Los restaurantes del DF quitan los saleros
Los capitalinos consumen el doble de la sal que recomienda la OMS Una campa?a de la Secretar¨ªa de Salud intenta acabar con el abuso
En el restaurante La Cochinita hay un salero en cada mesa. Tambi¨¦n en el de al lado, y en el siguiente. Pero, supuestamente, desde este jueves, 200.000 restaurantes de la capital de M¨¦xico han quitado este habitual atrezzo para disuadir a los clientes de abusar de la sal. Los mexicanos consumen 11 gramos diarios de este condimento, m¨¢s del doble de los 5 recomendados por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.
El objetivo de la medida, que ya se aplic¨® en 2011 en Buenos Aires, es principalmente que los comensales se conciencien de los peligros de la comida salada, seg¨²n la Secretar¨ªa de Salud. El consumo se reduce un 50% si la sal no est¨¢ sobre la mesa, seg¨²n Joel Estrada, jefe de Cardiolog¨ªa del Centro M¨¦dico Siglo XX.
No habr¨¢ sanciones para los que no participen, como el restaurante La Cochinita, y los clientes que quieran el salero de siempre solo tendr¨¢n que pedirlo. Pero las autoridades creen que puede ayudar a paliar un grave problema: el 31% de la poblaci¨®n de M¨¦xico padece hipertensi¨®n arterial y, en 2012, los hospitales p¨²blicos del DF atendieron 11.600 casos de urgencia causados por esta enfermedad, seg¨²n el secretario de Salud, Armando Ahued Ortega. Entre ellos estaban 43 ni?os de entre 5 y 14 a?os. Igual que en el resto del mundo, en M¨¦xico la hipertensi¨®n, la diabetes, la obesidad y el sedentarismo son la principal causa de muerte en las personas de m¨¢s de 60 a?os.
¡°Creo que el alcance m¨¢ximo que podr¨ªa tener es que la gente se haga consciente de la sal que consume, pero no har¨¢ que la prevalencia de enfermedades cardiacas disminuya¡±, opina Eduardo L¨®pez, m¨¦dico general en Ciudad de M¨¦xico. ¡°Se necesita mucho m¨¢s que quitar los saleros para impactar en la epidemiolog¨ªa derivada del consumo de sal. Lamentablemente los alimentos m¨¢s baratos y accesibles tienen mucha sal: papas fritas, sopas preparadas, productos de microondas, embutidos, el pan mismo, la salsa que le ponen a los tacos¡¡±
Jos¨¦ Luis, oficinista de 46 a?os que come en La Cochinita, dice que no a?ade sal a la comida desde hace tiempo, pero reconoce que los frijoles solos no tienen gracia. Y su hija de dos a?os pide lim¨®n y sal para comer alguna verdura. ¡°Restaurante que no le eche sal a la comida se queda vac¨ªo¡±, dice. Y las salsas en M¨¦xico no se perdonan. En la mesa de Jos¨¦ Luis, tres bien picantes para aderezar los tacos. Esas, por el momento, se quedan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.