La guerra fr¨ªa empez¨® en Corea de forma incandescente y devastadora: dos millones de muertos en tres a?os, entre 1950 y 1953. Estados Unidos perdi¨® 33.000 hombres y tuvo m¨¢s de 100.000 heridos. Pero los ej¨¦rcitos asi¨¢ticos, los dos coreanos y el chino, hicieron la aportaci¨®n m¨¢s sustancial: 415.000 surcoreanos y un mill¨®n y medio de combatientes norcoreanos y chinos. ¡°La brutalidad de aquella guerra nunca penetr¨® en la conciencia cultural de Estados Unidos¡±, escribi¨® el periodista David Halberstam en su ¨²ltimo y magistral libro sobre la contienda de Corea, de publicaci¨®n p¨®stuma y titulado El invierno m¨¢s fr¨ªo.
Seg¨²n aquel excepcional reportero, fallecido en 2007, ¡°fue una guerra de papel impreso, explicada en los peri¨®dicos en blanco y negro, y permaneci¨® en la conciencia de la naci¨®n en blanco y negro¡±, la ¨²ltima antes de que la televisi¨®n se impusiera en los hogares. Para Halberstam, no tuvo ni la gloria ni la legitimidad de la Segunda Guerra Mundial: ¡°Los soldados que combatieron en Corea se sent¨ªan separados de su pa¨ªs, con sus sacrificios poco apreciados y su lejana guerra sin apenas importancia a ojos de sus contempor¨¢neos¡±.
Inaugur¨® una era: la de la disuasi¨®n at¨®mica y la destrucci¨®n mutua asegurada, puesto que dos potencias nucleares como la URSS y EE UU pudieron implicarse en una guerra sin necesidad de utilizar la nueva arma de destrucci¨®n masiva.
Parece una historia remota, pero es de actualidad gracias a la escalada, de momento verbal y gestual, con la que el joven l¨ªder de Corea del Norte, Kim Jong-un, pretende reavivar aquella vieja contienda, que no tuvo acuerdo de paz, sino un mero cese de las hostilidades o armisticio, ahora denunciado por el r¨¦gimen norcoreano.
Las dos Coreas nominalmente vuelven a estar en guerra. Las armas, te¨®ricamente, est¨¢n preparadas a uno y otro lado del paralelo 38, que establece la l¨ªnea divisoria para empezar las hostilidades. Todo es un simulacro de la guerra fr¨ªa por parte de la dictadura hereditaria de Pyongyang, incluso en el tipo de armas inservibles heredadas de la desaparecida Uni¨®n Sovi¨¦tica con que pretende alcanzar las bases estadounidenses. Pero no est¨¢ de m¨¢s recordar que incluso las escobas las carga el diablo.
Comentarios
Siempre me pregunto si en el caso de una guerra nuclear entre los dos grandes extremos se limitar¨ªan a tirarse pepinazos entre ellos o empezar¨ªan por nosotros, los del medio. Mejor no saberlo.
La pol¨ªtica norteamericana en materia de seguridad es de una simpleza contundente: toda amenaza es tomada en serio. Es decir, concienzudamente analizada, apropiadamente valorada y generadora de la respuesta que la gran potencia considera suficiente. Bush, el menor, se apart¨® de esa vieja escuela de seguridad nacional e internacional y fabric¨® dos guerras donde no cab¨ªa ni una sola. Estas amenazas altisonantes del delf¨ªn norcoreano suenan a lema de cohesi¨®n interna; no podr¨ªan ser m¨¢s que eso; porque la gran potencia norteamericana no dudar¨ªa en borrar del mapa a Pyongyang y sus alrededores en caso de un ataque a su territorio continental o insular.
?D¨®nde tiene el umbral nuclear Corea del Norte??Cometer¨¢ el Gobierno de Corea del Norte el mismo error que Sadam Husein, que pens¨® que pod¨ªa implicar en el conflicto a otros pa¨ªses de la zona logrando su apoyo en la guerra contra los Estados Unidos?
