En un comunicado conjunto, publicado el mi¨¦rcoles, pidieron la revisi¨®n del juicio de 24 independentistas saharauis condenados todos ellos, excepto dos, por un tribunal militar a entre 20 a?os y cadena perpetua por el asesinato de once agentes de las fuerzas de seguridad durante el asalto, en 2010, al campamento saharaui de Gdaim Izik erigido en las afueras de El Aai¨²n.
Los diputados consideran que un tribunal militar no es la instancia ¡°adecuada¡± para juzgar a civiles y denuncian la ausencia de ¡°pruebas contundentes¡± para pronunciar condenas. Esas pruebas consistieron en confesiones efectuadas ante la Polic¨ªa Judicial que luego fueron desmentidas ante el tribunal. Los condenados aseguraron que las hab¨ªan sido arrancadas bajo tortura.
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