La polic¨ªa brit¨¢nica examina a fondo los restos del magnate ruso Berezovsky
Los agentes buscan toxinas a pesar de que la muerte fue por ahorcamiento
Boris Berezovsky, el empresario ruso cuyo cad¨¢ver fue hallado el s¨¢bado en su residencia del sur de Inglaterra, muri¨® ahorcado, seg¨²n las conclusiones preliminares de la investigaci¨®n que todav¨ªa est¨¢ pendiente de nuevas pruebas toxicol¨®gicas y de tejidos. Aunque la polic¨ªa brit¨¢nica no ha logrado recabar ninguna evidencia sobre la participaci¨®n de terceras personas en el suceso, varios allegados del antiguo oligarca siguen rechazando la extendida teor¨ªa del suicidio.
El primer examen post mortem practicado a los restos de Berezovsky ha descartado la hip¨®tesis de muerte violenta barajada inicialmente, y que se tradujo el domingo en un registro efectuado por expertos de Scotland Yard en su mansi¨®n de Ascot en busca de residuos qu¨ªmicos, biol¨®gicos o radiol¨®gicos. Uno de los protegidos del magnate entre el c¨ªrculo de rusos opositores al presidente Vladimir Putin, el exesp¨ªa Alexander Litvinenko, fue envenenado con material radioactivo (polonio 210) siete a?os atr¨¢s. Pero los resultados negativos de aquella operaci¨®n policial acabaron dando alas a quienes consideran probable que el propio Berezovsky se quitara la vida, acuciado por los problemas financieros y de ¨ªndole personal que le costaron una seria depresi¨®n.
Su derrota legal del a?o pasado frente al oligarca Roman Abramovic, instalado como ¨¦l en Reino Unido, acab¨® confirmando la ruina de Berezovsky, abandonado adem¨¢s el pasado enero por su ¨²ltima compa?era, Elena Gorbunova. Y, sin embargo, a la viuda de su amigo asesinado Litvinenko, Marina, le parece harto ¡°improbable que se suicidara: ten¨ªa demasiados enemigos¡±. De la misma opini¨®n es la exposa de Berezoksy, Galina, quien acudi¨® a la residencia de Surrey en cuanto se confirm¨® el suceso y que sali¨® convencida de que alguien le mat¨®, tal como ha relatado un miembro de su c¨ªrculo al diario The Guardian.
La polic¨ªa no ha querido hacer comentarios sobre estas declaraciones, y sigue interrogando a integrantes del entorno de Berezvosky para determinar cu¨¢l era su estado de ¨¢nimo en los d¨ªas previos a su muerte. Uno de sus guardaespaldas llam¨® a una ambulancia en la tarde del s¨¢bado, despu¨¦s de forzar la puerta del ba?o y encontrar a su jefe muerto en el suelo. El empleado ha explicado a los investigadores que le pareci¨® sospechoso no haber visto al magnate desde la noche anterior.
Las especulaciones sobre las verdaderas causas del fallecimiento se dividen entre quienes destacan el perfil de Berezovsky como un personaje inc¨®modo para el Kremlin, adem¨¢s de los atentados frustrados de los que fue objeto desde su hu¨ªda de Rusia en el 2000, y los que subrayan que nunca se repuso del rev¨¦s frente a Abramovich. Berezovsky aleg¨® ante la justicia de Londres que su antiguo socio en la compa?¨ªa rusa de petr¨®leo y aluminio Sibneft le hab¨ªa forzado a vender sus acciones a un precio muy inferior a su valor real. El rechazo del juez a sus argumentos le supuso el pago de cifras astron¨®micas en costas legales, cuando su econom¨ªa ya estaba muy maltrecha. Desde entonces, se convirti¨® en apenas una sombra del hombre poderoso que hab¨ªa sido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.