Todo bien Llu¨ªs, hasta los ¨²ltimos p¨¢rrafos. En los que parece que no hubieras comprendido nada de lo que tu mismo escribes. ¡°Parece una historia remota, pero es de actualidad gracias a la escalada, de momento verbal y gestual, con la que el joven l¨ªder de Corea del Norte, Kim Jong-un¡¡± Los seres humanos tenemos poco m¨¢s o menos la misma manera de actuar ante los peligros, somos precavidos, nos defendemos y si acaso nos vemos necesitados peleamos hasta la muerte. El problema de Corea, el problema de Asia entonces, es una cuesti¨®n num¨¦rica. No se puede tratar como esclavos a m¨¢s de un tercio de la humanidad, durante mucho tiempo. Por muchas cabezas nucleares que se tengan y por mucha tecnolog¨ªa de la que se disponga. El peso demogr¨¢fico es demasiado grande y tarde o temprano el dique se rompe. Entre las cosas que Lluis escribe y luego olvida, una significativa; reconoce que por aquel entonces EE UU dispon¨ªa de 369 cabezas nucleares frente a los 5 de la URSS. Mientras, Corea del Notre 0 artefactos. A pesar de esta revelaci¨®n, la ¡°escalada¡± siempre se le atribuye al otro a Corea del Norte y su l¨ªder el que no dejan de ridiculizar en un muestra clara de racismo. Las cabezas nucleares de EE UU no son fruto de ninguna ¡°escalada¡± les fueron concebidas por mandato divido. Esto es una falta de respeto por los dem¨¢s y una forma, tambi¨¦n, de racismo. Desde occidente parecen querer decir; ?No sig¨¢is por ah¨ª, porque nosotros, los seres superiores, siempre tendremos m¨¢s cabezas nucleares que vosotros! Los m¨¢s de dos millones de muertos de ¡°asi¨¢ticos¡± son una prueba irrefutable de su car¨¢cter ind¨®mito. No se puede someter a un tercio de la humanidad durante mucho tiempo, por un pu?ado de hombres con muchas armas nucleares y muy poco respeto por la vida de los otros. Es conocido que los EE UU est¨¢n focalizando sus esfuerzos en esta zona del mundo, por razones que a nadie escapan. En los a?os que vendr¨¢n veremos un incremento de los conflicto en esta parte del mundo. No se trata de la guerra fr¨ªa, es la guerra de siempre, aquella en la que se intenta someter a los pueblos. Asia no es Oriente Medio.
Frente a la fuerza f¨ªsica surgi¨® la espada, frente a la espada las armas de fuego, frente a las armas de fuego los carros de combate, frente a los carros de combate los misiles y las armas nucleares. Desarrollo consecuencia de la aplicaci¨®n de la inteligencia humana a cosas como la seguridad y la defensa. La inteligencia humana ha permitido que cosas como la fuerza f¨ªsica y el factor num¨¦rico ya no sean fuentes de poder.Corea del Norte no tiene capacidad econ¨®mica para provocar una nueva carrera armament¨ªstica. Jap¨®n tuvo que pagar un elevado precio por su expansionismo militar, esperemos que Corea del Norte y dem¨¢s pa¨ªses asi¨¢ticos hayan aprendido la lecci¨®n, pues como se suele decir no hay dos sin tres.
Corea del Norte es la clavija que romper¨¢ las relaciones entre China y EEUU. Aunque puede ser que para entonces , la relaci¨®n comercial y financiera sea tan vital como un cord¨®n umbilical.Si no lo es ya.
las problemas de alli se acaba de un solo modo !
Me cuesta creer que todo pueda irse al garete por las provocaciones del l¨ªder norcoreano. Si se sabe que sus cohetes son de atrezzo, como se suele decir que son los de esos grandes desfiles de la extinta URSS, a qu¨¦ viene tanta atenci¨®n. ?No ser¨ªa mejor ningunear al buf¨®n norcoreano? A ver si al final pierden los estribos quienes deber¨ªan llevar las riendas, pues como dice el autor, hasta las escobas las carga el diablo, y todav¨ªa las carga m¨¢s el miedo al miedo de que dichos misiles pudieran no ser cartonpiedra sino de carne y hueso, de uranio y hierro.
