El rey de la consola juega a la guerra
Kim Jong-un, aficionado a los videojuegos, busca el respeto de la gerontocracia
Aficionado a los videojuegos, nadie sabe muy bien hasta donde piensa llevar el joven Kim Jong-un el simulacro de guerra en que se ha embarcado. Autonombrado mariscal, m¨¢ximo cargo del Ej¨¦rcito, en julio pasado tras la extra?a destituci¨®n (¡°por motivos de salud¡±) y desaparici¨®n del hasta entonces jefe del Alto Estado Mayor de la Defensa vicemariscal Ri Yong-ho, el l¨ªder norcoreano combina desde su ascenso al poder, en diciembre de 2011, gestos aperturistas con una ret¨®rica belicista que pone nerviosos a sus vecinos.
El tercer monarca de la ¨²nica dinast¨ªa comunista de la historia naci¨®, al parecer, el 8 de enero de 1984, pero cuando su padre, Kim Jong-il, lo design¨® heredero, en septiembre de 2010, se adelant¨® oficialmente su fecha de nacimiento a 1982. La grave apoplej¨ªa que sufri¨® en 2008 el llamado Querido L¨ªder precipit¨® la b¨²squeda de un delf¨ªn, ya que el primog¨¦nito Kim Jong-nam , hab¨ªa quedado excluido despu¨¦s de que en 2001 fuese expulsado de Jap¨®n por entrar con un pasaporte falso para ir, seg¨²n declar¨®, al Disneyworld de Tokio.
La pasi¨®n por la consola y los dibujos animados, en especial el rat¨®n Mickey, es lo que han destacado los compa?eros del estudiante norcoreano que se hac¨ªa pasar en Suiza por hijo de un diplom¨¢tico y result¨® ser Kim Jong-un. A su vuelta a Pyongyang, en el a?o 2000, estudi¨® en la Universidad de la Academia Militar, aunque no se enrol¨® en las filas del Ej¨¦rcito. Esta falta de experiencia militar podr¨ªa ser el detonante, seg¨²n los expertos, de sus actuales bravuconadas con las que intentar¨ªa hacerse con el mando de la poderosa gerontocracia castrense.
Conocedor de la inexperiencia de su hijo menor, el Querido L¨ªder elev¨® a las m¨¢s altas esferas del poder a su hermana Kim Kyong-hui, a la que ascendi¨® a general, y a su cu?ado Jang Song-taek, a quien nombr¨® vicepresidente de la Comisi¨®n Militar Central, para que tutelaran a Kim Jong-un mientras ¨¦l se repon¨ªa. Su s¨²bita muerte, en diciembre de 2011, convirti¨® al t¨ªo Jang en el aut¨¦ntico poder en la sombra de Corea del Norte.
Pek¨ªn, el gran aliado de este aislado pa¨ªs y el menos interesado en la ca¨ªda del r¨¦gimen que arrojar¨ªa a millones de norcoreanos a buscar un refugio en China, mostr¨® de inmediato su apoyo al nuevo dirigente. China lleva a?os intentando que Pyongyang emprenda reformas que mejoren la vida de la poblaci¨®n y faciliten la apertura del r¨¦gimen, de manera que el pa¨ªs vuelva a la mesa de negociaciones para frenar su programa nuclear a cambio de una cuantiosa ayuda econ¨®mica.
La comunicaci¨®n, en julio pasado, de la agencia estatal norcoreana KCNA de que Kim Jong-un est¨¢ casado con Ri Sol-ju, la joven cuya forma de vestir casi occidental ha revolucionado la monoton¨ªa de la moda del pa¨ªs m¨¢s recluido del planeta, fue vista como un paso en la buena direcci¨®n, seg¨²n Chosun.com, la principal web de asuntos norcoreanos, situada en Corea del Sur. Ri se ha atrevido a salir sin la insignia de Kim Il-sung, el fundador de la dinast¨ªa y del Estado norcoreano en 1948, que llevan todos sus conciudadanos en la solapa.
En diciembre pasado, Kim Jong-un, cuyo f¨ªsico recuerda mucho a su abuelo ¡ªnombrado Presidente Eterno tras su muerte en 1994¡ª pronunci¨® un discurso de A?o Nuevo, al igual que hac¨ªa aquel, en el que brind¨® una rama de olivo a sus vecinos del Sur al hacer un llamamiento a la reconciliaci¨®n de todos los coreanos. El nuevo dirigente, arropado por el ¨¦xito del lanzamiento d¨ªas antes de un misil de largo alcance, tambi¨¦n destac¨® la necesidad de emprender reformas agr¨ªcolas e industriales. ¡°Todas las tareas econ¨®micas para este a?o deben estar orientadas a impulsar un incremento radical en la producci¨®n y a estabilizar y mejorar el nivel de vida del pueblo¡±, dijo a su castigada poblaci¨®n.
La decisi¨®n un¨¢nime del Consejo de Seguridad de la ONU ¡ªincluida China, lo que fue considerado como una traici¨®n¡ª de imponer nuevas sanciones econ¨®micas a Pyongyang por el lanzamiento del misil enrabiet¨® al r¨¦gimen, que poco despu¨¦s realizaba su tercera prueba nuclear. Kim Jong-un ha ido desde entonces elevando el nivel de su juego b¨¦lico, que las maniobras militares de Corea del Sur y EE UU han llevado al paroxismo. Pero si ocurre un accidente o la gerontocracia le tiende una trampa, tal vez el Brillante Camarada, como le llama la prensa oficial, comprenda demasiado tarde la diferencia entre la consola y la realidad.
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