Leonardo Boff: ¡°Con el nuevo papa no habr¨¢ olor a altares, sino olor a pueblo¡±
El emblem¨¢tico te¨®logo de la liberaci¨®n asegura que Francisco ser¨¢ un renovador tras dos pontificados que califica de ¡°fundamentalistas¡±
Con el papa Francisco ¡°no habr¨¢ nada de olor de altares ni de palacios, sino olor a pueblo¡±. As¨ª lo afirma el exsacerdote franciscano brasile?o Leonardo Boff, un referente mundial de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, quien no duda en acusar a Benedicto XVI- hoy papa em¨¦rito tras renunciar en febrero pasado- de ¡°exterminar¡± m¨¢s de 50 a?os de ecumenismo.
Gen¨¦sio Darci Boff -Leonardo es su seud¨®nimo-, de 74 a?os, colg¨® la sotana en 1992, sofocado por las intensas presiones del Vaticano para silenciarle por su insistencia de difundir la teolog¨ªa de la liberaci¨®n y su opci¨®n preferencial por los pobres, y se retir¨® de la Orden de los Frailes Menores o franciscanos donde su premisa esencial hab¨ªa sido ¡°hambre de Dios s¨ª, hambre de pan no¡±.
Desde San Jos¨¦ de Costa Rica, a donde ha viajado para una visita acad¨¦mica de una semana, el te¨®logo asegura a EL PA¨ªS que la elecci¨®n del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio es un elemento renovador, despu¨¦s de los papados de Juan Pablo II (1978-2005) y Benedicto XVI (2005-2013), a los que califica de ¡°fundamentalistas¡±.
Pregunta. ?Por qu¨¦ es optimista frente al futuro de la Iglesia Cat¨®lica con el nuevo papa?
?Respuesta. Porque venimos de una tradici¨®n de dos papas muy conservadores. En cierta manera, el cardenal (Joseph) Ratzinger en la ¨²ltima fase de su papado era fundamentalista y claramente fundamentalista. Un papa que descabez¨® a m¨¢s de 100 te¨®logos, altamente represivo, controlador de las doctrinas y sin ning¨²n sentido de carisma, de pueblo, de pastor. Venimos de una tradici¨®n que no produc¨ªa esperanza, m¨¢s bien miedo, preocupaci¨®n. La teolog¨ªa no produc¨ªa pr¨¢cticamente nada porque era muy vigilada.
Ahora viene uno que es pastor, que dice que lo importante es la opci¨®n por los pobres, la justicia social, disminuir las desigualdades, cuidar de la tierra que est¨¢ amenazada, se pone en medio del pueblo y viene con un mensaje muy claro a los sacerdotes. Los sacerdotes tienen que ser servidores del pueblo, con olor de ovejas. Nada de olor de altares ni de palacios. Sino olor de pueblo. Ha dado se?ales de que algo va a ser diferente.
P. En 2006, el sacerdote jesuita espa?ol Jon Sobrino fue castigado por Benedicto XVI porque supuestamente en sus libros false¨® la figura de Jes¨²s y exalt¨® su humanidad por encima de su divinidad. Roma le prohibi¨® ense?ar en instituciones cat¨®licas y publicar libros sin previa autorizaci¨®n eclesi¨¢stica. Sobrino fue olor de pueblo y no de palacio, pero le castigaron.
R. La reprimenda a Sobrino (se durante casi un a?o) fue tan dura que entre los te¨®logos m¨¢s serios de Roma y de muchos obispos y cardenales encontr¨® grandes cr¨ªticas. Ratzinger retir¨® despu¨¦s gran parte de las penas que se le impusieron: le permitieron seguir trabajando, escribiendo y ahora estuvo en Brasil dando charlas. El profesor m¨¢s importante de cristolog¨ªa de Roma escribi¨® un an¨¢lisis de la condena a Sobrino, mostrando que era una injusticia intolerable. Roma tuvo miedo y tuvo que retroceder, pero con otros fue implacable, fue cruel y sin piedad, y especialmente con un espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Castillo, de Granada, uno de los m¨¢s brillantes te¨®logos espa?oles. Le han silenciado, le han prohibido hablar, escribir, sin darle ninguna raz¨®n, sin condenar ning¨²n libro. Simplemente es un castigo personal. Y ¨¦l casi se desesper¨®, porque cada uno tiene derecho a saber de d¨®nde viene el golpe. Y ni eso le han querido dejar saber.
P. ?Podr¨¢ el papa Francisco enfrentarse solo a los grandes poderes de este mundo que est¨¢n incluso insertados en el Vaticano y arremeter esta misi¨®n?
?R. Yo creo que solo, no, porque el Vaticano, el papa y los vicar¨ªas son verdaderos ministerios. Es un cuerpo de direcci¨®n que el papa va a elegir y con el cual va a gobernar la Iglesia. ?l ya anunci¨® que va a presidir en la Caridad. El otro [Ratzinger], no: decidi¨® mandar bajo el derecho can¨®nico de una monarqu¨ªa absolutista con plenos poderes que alejaba todas las dem¨¢s iglesias y extermin¨® 50 a?os de ecumenismo. Ratzinger lleva esa sombra en su biograf¨ªa, negando el t¨ªtulo de Iglesia a todas las dem¨¢s iglesias y [diciendo] que tienen elementos eclesiales pero no son iglesias, que Iglesia solo es la Iglesia Cat¨®lica. Pero Francisco, no.
P. ?Qu¨¦ diferencias ha marcado con respecto a su predecesor?
R. Primero, no se present¨® como papa, se present¨® como Obispo de Roma. Eso recupera la tradici¨®n del Primer Milenio, donde Roma -porque all¨ª est¨¢n enterrados Pedro y Pablo- ten¨ªa la presidencia de la caridad sobre las iglesias. Y Francisco recupera esa tradici¨®n. Cuando habla de Ratzinger y pide oraciones, no dice ¡°vamos a rezar por el papa em¨¦rito¡±. No. Dice: ¡°Vamos a rezar por el Obispo de Roma em¨¦rito¡±. De cierta manera lo rebaj¨® al sentido verdadero, teol¨®gico, de que ¨¦l no pasa de Obispo de Roma y accidentalmente es papa. Porque en el Obispo de Roma cabe el animar las dem¨¢s iglesias y no est¨¢ por encima de ellas.
Hay ah¨ª dimensiones teol¨®gicas en las que se ve que, como te¨®logo y jesuita, conoce bien la historia de la Iglesia y sabe utilizar los t¨¦rminos para decir que ahora ser¨¢ un gobierno m¨¢s colegiado. Y ah¨ª hay dos instrumentos que cre¨® el Concilio Vaticano II (196-1965) y fueron totalmente arrasados. Primero, la colegialidad de los obispos, que son las conferencias continentales con las nacionales para juntos definir su camino. Y en segundo lugar, el S¨ªnodo de los Obispos que, serv¨ªa para gobernar la Iglesia. Pero (con Ratzinger) fueron reunidos cada tres a?os como instancia consultiva sin ning¨²n poder de decisi¨®n. Y creo que Francisco va a activar eso, que ya est¨¢ decidido desde el Concilio Vaticano II.
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