Insisto en el asunto de la ¡°escalada¡±. En escalada nuclear EE UU gana por goleada. En amenazas latentes tambi¨¦n. En n¨²mero de tropas desplazadas de su territorio, y acantonadas fuera de ¨¦l, tambi¨¦n. En promotores de conflictos, tambi¨¦n. En saqueos y destrucci¨®n de pa¨ªses tambi¨¦n. No hay nadie con m¨¢s muescas en el revolver, ni pa¨ªs m¨¢s violento. No obstante la ¡°escalada¡± siempre es atribuida a los otros. Escalar en la amenaza nuclear es conseguir el record en cabezas nucleares y artefactos varios, digo yo. Pero no es suficiente con esto, siempre son otros los que amenazan, y nunca nosotros a ellos. Por m¨¢s que llevemos la amenaza a las puertas mismas de Pyongyang, son ellos los que amenazan. Las guerras pasadas no importan. Millones de chinos muertos en la guerra del opio. Millones muertos en las guerras de Indochina. Nada de esto parece contar, son ellos los que amenazan. Ni siquiera las bases norteamericanas en el sur de Corea parecen importar. Tampoco es una amenaza, seg¨²n la ret¨®rica occidental, enviar dos bombarderos nucleares, recientemente, a bases norteamericanas en el sur de Corea Todos los ejercicios militares conjunto, donde han participado B52 con capacidad nuclear en territorio surcoreano ?no son amenazas! Sino ejercicios disuasorios. En fin, sufridos lectores. Todo parece un desprop¨®sito pero no lo es. Es parte de una estrat¨¦gica concebida para desestabilizar la zona, crear problemas a China y engrasar la maquinaria de guerra, adem¨¢s de fortalecer la industria de armas, muy importante en EE UU. Toda esta hojalater¨ªa es acompa?ada con la consabida liturgia period¨ªstica de, ¡°Corea del Norte amenaza el mundo¡± y el resto del mundo solo hace que defenderse del un loco, del exc¨¦ntrico Kim Jong-un. Para este prop¨®sito se env¨ªan ingentes cantidades de material de guerra a la zona. Una curiosa forma de defenderse. Mientras que si Corea mueve un solo dedo, es que amenaza. El periodismo se mete en la cama con los militares, ya que la propaganda forma parte del paquete.
Nunca faltan los progres, victimas de la Logse, con la mente inmaculada de conocimientos de historia, vac¨ªa de todo entendimiento del mundo que los rodea. 1.- Corea del Norte invadi¨® a Corea del Sur iniciando la Guerra de Corea en 1950.2.- La ONU apoy¨® a Corea del Sur a repeler la invasi¨®n. Los siguientes pa¨ªses proveyeron a la ONU tropas: EEUU, Reino Unido, Australia, B¨¦lgica, Canad¨¢, Francia, Colombia, Dinamarca, Etiop¨ªa, Grecia, Holanda, India, Italia, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Noruega, Filipinas, Sur ?frica, Suecia, Tailandia y Turqu¨ªa. A Corea del Norte la apoyaron los siguientes pa¨ªses: China y la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ah, claro est¨¢ que CdN estaba bajo "amenaza" de USA y por eso invadi¨® al CdS. Como dicen los Americanos: "La ignorancia es felicidad." Bajo ese est¨¢ndar Espa?a es muy feliz. ?Ser¨¢ miedo lo que noto? Una preguntita: ?Por qu¨¦ no particip¨® Espa?a? Ah, s¨ª, ya recuerdo: Eramos unos parias internacionales como Corea del Norte, nacional socialistas como los m¨¢s pintados marxistas socialistas (que al final todos son perdedores socialistas.)
Leo, veo y escucho las noticias sobre el conflicto y realmente no doy cr¨¦dito... Ha meditado Corea del norte lo que est¨¢ haciendo?
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Escribe en EL PA?S columnas y an¨¢lisis sobre pol¨ªtica, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ¡®El a?o de la Revoluci¨®n' (Taurus), sobre las revueltas ¨¢rabes, ¡®La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol¡¯ (Pen¨ªnsula) y un dietario pand¨¦mico y confinado con el t¨ªtulo de ¡®Les ciutats interiors¡¯ (Galaxia Gutemberg).